El regalo perfecto 8 / Ángel

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Mansión Uchiha, Aldea de Konoha

Sakura dejó la última caja sobre el piso de la sala con los adornos navideños.

– ¿Listo, mamá? – preguntó Sarada con cara de seriedad.

– Sí, Sarada todo está aquí – mientras abría la caja sacando una que otra esfera para comprobar que no estuvieran rojas, porque era de cristal y muy especiales, ya que representaban el símbolo de su Clan.

Cuando Sarada miró todos los adornos – Oye mamá, ¿todas las esferas son así? – Señalando el símbolo Uchiha.

– Sí, hija, todas son así – Sarada puso una cara de no entender – ¿No te agradan?

Su hija se tomó su tiempo para contestar –Sí, no es eso pero... ¿Por qué no hay esferas del clan Haruno?

– Mph, ¿Por qué?, no lo sé, no había pensado en ello – riendo de forma cariñosa.

– Mamá, no puedes responder así – dijo indignada.

Sakura sonrió – Mi pequeña, existe un adorno muy especial que ha pertenecido a mi familia y siempre nos acompaña en un lugar especial.

El comentario despertó la curiosidad de Sarada – ¿Así? ¿Y qué es?

– Espera un momento, por voy por la caja.

– ¿A dónde vas? Pensé que habías sacado todo – gritó Sarada viendo como su madre se alejaba.

– Sólo faltó una caja más – gritó Sakura desde su habitación – Se paciente.

La pelirrosa buscó entre su closet una caja muy bien cuidada que guardaba un estuche de cristal y en ella un ángel, la hermosa punta del árbol, un agraciado ángel con un largo vestido rojo adornado con detalles en forma de copos de nieve, su cara fina, con hermosos ojos color verde tan expresivos que te hacían pensar que el ángel te miraba y un largo cabello de color rosa, adornado con una pequeña flor de Sakura; le dio vuelta y la alas que definían su posición de ángel eran tan blancas como la nieve, sin duda tan bien conservada que ni una mota de mugre.

Le dio la vuelta y sus ojos la transportaron a un recuerdo que aún conservaba en su mente y que cada vez que veía al lindo ángel lo recodaba.

∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞

Caso Haruno, Aldea de Konoha; en alguna navidad hace años.

– Cautivante – Fue mi voz asombrada – ¿En serio es para mí? – Le pregunté a mi mamá.

Con una sonrisa contestó – Buen intento, Sakura, pero no es para ti, es para la punta del árbol.

Dejé caer mis hombros en señal de derrota – Pero no lo parece, para mi es una linda muñequita en forma de ángel.

Mi madre comenzó a reír con gran fuerza – ¡Qué ideas tienes jovencita! Este ángel me fue regalado por tu abuela que a su vez fue regalo de su madre, y así por varias generaciones – aclaró mientras tocaba mi nariz con un dedo de forma cariñosa – Vamos déjalo en la mesa y ayúdame a sacar lo que falta, tenemos que adornar antes que termine el día.

– Está bien mamá – contesté de forma malhumorada.

– Bueno, pensé que te gustaría terminar temprano, porque si lo recuerdo bien, hoy es el gran día, ¿no?

– No mamá, es mañana, el gran día será mañana, ya deja de burlarte.

– Claro, hija, ya me vas a decir que le compraste a Sasuke.

La pelirrosa se puso roja y se apenó – Yo, sí creo que encontré el regalo perfecto.

– ¿Y no me vas a decir qué es?

– En realidad no lo sé

La Sra. Haruno sonrió mientras decía – Bueno, yo sí sé que te regalaré.

– ¿En serio, qué será? – Pregunté emocionada dando pequeños saltos.

– Pero debo aclarar que será cuando te cases y tengas una linda hija, este será tu regalo – Señalando la punta del árbol – Claro deberá de ser temporal porque, tú se lo regalarás a tu hija, algún día.

– ¿Lo dices en serio, mamá?

– Es un hermoso regalo, pero quiero que quede un punto muy pero muy claro, esto que te dije no – diciendo la última palabra con una usual entonación – no es una invitación a que me hagas abuela, ¿quedo claro?

– Pero mamá... ¿cómo dices eso?

– Querida, sé lo que digo, más sabe el diablo por viejo que por diablo.

∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞

– ¿Mamá, ya vienes? La voz de Sarada la regresaron a la realidad.

– Sí querida, ya voy – gritó en todo lo alto – una mirada nuevamente al ángel, diciendo para sí – Qué tanta razón tenías mamá, ese diciembre fue tan especial que mi amado Sasuke me ayudó a garantizar que este ángel fuera mí, claro, de forma temporal.

– ¿En serio, mamá? ¿Este ángel será mío? Sería el regalo perfecto.

– Sí, algún día – dijo con una gran sonrisa – pero será sólo de forma temporal y hasta que tengas a tu hija – riendo con tranquilidad – terminemos de adornar el árbol antes de que llegue tu papá.

Y justo cuando ya se encontraban descansando y admirando el bello árbol adornado, Sasuke llegó.

– ¡Papá, que bueno que ya llegaste! – dijo Sarada.

– Sarada, Sakura – fue lo más elocuente que pudo decir Sasuke como saludo

– Querido, ¿qué tal tu misión?

– Mira papá, ¿te gusta el árbol? Mi mamá y yo lo adornamos justas – Sasuke sólo sonreí y asentía con la cabeza – Y ves aquél ángel – dijo señalándolo – mi mamá dijo que será mío algún día, claro de forma temporal – aclarando el último punto con una sonrisa.

Sasuke dejó de reír y sus ojos parecían sacar chispas – ¿Algún día? ¿Temporal? – murmuró disimulando su enojo, sabía muy bien lo que eso significaba.

– Sí – contestó Sakura – Pero para eso falta mucho, Sarada aún es una niña.

– Eso espero – respondió Sasuke no muy convencido

Sarada ajena a todo lo anterior tomó un regalo y dijo – Ya me voy, no tardo, papá no te vayas a ir sin despedirte.

– ¿Te vas? – Preguntó Sasuke sin obtener respuesta.

– ¿Ya es hora, tan rápido? Bueno, está bien, con cuidado hija.

– Sí mamá – dijo saliendo de la casa, despidiéndose de sus padres.

Sasuke miraba a su esposa esperando un respuesta, quien comentó – Va con su equipo, hoy realizaran su intercambio de regalos y le tocó Boruto, ¿no es lindo?

– ¿Lindo? – murmuró de nueva cuenta.

– Sí, ¿algún problema? – Al ver que su esposo había activado su Sharingan.

El Uchiha dio media vuelta para dirigirse a la puerta, justo cuando por donde hace un momento había salido su hija.

– ¿Sasuke, dónde vas?

Sin voltear dijo – Voy a ver a Boruto, tengo algo que quiere enseñarle – Sacando su espada para comprobar su filo – No tardo.

– Pero... – No la dejó terminar – Te esperaba para comer.

Sakura miró la puerta y sonriendo por debajo interpretó la actitud de su esposo. – Esto sólo será en comienzo.

Fin

15122018    

El regalo perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora