Tu belleza en el invierno.

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  La mansión Joestar se encontraba tranquila aquella noche de invierno, el ambiente era sereno y el sonido de la madera quemándose era lo que rompía aquel silencio. Joseph se encontraba sentado terminando de ordenar unos papeles, siendo apresado por unos brazos por demás de conocidos por él, era su amor, su caesarino que le beso la mejilla con dulzura y cariño.

-¿Qué sucede Darling?- pregunto mientras hacía su silla hacía atrás para dejar a su esposo sentarse en sus piernas, fue abrazado por el cuello y un beso en sus labios le dio a entender que era mimos lo que deseaba.

-Has estado trabajando demasiado, vine a desestresarte- dijo eso con un tono suave y seductor acompañado de una risita traviesa, amaba ver a su esposo sonrojado por sus comentarios, Joseph podía ser todo lo jovial del mundo pero seguía siendo un idiota que se sonrojaba con lo más mínimo.

-H-honey... Estoy ocupado ahora, pero puedo darte besitos si quieres- menciono aquello abrazando la pequeña cintura del rubio, Caesar era belleza por donde se lo mirase, era como un ángel caído que estaba destinado a caer en sus brazos.

-Joseph, te noto un poco raro estos días ¿Puede ser que algo te este inquietando?- pregunto un poco más serio, recibiendo un beso en la mejilla y una semi sonrisa, sabía que significaba eso, se acercaba el cumpleaños de Josuke y con ello la culpa de Joseph crecía ¿Por qué? El recuerdo de aquella escena desgarradora donde Caesar deseaba no vivir más por culpa de su insensatez, lo había lastimado enormemente y eso había modificado su personalidad, a pesar de ser dulce con él en ese momento ahora Caesar tenía una manera de actuar algo distante, fría, cuando tenía un problema no lo contaba, en cortas palabras, su infidelidad con Tomoko, la difunta madre de Josuke arruino todo lo que tanto le había costado con Caesar, en segundos, se rompió eso de años de creación, una simple palabra, traición.

-No es nada, lo sabes- dijo a modo de tranquilizarlo, acaricio su espalda y lo abrazo, sentía que no se merecía ese contacto, era un demonio que lo atormentaba cada vez más conforme pasaba el tiempo, Josuke crecía cada vez más y el peso de su culpa crecía, él era el único que se había quedado en el pasado, Caesar lo había perdonado, hasta trataba a Josuke como su hijo, quién le respondía de una manera amorosa llamándole "mamá". Aún así, la culpa era el peor enemigo de Joseph, su rubio lo supo perdonar, pero en su corazón ya no había lo mismo, tenía una herida que jamas sería curada, ni siquiera todo el amor del mundo podía reparar esa traición que lo volvió un poco pesimista, dejo de soñar con tantas cosas, hasta tiro un libro donde anotaba sus metas a futuro, Caesar Zeppeli directamente ya no creía en el futuro, sino que se concentraba en el día a día, como si los planes para mañana no existieran.

-Oye... Si tu miedo es que vuelva a hacer lo de esa vez, sabes que no volverá a ocurrir, jamas volveré a apuntarme con un arma en la cabeza- largo aquello sonriendo levemente, dejando su rostro en el hombro de su esposo, su confianza quizás ya no era la misma, pero intentaba que todo volviera a ser como antes, no quería indagar en el pasado y no era su meta estar pensando en el futuro, sólo quería vivir el día a día como si fuera el último, solo quería amar como siempre lo hizo y ser amado como fue desde un principio.

  Mientras el panorama era algo gris con el matrimonio de hombres, en el centro, en una zona donde los jóvenes se juntaban a divertirse y comprarse ropa se hallaban Dio y Jonathan ¿El motivo? Jonathan se dio el capricho de comprarse algunas camisetas con un estampado que era de edición limitada, a pesar de su edad amaba el anime como ninguna otra persona y se compraba esas camisetas para sus días libres en los que podía vagar con total libertad en ropa de entre casa o para dormir.

  A Dio la idea no le agrado, pero fue prácticamente convencido con la linda cara de Jonathan, se estaba arrepintiendo de haberle dicho que si, ese bastardo era demasiado ruidoso, todo el día hablando de anime, no entendía nada de aquello y eso era lo que le molestaba.

-Perdona, quizás estoy hablando demasiado y no sé si me sigues la charla- dijo apenado, rascandose la nuca mirando al suelo, recibió un tirón de orejas por parte del rubio.

-Escucha Jojo, no te me deprimas ahora, sigue hablando de tu anime, yo sólo fingiré que te escucho- dijo aquello cruzándose de brazos, Jojo no pudo contener su emoción y se tiro a abrazar a Dio, le sonreía dulcemente.

-Eres el mejor Dio- dijo eso sonrojándose levemente, sintió su mentón ser tomado y un suave beso depositarse en sus labios -¿¡Q-qué haces!?- exclamo sonrojado ante aquel acto.

-El invierno te pega bien, te veías demasiado puro y mi deber es manchar toda pureza- dicho eso le paso por al lado dirigiéndose a un café cercano, Jonathan sentía su corazón latir rápidamente, realmente Dio intentaba ser cariñoso a su manera, eso le hizo ponerse feliz, ya tenía un motivo para estar con su sonrisa de idiota todo el día.

Clean Contract.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora