Luego de aquella revelación sobre el contenido del disco que dejo con dudas a más de uno, todos fueron a dormir, costo un poco al principio pero al final cayeron todos en los brazos del Dios de los sueños, necesitaban esas horas de descanso o sino no resistirían lo suficiente para ir a la escuela. La casa estaba sumida en completo silencio, solamente se escuchaba ocasionalmente si te parabas en uno de los pasillos el tintinear de algunos frascos y como alguien se levantaba de una silla múltiples veces, en esa habitación, al fondo del pasillo central se encontraba Eris como siempre tecleando cosas en su tablet, ya era muy tarde, eran quizás las 03:15 de la madrugada, estaba bastante metida analizando lo poco que había logrado ver de ese chico Noriaki, no había falla alguna, ese muchacho era un chico especial, cuando fuera el chequeo médico le gustaría preguntarle un par de cosas, estaba ansiosa por saber más, tenía tanto para investigar en esa casa. Con una sonrisa dejo cargando su aparato y cuando estaba a punto de tocar la cama, el toque leve de su puerta la hizo sorprenderse, dio un pequeño salto de la sorpresa, se dirigió hacía la puerta de algarrobo de dos metros y la abrió con precaución, viendo a uno de los integrantes de la mansión, uno rubio y con cara de pocos amigos.
-¿En qué puedo ayudarte cariño?- pregunto con una sonrisa traviesa, de esas que ella solía dar cuando sabía mejor que nadie lo que venían a preguntarle.
-No te hagas mujer, sabes muy bien por qué vengo- Dio no tenía paciencia con nadie, menos con las féminas, estaba cruzado de brazos y con un leve sonrojo en su rostro pálido.
-¿Te duele algo? Mejor pasa, te revisaré ahora y así mañana no tienes nada de que preocuparte- le ofreció con una sonrisa cálida vio al rubio dudar un poco y finalmente pasar a su apocento por así decirlo, miro la habitación era pequeña pero quizás a esa mujer le gustaba así. -Bueno, primero unas preguntas de rutina y...-
-¿Cómo sabes todo esto? Vi como anotabas cosas mientras no parabas de mirarme, eres una tipa que sabe lo que hace, no intentes jugar conmigo- largo ya un poco cansado de ese jueguito de doctora buena.
-¿Desconfías de mí? ¿Acaso no escuchaste al señor Joestar? Soy una traidora, y si mal no recuerdo, tú también lo fuiste en su tiempo- miro con esos ojos ambarinos a los rubíes de Dio, viendo el estremecimiento de éste -lo sé por esa marca de nacimiento que llevas en la oreja, esos 3 puntos indican que te saliste con la tuya a pesar de haber traicionado a la organización. Los traidores tenemos marcas de nacimiento únicas- dicho aquello, bajo su bata de color negro dejando ver en su espalda 3 lunares que formaban un triángulo perfecto si se unían -así que no vengas aquí con tu prepotencia a decirme que debo hacer y que no, si no tienes nada que decirme referido a tu salud, te puedes retirar- dicho aquello reviso su tablet nuevamente.
Dio se quedó de piedra ante eso, nadie jamas se hubiera atrevido a hablarlo de esa forma, él tampoco hubiera permitido semejante comportamiento, pero sinceramente no pudo responder, unas simples palabras bastaron para dejarlo callado y sin ganas de discutir. Sólo suspiro pesadamente y se descruzo de brazos, ahora mirando a la tipa en busca de una respuesta a la pregunta en su mente.
-Es algo en referencia a tu cuerpo ¿No es así?- Eris se coloco unos lentes delgados sobre el tabique de su nariz, observando al rubio con más claridad ahora, tenía una mirada seria, casi profesional se podría decir. Vio a su "paciente" asentir -adelante, cuéntame que te pasa-
-Ahh...- suspiro pesadamente -últimamente mi... Período a sido irregular y sinceramente no sé cuando soy fértil y cuando no y... ¡Argh maldición! No sé si sería peligroso... Tener sexo sin protección...- largo por fin con todos los colores encima de la cara.
-Deberías de tener cuidado querido, con un cuerpo desarrollado como el tuyo, si no te embarazas ahora estás cerca de hacerlo- le miro por encima del marco de los lentes, mientras anotaba algo más en su tablet. -¿Por qué te volviste irregular? ¿Estrés quizás?-
-La Universidad...- mintió.
-Ya veo, entonces...- con escuchar eso comenzó a buscar en su maletín algo, encontrando una tableta de pastillas celestes que entrego al rubio -tómalas hasta terminar la tableta, luego ven a verme y dime como esta tu período y con respecto a ese chico, dile que usen protección que es obligatorio, dile tu condic...-
-¡No! ¿¡Acaso estás loca perra!? ¡Yo no tengo nada que ver con ese gran estúpido!- vocifero molesto olvidando que todos dormían en ese preciso momento.
-¿Hm? Ya veo, tienes miedo, es normal. Entonces haremos tus controles a esta hora a partir de hoy, y no sé, dile que use condón por ser más limpio y tal, inventate algo, sabrás que hacer Dio Brando-
-No me llames por mi apellido- le dijo apretando fuertemente los dientes, guardo aquellas pastillas las cuáles ni siquiera leyó que eran, antes de abrir la puerta por completo miro de reojo a la mujer albina -si dices algo sobre esto, voy a matarte-
-Es política profesional no esparcir lo que se dice en el consultorio, su secretito esta a salvo conmigo, ahora lárgate que necesito dormir- con una pequeña sonrisa burlona lo vio alejarse, suspiro pesadamente y se dejo caer en la cama -que miedo que daba, parecía que iba a cortarme el cuello o algo así...- hablo bajo con una sonrisa -¿Los demás vendrán por cuenta propia?- esa pregunta le rondaba en la cabeza, aunque en quién tenía especial atención era en ese jovencito Noriaki, había fijado sus ojos en él desde el primer momento, profesionalmente hablando, claro estaba.
Una vez Dio llegó a su cuarto vio a Jonathan dormir en el lado derecho, tenía una cara tranquila y hasta una pequeña sonrisa, dormían juntos desde hace un par de meses, obviamente esto era solamente en la noche, se recostó sobre la puerta mientras abrazaba su vientre mordiéndose el labio inferior ¿Y si Jonathan estaba ya enterado de su situación? ¿Y si lo odiaba? ¿Qué haría? ¿Si lo consideraba un fenómeno? ¡Maldición! ¿Por qué tuvo que enamorarse de ese noble y torpe grandulon?
***
¡Fiu! ¡Después de millares de años actualice! Estaba muy bloqueada, pero gracias a muchos de mis lectores y sus hermosos comentarios que me dejan en mis otras historias me anime a escribir un capítulo de "Clean Contract", así que éste capítulo va dirigido a ustedes, disfrútenlo.
Atte: Eris.
ESTÁS LEYENDO
Clean Contract.
RastgeleEl destino a veces se ve sellado bajo una marca, o algo que constituye tu ADN a veces tu destino se sellara por lo que se encuentre en un simple disco. Habrá varias parejas que irán apareciendo, también estará Passione con sus integrantes, más dos...