Capitulo 16

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No sólo esa noche, de todas maneras. Comencé a reunirme con Will cada noche en el trabajo. Algunas veces nos encontrábamos junto a los contenedores de basura. Algunas veces nos encontrábamos en la tienda de mi papá. Una noche, nos besamos fuera de una tienda cerrada. La puerta de atrás estaba abierta, proponiéndose, tal vez por los estantes vacíos y las lámparas apagadas en su camino, y en ese pequeño, y oscuro lugar, era como nuestro propio mundo. Todo en lo que podía pensar en el camino a casa esa noche eran en cómo se sentía la piel de la espalda de Will, y cómo se sentía al tocarla. Porque yo la había tocado.

Nos encontramos cada noche, y nunca hablamos sobre eso. Pero una mañana, después de que yo pasara todo el camino desde casa pensando en nosotros dos en la oscuridad de ese cuarto, en nuestro pequeño mundo, él dijo "Kate" en el pasillo después del primer periodo, y usó esa voz.

La voz que usaba para hablar con las chicas. Otras chicas. Nunca la usaba conmigo.

Pensé que había oído esa voz antes, cuando no sabía cómo era besar la piel detrás de su oreja. Pensé en él diciendo mi nombre con esa voz, cuando presionar mi boca contra la suya era sólo un sueño.

No quería que lo dijera ahora.

No quería oír esa voz porque, si lo hacía, lo que pasaba entre los dos estaría allí afuera, libre. Real. Y no tenía un buen historial con eso. La vida real no era amigable conmigo, y me mantenía vendiendo vitaminas en el centro comercial. La vida real me tenía compartiendo un baño con mi hermano y mi abuela.

Por lo tanto, definitivamente no estaba interesada en lidiar con Will y la realidad, especialmente no en la escuela, en frente de todo mundo. — Olvídalo, no voy a decirte qué se supone que teníamos que estudiar para el examen. Nadie puso una pistola en tu cabeza y te obligó a dormirte en clase.

—Yo... —dijo, y tocó mi hombro, deteniéndome—. Mira, no es que no aprecie tu completa falta de interés acerca de si pasé biología o no, pero...

Fue interrumpido por Sarah, quien era porrista junto con Anna, y quien era linda en la clase de sé—que—soy—linda que sólo chicas como ella podían tener. —Hey, Will. ¿Por qué no me devolviste la llamada acerca de ir al partido de anoche?

Eso, justo allí, era la realidad dándome una bofetada. Fuerte.

—Tenía que trabajar —dijo Will—Debí de haberte llamado. Lo siento.

—Oh, no, no te preocupes —dijo Sarah, y se apoyó en él, presionando sus pechos contra su brazo—. Sólo no olvides que me la debes —se fue, moviendo las caderas, y balanceando su falda de porrista.

—¿Por qué no solamente hizo una súper voltereta mortal hacia atrás y te flashea? —murmuré, y entonces miré a Will.

Él me estaba mirando, y era extraño, una mirada intensa, como si estuviera tratando de mirar dentro de mí.

— Quítame esa mirada de muerte —dije—No te diré qué vendrá en el examen. Además, tienes mayores problemas que eso. Quiero decir, le debes a

Sarah, y todos sabemos que las porristas son como la mafia de la secundaria. ¿Quién más haría que la gente pague 10 dólares por el lavado de un auto? Sus labios se curvaron. —No es tan mala. Y, mira, se supone que sólo la ayudaría a salir con esa cosa de la noche del partido. No es gran cosa o...

—Ahórrame las historias de ti y la creación del espíritu escolar con rutinas de baile y letras que digan "JHS manda" pintados en tu pecho huesudo.

Esa noche, en el centro comercial, presionada contra la pared de la tienda de papá, Will se rió cuando mis manos pasaron bajo su camisa, mis pulgares frotándole bajo la piel de las costillas.

Perfect YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora