(Texto original del libro en físico)Cada sacudida dada a mi cuerpo logra sacarme cada vez más del ensueño en el que estoy sumida. Las paredes a mi alrededor se desmoronan mientras las imágenes llenando mi cabeza comienzan a desvanecerse. Por un momento lo lamento. Disfrutar de tener mi cabeza libre de pesadillas es algo de lo que no me puedo permitir tener con frecuencia. Pero una vez alejada de mi anterior entorno, en donde los altos muros de mi casa me recordaban el pasado, pareciera como si cada pieza de un rompecabezas destruido comenzara a agruparse tan lentamente dentro de mí. Definitivamente, gozo cada céntimo de la suerte que hasta ahora está de mi lado esta noche. Mi cabeza aprovecha el silencio rodeando los recuerdos para dejarle paso libre a la imaginación. Esta, por muy tímida que sea, de a poco logra envolverme en un mundo de fantasía del que odio tener que salir.
Pero aquella voz que resuena entre las profundidades de mi inconsciente, no me deja deleitarme por mucho tiempo de aquel rayo de suerte que finalmente tengo. Poco a poco, la realidad se asienta, y siento cómo lentamente se desvanece todo el mundo sobrenatural inventado de mi mente. El frío me rodea de repente, y mi cuerpo no es lo bastante rápido para acostumbrarse a él. Tiemblo mientras un aliento caliente choca contra mi oído.
—Nat... Despierta —dice alguien mientras me mueve levemente. Gruño en respuesta y me remuevo un poco, anhelando el calor reconfortante que anteriormente sentía al estar tan ensimismada en el sueño como notar lo gélida que es la realidad. —Nat..., despiértate. Tienes que ayudarme.
Entonces, es allí cuando distingo la voz de mi amiga entre todo ese mar de niebla espesa. Mi interior se queja cuando abro los ojos lentamente y la luz de la lámpara más cercana me penetra con fuerza.
—Bien, bien. Dime qué hora es —murmuro soñolienta y reincorporándome en el colchón a la vez que refriego mis parpados. Miro alrededor y sin poder evitarlo sonrío al recordar el hecho de haber dormido en colchones ubicados en el salón.
Volteo hacia Emma, quien parece estar inquieta por alguna razón que no logro descifrar. Parece nerviosa, más de lo normal, y mientras mira hacia su reloj en su muñeca la veo parpadear con rapidez.
—Las cinco y media.
Abro los ojos como platos y escucho cómo un jadeo sale desde lo profundo de mí sin ningún tipo de consentimiento. Las ganas de estrangular su pequeño y delicado cuello me llenan, y lentamente me imagino haciéndolo muy pronto si no me dice una excusa coherente para no hacerlo. La fulmino con la mirada y ella levanta las manos en forma de paz.
—Me tienes que ayudar —dice mientras pone los ojos de cachorro herido y hace un puchero.
Eso me hace recordar. Mis hermanos siempre hacían eso cuando querían que yo hiciera algo, pero nunca les funcionó. Ni siquiera ahora, teniendo ya unos cuantos años más encima. Pasa lo mismo con Emma. No me derrite esa miradita, solo hace que en mí crezca un gran deseo de rodar los ojos. Pero bueno, en vista de que ya estoy medio despierta y sé que, si no hago lo que quiere ahora, me seguirá molestando hasta el punto en el que yo me resigne y la estrangule.
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Él es mi boxeador © {Saga Damon #1} DISPONIBLE EN FÍSICO
RomanceLibro publicado en físico por Nova Casa Editorial. Disponible en librerias❤️ {-Saga Damon #1 Él es mi boxeador -Saga Damon #2 Completamente mio} Él Arrogante. Gruñón. Presumido. Desvergonzado. Orgulloso. Posesivo. ...