Cuando llego a casa, los brazos de todos mis conocidos son instantáneamente envueltos a mi alrededor. Las sonrisas y los suspiros de alivio son lo primero que escucho antes de que todas las preguntas se acumulen en mis oídos. Todos hacen preguntas, me interrogan hasta que les digo que estoy agotada, física y emocionalmente, y me dejan ir a mi habitación. La alegría que todos desprenden hace que me sienta bien. Se preocupan por mí como nadie.
Necesito un buen baño y una buena cepillada de dientes. No sé cómo Damon pudo besarme con estas pintas y este olor. Mi boca hace ocho días que no es lavada, y no puedo creer que lo besé con lengua en ese estado. Él nunca se quejó, pero la vergüenza que siento es inmensa. Aunque yo tampoco podía esperar para llegar a casa y hacerlo luego de lavármelos. Ocho días sin sentir su boca, por lo que el deseo y la añoranza ganaron la batalla.
Tyler dijo que iba a preparar la mesa para cenar todos juntos, por lo que mientras yo me iba a bañar, procurando que el yeso de mi brazo estuviese completamente cubierto para no mojarlo, me imagino que eso estará haciendo junto con la ayuda de todos los demás. A pesar de que en toda la noche tuve un nudo en el estómago, me siento con mucha hambre, por lo que no discutí nada. Chris me había recibido con lágrimas ya derramándose por sus mejillas. Sus brazos fuertes me estrecharon a más no poder mientras me susurraba que yo ya estaba a salvo.
-Te extrañamos tanto -había dicho él-. No sabes todo lo que pensamos en ti, en lo que pasaría si... algo salía mal.
Mis hermanos hicieron lo mismo, solo que un poco más tranquilos que mi amigo. Ellos me dieron un gran abrazo protector, y luego me dijeron que estaban contentos de que esté bien. Y Emma, ella estaba igual, por no decir peor, que Chris. Lloraba a moco tendido y no paró de hacerme preguntas desde el momento que pisé mi departamento. Las hermanas de Chris me abrazaron juntas, dándome muchos besos en las mejillas mientras que, Carter, quien al parecer llegó antes que nosotros, solo me sonreía. Los tranquilicé a todos para no verlos abalanzarse a mí como si me estuviese muriendo, con sus caras tristes y llorosas. Y por último Elle, quien mientras todos arreglaban el salón, el cual estaba desastroso, ella me hizo una seña para que la alzara. Me dio besos en las mejillas, abrazos y no se quiso despegar de mí hasta que dije que me tenía que ir a bañar por lo sucia que me sentía.
Es por eso por lo que le prohibí a Damon besarme hasta que yo no esté completamente limpia. Él se quejó, diciendo que le gustaba sucia o no y que quería un beso de su novia. Solo me había alejado de él, con todo el esfuerzo del mundo, y le dije que no. Por lo que ahora, estoy desvistiéndome encerrada en el baño a punto de entrar a la ducha, con la bolsa de plástico cubriendo el yeso de mi brazo.
Le puse el pestillo a la puerta para que él no vuelva a entrar y me vea desnuda como lo hizo una vez. Aunque esa idea que tanto me aterrorizaba hace un tiempo, ya no lo hace más. Sé que él me quiere, mucho, y por más que nos pasen cosas malas -culpa de Matt-, él sigue estando, yo sigo estando. Ninguno tuvo conflictos al decidir quedarse por más que haya problemas. Ninguno lo dudó. Con él me siento viva, más que nada. Me siento única. Y, ahora, cuando me pongo a pensar en todo por lo que pasamos, me doy cuenta de que ya no me importa nada más que él. Me doy cuenta de que él es y va a ser el correcto. Lo amo, por Dios, un montón. La idea de acostarme con él ya hace días o un poco más que eso, no me aterroriza. Puede que siempre me pregunte a mí misma qué es lo que pasará después. Pero ahora no me importa, ya que sé que Damon no se irá. El miedo disminuye hasta casi ni existir.
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Él es mi boxeador © {Saga Damon #1} DISPONIBLE EN FÍSICO
RomanceLibro publicado en físico por Nova Casa Editorial. Disponible en librerias❤️ {-Saga Damon #1 Él es mi boxeador -Saga Damon #2 Completamente mio} Él Arrogante. Gruñón. Presumido. Desvergonzado. Orgulloso. Posesivo. ...