CAPITULO 22

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LÍA

Me despierto y todo a mi alrededor esta oscuro, ya anocheció afuera, ojos grises duerme a mi lado. Tomo mi celular de la mesita y veo la hora, dos de la mañana, oh genial, otra noche en esta casa, mi estomago ruge y siento la garganta seca, iré por un vaso de agua, mi tobillo tiene nuevamente la venda amarrada, Ian debió ponerla, no recuerdo haberlo hecho yo, bajo los pies de la cama y me siento, busco las muletas y las encuentro junto a la puerta, ir con ellas será mas difícil, mejor voy dando salticos, me levanto descalza y voy hacia la puerta, salto cogiéndome de la pared, llego a la escalera y me agarro del borde, logro llegar abajo, doy vuelta, la puerta atrás de la escalera debe ser la cocina, voy hacia allí y efectivamente es la cocina, es inmensa, la pared trasera esta completamente ocupada por gabinetes, la encimera esta en el centro, es inmensa, tiene taburetes a los lados y al frente, la estufa y el lavaplatos están empotrados en esta, hay una nevera inmensa en la pared izquierda, la abro y descubro un zumo de naranja, busco un vaso, sirvo un poco para tomar, abro un gabinete y lo encuentro repleto de comida, diviso unas galletas integrales y las saco, me siento en un taburete frente a la nevera, veo que hay una puerta toda en vidrio al frente, da hacia lo que parece ser un patio. 

Acabo las galletas y el zumo, lavo el vaso, lo dejo a un lado, guardo el zumo que quedo en la nevera y veo por la puerta, efectivamente es un patio inmenso, creo divisar una piscina atrás pero no estoy segura, afuera está muy oscuro

- ¿Qué haces despierta a esta hora? - dice Ian atrás de mi haciendo que brinque del susto y me caiga de trasero

- Auch - digo en el suelo y ojos grises corre a ayudarme - me asustaste idiota - digo sobándome el trasero cuando estoy en pie

- Perdona - dice riendo, coge el vaso que acabo de lavar sirve agua del grifo y toma, su manzana de adán se mueve cada vez que pasa y es algo que me parece muy erótico, su barba esta mas oscura y eso solo lo hace ver más sexy, termina y deja el vaso donde estaba hace un momento - vamos a la cama - dice acercándose a mí y cargándome en sus brazos - ¿Por qué no usas las muletas?, puedes lastimarte más viniendo así - me regaña cuando llega a la escalera

- Tardaría más en bajar - digo encogiéndome de hombros - no se manejarlas - digo la verdad

- Ya, pues debes aprender a manejarlas- dice y cierra la puerta tras él - tengo un problema - me dice cuando me deja acostada en la cama

- ¿Qué pasa? - pregunto mirándolo preocupada

- Quiero follarla señorita Morel - responde subiéndose encima mío y rodeo sus caderas con mis piernas

- ¿Qué problema hay con eso señor Becker? - respondo apretándolo hacia mi centro haciendo que gruña

- Que no tengo preservativos - responde y me paro de inmediato

- Oh - que frustrante

- ¿Es verdad que tomas la pasta? - me pregunta sin convicción

- Si, la tomo desde hace tres años - digo sonriendo, pero la borro en cuanto recuerdo que hoy me la he saltado, carajo

- Entonces no creo que deba haber ningún problema, ¿siempre habrá una primera vez no? - responde besándome haciendo que olvide todo a mi alrededor, no creo que haya ningún problema ¿no?, mañana me tomare dos.


***


Escucho una vibración molesta en la mesa y busco con la mano, interrumpen mi sueño, agarro mi celular por fin y veo que es una llamada de Zoé

- Hola Zoé - respondo con voz adormilada

- Hola amiga ¿estás bien? - me pregunta

- Si Zoé, estoy en casa de Ian, ¿Qué tal el turno anoche? - pregunto sentándome en la cama, Ian no está en la cama ni en la habitación

- Bien, te reemplace yo por ordenes del doctor Mckonill, me agrado mucho Abigail, por cierto, el guapo de ayer se acaba de ir de nuestro apartamento - me cuenta

- ¿Qué hacía allá? - pregunto poniéndome alerta

- Vino por algo de ropa para ti, se llevo una buena cantidad, también tu bolso de cosas de aseo - dice riendo

- ¿Qué? Y ¿Por qué? - le pregunto alzando la voz

- No sé, solo dijo que el iba a cuidar tu incapacidad, por cierto, te envié tus pastas y la caja de preservativos - dice y me hace reír

- Gracias Zoé, te hablo mas tarde, creo que Ian ya llego - digo y corto la llamada justo cuando ojos grises entra con mi maleta de viaje y mi bolso de aseo personal

- ¿Qué crees que estás haciendo trayéndote mis cosas? - le pregunto asesinándolo con la mirada, ¿Quién se cree que es?

- Yo te cuidare mientras te recuperas, te dije que no saldrás de esta casa sin mi autorización y pensé que necesitarías tus cosas personales así que las traje - dice encogiéndose de hombros como si fuera lo mas obvio

- No tienes ningún derecho a decidir por mí, ni a obligarme a quedar aquí, me iré a mi casa ahora mismo quieras o no - digo poniéndome furiosa

- Ya te dije que no te iras, voy a cuidarte y cuando estés bien podrás irte - dice y sale de la pieza dando un portazo dejándome con la palabra en la boca

- Imbécil - grito y tiro una almohada contra la puerta, no puede tenerme encerrada aquí, me volveré loca.

No Te Busque #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora