CAPITULO 25

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LÍA

- ¿Lía? – dice Ian y lo miro – que carajos hacías afuera, estas temblando – se acerca rápidamente a mi y trata de cogerme en brazos

- No me toques – siseo con la voz temblorosa

- No puedes ni andar por tu propio pie, te ayudare – dice en voz calmada

- Yo puedo sola – digo y paso por delante de él

- Deja de ser tan terca mujer, te ayudare – dice y trata de cargarme nuevamente

- Que no me toques  – grito saliéndome de mis casillas como nunca lo he hecho

No se de donde saco las fuerzas, pero salgo casi corriendo por las escaleras con cuidado sin lastimar mi tobillo, llego a la habitación y entro al baño cerrando de un portazo, pongo el seguro, abro la regadera, espero a que el agua se caliente y entro con la ropa aun puesta, siento ganas de llorar pero no me lo permito, yo no llorare por un hombre que no siente nada por mí, me merezco más, me desnudo, enjabono mi cuerpo, me enjuago y me envuelvo en la toalla, los temblores ya han calmado, me miro al espejo y veo mis ojos irritados e hinchados, cepillo mis dientes y salgo, encuentro a Ian sentado al borde de la cama, se ha quitado la chaqueta, tiene en la mano un vaso con lo que parece ser whisky,  paso por su lado y entro en el armario, saco unas bragas, un brasier, una sudadera de algodón y me visto, envuelvo mi tobillo con la venda nuevamente, me pongo unas medias calientitas, estoy congelada, salgo y me siento en la cama debajo de las cobijas, tomo mi celular y le escribo a Zoé

* ¿Puedes venir por mi mañana? * - voy directo al grano

* Claro ¿a qué hora? * - responde inmediatamente

* A las ocho de la mañana * - escribo rápidamente

* Allá estaré * - responde y me desconecto, me acuesto y miro el techo, quisiera irme ya, pero afuera no ha parado de llover.

La cama se mueve cuando Ian se para, voltea a mirarme y hace el indicio de que va a hablar, pero no lo hace, se da la vuelta y sale tirando la puerta de un portazo detrás de él, cierro los ojos y trato de calmarme, luego me duermo.


***


Escucho que una puerta es cerrada y abro los ojos, ya salió el sol afuera, miro la hora en mi celular, son las seis de la mañana, me levantare ya y esperare a Zoé, la puerta que escuche es la del baño, escucho el sonido del agua caer en la ducha, Ian debe estar duchándose, me levanto y voy al armario, cojo mi maleta y empiezo a guardar la ropa que tengo colgada, abro los cajones, saco mi ropa interior, reviso todos para no dejar nada y cierro la cremallera, cuando salgo arrastrando la maleta, Ian sale del baño y arruga sus cejas al ver que llevo la maleta

- ¿te vas? – dice mirándome ahora a mi

- Si, Zoé viene a las ocho – digo y asiente

Pasa por mi lado y entra al armario,  voy al baño a cepillar mis dientes, mojo mi cara y me recojo el cabello en una cola alta con mechones por fuera, aplico un poco de maquillaje en mis ojos para que no se note lo hinchados que están, cierro mi bolso con mis cosas de aseo, salgo y ojos grises esta sentado en la cama completamente vestido

Me acerco a la cama y me pongo mis pantuflas, volteo a mirar a Ian y él me esta mirando fijamente

- ¿Se acabo? – me pregunta y mira al suelo, ¿de qué está hablando?

- Para que algo acabe primero debe empezar Ian, tu y yo no iniciamos nada – respondo cortante haciendo que me mire a los ojos, le sostengo la mirada

- No iniciamos algo serio, pero si iniciamos algo – dice poniéndose serio

- No te entiendo, primero me dices que lo nuestro es solo sexo y ahora me dices que iniciamos algo – digo con sarcasmo, el aprieta la mandíbula y se acerca a mi

- Todo lo que hemos hecho es algo, si, tenemos sexo, pero también hemos convivido por una semana y hemos dormido juntos – responde sentándose frente a mi

- Si y por decisión tuya, no mía – digo y se pone más furioso

- ¿Por qué le preguntaste por mi vida privada a Camille? y no me digas que no se de lo que hablo porque esta es mi casa y me entero de todo – pregunta dejándome muda, genial, Camille le conto todo

- Tenía curiosidad – digo encogiéndome de hombros

- Ya, pero pudiste preguntarme a mi ¿no crees? – responde cortante

- Supuse que no me contarías nada – digo sin mas

- Okey, aquí estoy ¿Qué quiere saber señorita Morel? – pregunta sentándose recto y retándome con la mirada, vuelvo a ser señorita

- Tu historia con Amaya – digo y él cierra los ojos exasperado, pasa sus manos por su cabello y me mira, su mirada esta llena de recuerdos de su pasado y me mira furioso.

No Te Busque #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora