Springfield, Massachusetts, 8:01 pm.
Si de algo Tate estaba segura, es que nunca en su vida había experimentado tanto miedo.
Thomas traía puesta la capucha de su chaqueta y sus ojos avellana denotaban tristeza y cansancio, eso fue como un martillazo directo a sus costillas. Odiaba ser la posible causante de su estado de ánimo.
Estaba a menos de tres metros frente a ella. Tan cerca y peligrosamente.
Abrió levemente los labios debido a la impresión, esto no debería estar pasando.
Las cosas se les estaban saliendo de las manos.
No podía decirle que ella y su hermano tenían dos hijos, no se atrevía a pedirle que se callara su secreto.
Esa era otra razón por la que había decidido irse sin decirle a nadie. Lo único que provocaría hubiera sido un conflicto entre hermanos.
¿Cómo demonios le pediría a cualquiera de ellos que le ocultaran a su propio hermano sobre su embarazo? No quería imaginarse como sería que ellos sí estuvieran enterados sobre Liam y Madison menos su propio padre.
No iba a decírselo, no podía... no sabía como.
Tenía que convencerlo de cualquier forma que regresara a casa donde debería estar.
Sin que pudiera evitarlo un autobús se atravesó en medio de ambos, impidiendo que se siguieran mirando. Todo estaba sucediendo demasiado rápido.
Cuando el colectivo siguió de largo, Thomas ya no estaba ahí, se había dado la media vuelta para ir al camino contrario.
El semáforo cambió, indicando que ahora los peatones podían cruzar hacia el otro lado. Las personas a su alrededor comenzaron a empujarla y ella seguía inmóvil, mirando como se alejaba cada vez más.
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Los imprevistos del amor® | Cancelada.
RomanceY... aunque Tate no lo quiera, siempre llevará el recuero de Stiles dentro de su corazón.