Capítulo 18

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— En ese caso pregúntame –ríe–

— ¿Podrías  ser mi acompañante en la cena de empresa de mi padre de esté sábado? Necesito que seas mi acompañante porque tú podrás hacer que mi hermano no cometa ninguna estupidez y porque quiero que seas tú el que esté a mi lado esa noche.

Necesito que venga conmigo porque sé que si pasa algo con mi hermano el estará ahí para calmarme y en estos momentos siento que es el único que sabe cómo hacerlo, además a mí hermano le vendrá bien tener a su mejor amigo con él en la cena, eso evitará que haga alguna tontería y evitará una pelea entre mi padre y él. Y además yo me divierto con él y no creo que aguante toda una noche con gente que sólo sabe hablar de la empresa o de otros temas sin interés para mí, lo necesito a mi lado esa noche porque siento que es él al que quiero tener a mi lado.

— Pues claro que sí Jess –me besa– no te preocupes todo saldrá bien.

— Gracias –sonrío–

James se marcha porque tiene que estudiar para un examen, antes de irse me abraza y deja un pequeño beso en mis labios y vuelve a repetirme que todo estará bien que me relaje e intente dormir y pensar en otras cosas, me acuesto y esta vez duermo sin interrupciones.

Es viernes por la tarde y estoy de compras con mis amigas, van a ayudarme a elegir un vestido para la cena de empresa de mi padre pero tras en entrar en unas 4 tiendas sigue sin haber ninguno que me haya gustado y acabamos de entrar en la quinta tienda.

— Vamos Jess son todos preciosos no entiendo como no te gusta ninguno –comenta Emma aburrida de entrar en tantas tiendas–

— Es que ninguno me parece lo suficientemente idóneo para la cena, algunos son muy elegantes y otros muy informales –digo ojeando más vestidos–

— Lo que le pasa es que quiere estar perfecta para James –ríe Cassandra–

— Sabía que no debía de haberos contado nada –bufo–

— Vamos Cass no la enfades , está buscando el vestido perfecto para cena –dice Lissa–

Seguimos mirando vestidos hasta que encuentro el vestido perfecto en la séptima tienda, es un precioso vestido de color rojo, largo y con una raja en el lado de la pierna derecha, es de tirantes con un escote de pico, me compro el vestido y unos tacones negros muy elegantes, con un bolso de mano negro. Salimos de la tienda en busca de una cafetería para descansar un poco y merendar

— Por fin hemos terminado –dice Emma exahusta– empezaba a pensar que ibas a tener que ir desnuda a esa cena –reímos todas–

— Yo también lo pensaba –río– pero estoy muy contenta de haber encontrado este vestido

Me choco con alguien antes de llegar a una cafetería cercana, tirando así su carpeta y sus papeles al suelo.

— Lo siento mucho –digo ayudándolo a recoger–

— No pasa nada Jess el despiste ha sido mío

Me siento extrañada cuando pronuncia mi nombre ya que no me he fijado en la persona con la que  he chocado no me ha dado tiempo  a hacerlo ya que me he apresurado a ayudarlo a recoger sus papeles. Cuando miro es Lukas, ni siquiera le había reconocido la voz.

— ¡Lukas! –digo sorprendida–  ¿Que haces por aquí?

— Nosotras vamos a ir cogiendo una mesa en la cafetería Jess –dice Cassandra y yo asiento con la cabeza antes de volver a mirar a Lukas –

— He ido a por unos papeles que necesita tu padre, me los había dejado en mi casa –ríe– y tú estás de compras por lo que veo ¿no? –señala la bolsa de mi mano–

— Sí estaba comprándome el vestido para mañana –sonrío–

— Vaya pues estoy deseando ver lo preciosa que estarás con el –sonríe–

— Gracias Lukas, bueno tengo que irme mis amigas me esperan –digo despidiendome–

No me esperaba que Lukas me dijera algo así ha sido algo incómodo porque yo no lo veo de esa manera, por eso he querido despedirme cuanto antes de él porque no sabía ni que responderle.
Camino hasta la cafetería,entro y me uno a mis amigas en la mesa.

— ¿Quien era ese chico tan guapo? –pregunta Cassandra–

— Es el secretario de mi padre –río–

— Tenía un aire al Ken de la Barbie –dice Emma–

— Si parece tan perfecto que yo diría que ese no necesita ni cagar –dice Cassandra–

— ¡No seas ordinaria! –exclama Lissa riendo–

— Pero serás burra –río– aunque admito que yo también lo había pensado

— Parece que yo no era la única que lo pensaba –ríe–

— ¡Lo hemos pensado todas nada más verlo, no disimuleis! –exclama Emma y todas reímos–

Me lo paso genial con ellas, siempre están ahí para apoyarme y animarme  y yo también estoy para ellas y siento que son las únicas que me entienden. Después de pasar la tarde riendo vuelvo a casa y suelto la bolsa del vestido sobre mi cama, subo arriba a la azotea, a veces mirar las vistas de Seattle me anima un poco, siempre subía aquí arriba con Alex cuando uno de los dos nos sentíamos mal, aunque hace mucho que no subo aquí, desde que la relación con mi hermano cambió dejé de venir porque me recordaba a cuando nos llevábamos bien.

— Hola, veo que sigues viniendo por aquí–dice alguien detras de mí–

Me giro y veo a Álex ¿Que hace aquí? creí que ya el tampoco subía aquí arriba, aunque alomejor ha subido para fumar quien sabe de Álex me espero cualquier cosa ya.

Te odié hasta desearteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora