Capítulo 22

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— Tú hermano me besó el otro día

— ¡¿Qué!?

— Tranquila, déjame terminar –ríe– hace tiempo que Álex estaba preocupado porque se estaba dando cuenta de que no le atraían las mujeres, al principio estaba frustrado no entendía como podía ser que no se sintiera atraído por ninguna, poco a poco se fué dando cuenta de qué si se fijaba en los hombres, se ha llevado un año totalmente confuso y no ha sido fácil para él, digamos que no quiere salir del armario porque no se atreve y eso es porque es totalmente nuevo en esto aunque además sabes que tu hermano es popular entre las chicas en nuestro instituto y él dice que no está preparado aún para que su vida privada se extienda por todo el instituto, está decidido a dejar que se sepa, le da igual porque ya se ha hecho a la idea y sabe lo que le gusta realmente pero va a esperar a contaroslo primero a tú padre y a ti.

Me quedo callada, totalmente sorprendida, no sabía que mi hermano se sentía así , no tenía ni idea de que estaba tan confuso, y tampoco sé porque prefirió contárselo a James antes que a mí, pero lo único que sé es que voy a apoyarlo en todo, sí el es feliz yo también lo soy.

— ¿Porque te lo ha contado a ti? ¿y porque te ha besado?

— Me pidió ayuda a mi hace unas semanas,no me lo pidió exactamente simplemente me besó, me pilló por sorpresa y después de eso me contó lo que le pasaba.

— ¿Le gustas?

— Bueno soy guapo claro que le tengo que gustar –dice poniendo una cara seductora–

— Eres más bien muy creído y bastante idiota –río–

— ¡Oye! –me hace cosquillas–

— ¡Para James! –río a carcajadas y le agarro las manos– ¿porque te besó? me tienes intrigada

— Tenía curiosidad por besar a un chico por primera vez y sabía que yo lo apoyaría, aunque también puede que le guste aunque solo sea un poquito.

— Claro ¿eso lo dices porque le gustas a todas no? –río–

— Pero sólo soy de una –susurra en mi oído y me rodea la cadera con el brazo, esas palabras hacen que se me pongan los bellos de punta– te quiero Jess –susurra y mis mejillas se encienden, hasta ahora no me lo había dicho, ni yo a él tampoco pero  esto significa que estamos avanzando y eso me gusta –

— Te quiero –susurro y lo beso–

Ha pasado una semana desde que James me contó lo de Álex y aún sigo esperando a que mi hermano me lo cuente, sin embargo aún no me ha contado nada, aunque hoy me ha pedido que fuésemos a tomar café a mi cafetería favorita porque quería pasar tiempo conmigo, tengo la impresión de que tiene pensado contármelo hoy. Ya son las cuatro de la tarde y estoy lista para irme con mi hermano, me he puesto un jersey blanco ajustado con una bufanda beige y unos vaqueros ajustados con mi cinturón Gucci, es mi preferida,me calzo mis botas beige y un abrigo beige.

— ¿Estás lista? –dice apoyado en el marco de la puerta–

— Sí, ya estoy lista –río–

Salimos de casa y vamos andando hasta la cafetería, hablamos por el camino y se hace bastante corto, me encanta volver a hablar con mi hermano y que nos llevemos bien de nuevo es increíble.

— ¿James trabaja hoy?

— Pues creo no, los sábados no trabaja

— Una pena, no podré meterme con el entonces –ríe–

— Pero que malo eres –río–

Cuando llegamos a la cafetería veo a James dentro pero no está trabajando, está sentado en una de las mesas con una chica bastante guapa, es rubia y de ojos azules, se ve que la chica es de nuestra edad, y no tengo ni idea de quién es, miles de preguntas se me pasan por la cabeza en este momento ¿quien es esa? ¿y porque ha quedado con ella a solas? no me ha hablado de ella, aunque claro si me está engañando no me lo iba a decir, el sábado pasado me dice que me quiere y hoy lo pillo con otra no me lo puedo creer.

— ¿Estás bien? –dice Álex sacándome de mis pensamientos–

— ¿Quien es ella? –digo señalando a esa rubia que está con James –

— No lo sé –dice mirándola– ¿prefieres que vayamos a otro sitio?

— Sí.. prefiero no entrar, no sé quién es y si entro no quiero entrar para estar enfadada.

— Será lo mejor, si entras enfadada con él y resulta que no es lo que parece podrías quedar mal, ya hablarás luego con él, ahora olvídalo y vamos a pasar una buena tarde ¿vale?

— Vale –digo poco convencida, no creo que pueda olvidar esto, más bien creo que estaré pensando en ello  durante toda la tarde aunque lo intentaré, lo olvidaré y luego quedaré con el para hablar sobre ello–

Te odié hasta desearteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora