Mis Animales Muertos

III

Me pongo a contar los segundos,
De estos minutos de lutos,
De silencios ruidosos,
En los que miro las paredes como si fueran a ventana abierta,
todo está en una pequeña grieta.
En la cual el poeta
observa con la esperanza de encontrar la respuesta,
Pero lo que éste no se dio cuenta,
Es que no hay preguntas,
Pero el sólo pensar qué hiciste una a este lo espanta.

¿Quieres una nueva puerta?
¿A qué le apuestas?
¿Porqué las cosas más imposibles son las que todos desean?
Qué locura tienes Esteban.
Tus ideas se pelean y tú...

Tú sigues de pie mientras los demás se caen porque se quiebran.

¿Dónde quedará todo? ¿Dónde te llevará todo?
¿Todavía no te lo has preguntado?
¿Por qué?, si quizás, allí esté todo lo que en esta corta vida busqué.

Pero aún sigues.

Sigue corriendo que aún tiene que crecer y creer en algo,
En lo que sea, pero con tu vida debes hacer algo.

Veinte años no son nada dicen en el tango,
Pero hoy ya son más de veintiún otoño,
Y es por eso, que en está oscura noche,
Dejó ha Carlos Gardel dormir en paz y me dejó llevar por el polaco Goyeneche.

Estoy tratando de escribir mí poesía
Como aquel, médico, guerrillero, Ernéstor Che.
¿Ridículo bohemio qué haces en la doble H?
¿Quieres tapar tus pozos y no es suficiente un solo parche?
Dame tu mano amigo, que juntos avanzaremos hacia atrás.
No crees en curas, es por eso que en estos grises renglones de estas hojas blancas frías te confiesas.

Poco a poco reúne las piezas,
Respira con fuerza,
Tu cuello se enrojece, tu voz se enroquese,
Haciéndose más fuerte que las demás voces...

¡Calla!

Deja de comportarte como un necio,
Ya eres grande y tienes que darte cuenta que en esta vida todo tiene su precio,
Y que se paga caro el o romper con el silencio.

Hay Esteban, te conozco y sé que aún así lo harás,
Y qué estás en tu búsqueda esperando,
un pequeño espacio,
Aunque a estos se los comprimen pero para ti, nada cambió,
Nada desapareció.

Sigo contando los segundos de estos minutos,
Con el deseo e interés de que mi hora sean recuperadas o, por lo menos sean bien gastadas.
De ruidos a callados,
Observando la ventana abierta, como si fuera una pared rota,
En la cual el poeta, creyó que encontró la respuesta,
Pero sólo ha generado preguntas!

Shhh...

Acuérdate, que sólo pensar que existe una pregunta a este...

Lo espanta.