Salí hacia el pórtico y Luke me esperaba sentado en la mecedora viendo hacia la casa de enfrente, dirigí mi mirada hacia la misma dirección y divisé con chicas una morena y otra castaña, sonreí y me acerqué a él.
-¿Estás listo?.-Pregunté e hice que saliera de sus pensamientos.
-Si, ¿a dónde quieres ir?.
-A ningún lugar en especial, solo quiero caminar y tomar un poco de aire fresco, hace mucho que no lo hago.
-Si, la oficina debe de estar matándote, no se como pudiste terminar detrás de un escritorio, tanto que odiabas eso.-Sonrió
-Bueno, a veces debes de hacer cosas que no te gustan solo para salir adelante.
-¿Y por lo menos te pagan bien?.-Preguntó.
-Digamos que si. Pero hey, dejemos de hablar de oficinas, escritorios y todo eso. ¿Qué tanto veías tu a esas dos chicas?.
-¡¿Yo?!.-Preguntó haciéndose el desentendido.
-Ni creas que no me di cuenta, anda, cuéntame.
-De acuerdo, pero antes… quiero pedirte una disculpa por lo que dije allá adentro, soy un ojete.-Paso su manos por su nuca.
-No te preocupes, aunque si concuerdo en eso de que eres un ojete.-Reí.
-Boba.-Siguió mi risa.
-¿Me contarás?.-Señalé a las chicas con mi barbilla.
-Asisten a la Universidad a la que yo voy, estudian diseño de interiores así que comparto un par de clases con ellas.
-¿No estudias diseño industrial?.-Pregunté levantando una ceja.
-Si, pero muchas veces todos los de diseño compartimos una que otra clase, todos nos conocemos.
-Oh, ya veo… bueno, prosigue.
-Ambas tienen dieciocho años, son mejores amigas y ambas están en segundo semestre pero…
-¿Pero?...
-Es la morena.-Sonrió.
-Es muy guapa.
-Lo es… se llama Kristen.
-¿Le has hablado?.-Pregunté y el negó con la cabeza.
-¿Por qué?.-Pregunté mientras le extendía mi mano para que se levantara.
-Me da mucha pena.
-¿Por qué?.-Pregunté curiosa.
-Tengo mucho miedo de que me rechace, los demás chicos ya saben de mi enfermedad, mis únicos amigos son Ryan y Tom.
-Tonterías, deberías de darte la oportunidad, háblale, si no lo haces te vas a quedar con la duda de que hubiese pasado si…
-Lo sé, pero es muy difícil, Tom me ha dicho que me consigue su teléfono.
-¿Para qué? ¡Por Dios Luke la tienes de vecina!.
-En realidad la que vive ahí es la castaña, Debbie se llama, creo que ha venido por un trabajo en equipo.- caminábamos por la banqueta. –Ella vive tres casas más hacia atrás.
-Es lo mismo Luke, es vecina.
-Es que…-Lo interrumpí
-Espera.-Dije y crucé la calle hacia las chicas. Voltee la vista hacia mi hermano y noté que se había puesto como un tomate.
-Hola chicas.-Saludé.
-Hola ___.-Saludó la castaña.
-¿Sabes mi nombre?.-Pregunté sorprendida.