Capítulo 11. "A la recámara."

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Pasaron unos quince minutos desde que habíamos salido del Rills y nadie había soltado ni un gemido desde aquella pequeña discusión, ambos iban viendo las luces de la ciudad, ella seguía abrazándose, pues el aire acondicionado de la camioneta estaba muy fuerte, en cambio el, parecía disfrutarlo, llegaron a un hotel muy lujoso, por el letrero que había en la entrada iluminado por luces se llamaba “Golden Resorts”, enseguida llegaron hasta el ballet parquin, el joven de ojos color gris le abrió la puerta a ___ y le soltó una sonrisa, ella no supo que hacer y agachó la mirada, Harry se percató de aquello y se colocó al lado de ella rodeándola por la cintura, le entregó las llaves al tipo con desprecio y caminó con ella sin soltarla de la cintura.

-Fuiste muy déspota.-Le susurro ella.

-Y tú no vas a ser la excepción.-Le susurró el de la misma manera.

Aquellas palabras, la habían dejado helada, tal vez el resultaba ser peor que los otros, los demás no se lo habían hecho saber sino hasta el acto, se paró en seco y el siguió caminando, él se percató de que ya no la llevaba a su lado y sonrió para el mismo.

-¿Vienes o voy por ti?.-Dijo en cuanto se volteó para verla. Así, ella avanzó.

Llegaron a la recepción y una rubia los atendió.

-Hola, muñeca.-Habló Harry, Dios, ese hombre era un descarado, no le importaba ni siquiera aparentar. La recepcionista le contestó con una risita tonta, ___ solo bufó. –Por favor, la habitación con el nombre del señor Styles.-

-Enseguida.-Mordió su labio inferior. –Listo, suite presidencial, piso 40, habitación 401.-Indicó la rubia.

-Muchas gracias linda, eres muy eficiente.

-Lo que se le ofrezca.-Sonrió.

-Sígueme.-Me indicó y así lo hice, llamó al elevador y éste tardo minutos en bajar, el me veía descaradamente. -¿Desde cuándo cantas?.-No contesté. -¿Me has escuchado?.-Continuó y exhaló. –¿Aparte de golfa,  mal educada?.-Preguntó y se carcajeó. –Voltee el rostro, el elevador llegó y subí primero, cerro las puertas y jaló de mi codo derecho. –Te hice una pregunta allá afuera.

-Usted no ha pagado para charlar, señor Styles.-No lo miré a los ojos y él rio.

-Pues me gusta que cuando yo hago una pregunta me contesten enseguida y también me gusta que cuando estoy hablando me miren a los ojos.-Jaló mi mentón y lo estrujó entre su mano derecha.

-Me está lastimando.-Apenas pude decir.

-¿Y me importa?.-Sonrió su mirada se dirigió a mis labios y me beso con desesperación, su agarre de mi codo derecho aún no paraba, me acorraló contra la pared del elevador y dejo caer su cuerpo sobre el mio, era un beso impaciente, prisionero, salvaje pero con el paso de los segundos se volvió en un beso relajado, su agarre en mi mentón se había vuelto caricia, quitó su mano de mi codo y la poso en mi cintura, las puertas del elevador se abrieron y así dejo de besarme, salió del elevador y a los pocos segundos lo seguí, abría la puerta de la habitación 401, entró y dejo la puerta abierta, me asome y servía dos copas de champagne. –Pasa.-Dijo sin mirar. –Ponte cómoda. –La habitación era grande, tenía su propia sala, cocina, comedor, balcón y en la parte trasera la gran cama decorada con sábanas color beige, era como un apartamento, cerré la puerta y coloqué el seguro, pase por la sala acariciando con la palma de mis manos los sillones, me paré frente al balcón y abrí las puertas, enseguida el aire fresco que cubría la ciudad de Londres rosó mi cara, sonría ante tal tacto y caminé hacia el balcón, posé mis manos sobre este y dirigí mi vista hacia toda la ciudad.

-Es increíble…-Susurré.

-Toma.-Una voz ronca me sacó de mis pensamientos, el ruliento me ofrecía una copa de champagne.

-Gracias…-Susurré y di un trago.

-¿Ya hablas?.-Sonrió.

-Bueno, usted había dicho que…

-De nuevo, primera, no me hables de “usted” y segunda, lo que vamos hacer ni siquiera permite que hablemos.-Se carcajeo.

-Bueno, ¿empezamos?.-Dije y solté mi cabello, agradecida estaba con el aire que me ayudo a peinarlo en ese momento.

-Eh… si.-Se aclaró la garganta. –Antes tengo que dejar unas cosas muy en claro.

-Soy toda oídos.-Bebí de nuevo.

-Esto va a ser simple sexo, no hablo cuando tengo sexo, algunas veces… cuando me gusta lo que estoy haciendo, suelo ser un poco… ya sabes, rudo, estoy casado, tengo 31 años, cuatro años de matrimonio y no pienso dejar a mi esposa por cualquier…-Lo interrumpí.

-No veo necesario todo esto que me estás diciendo, no se si te haya dicho Ángelo pero… no suelo acostarme más de una vez con un cliente, así que esta es la primera y la última vez que voy a compartir la cama contigo.-Dejé la copa de champagne a un lado, encima del balcón.

-¿Y Esteban?.-Preguntó de la nada.

-¿De que hablas?.-Dije restándole importancia, caminé hasta adentro de la habitación.

-Con el que te ibas a casar pero resulto que estaba casado y se murió por ti, literalmente.-Soltó y bebió de su champagne.

-¿Qui… Quién te ha dicho eso?.-Me di la media vuelta y lo miré a los ojos.

-Investigo muy bien con quienes comparto la cama.

-¡Vaya!... un playboy de primera.-Sonreí.

-¿No te da remordimiento saber que alguien se murió por tu culpa?.-Terminó su copa.

-¡Yo no tuve la culpa de su muerte!.-Grité mientras lo apuntaba con mi dedo índice.

-Cuidadito como me hablas, Campbell.-Llenó de nuevo su copa. –Aún no llega la hora de gritarme.-Rio. –Pobre Esteban… mira que matarse por el “amor” de alguien como tu.-Hizo comillas con sus dedos cuando dijo amor.

-Yo no he venido aquí para tolerar tus insultos.

-He pagado por ti y mientras estés conmigo te puedo tratar como yo quiera.-Se señaló a si mismo. –Y vaya que he pagado mucho por ti, debes de hacer maravillas en la cama.-Mordió su labio inferior.

-¿Cuánto le has dado a Ángelo por mi?.-Escupí las palabras.

-Eso no importa, ahora el costo debe de valer la pena.

-¿Podemos comenzar?.-Dije sin ánimos.

-Claro que podemos.-Subió la copa y agacho la cara haciendo un ademán de reverencia. –Sígueme.

-¿A dónde vas?.-Le pregunté.

-A la recamara, ¿O dónde lo quieres hacer primero, mi amor?.-Su risa sonó por todo el cuarto.

"Ruleta Rusa" H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora