❥Premier Baiser

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Siguen siendo solo míos me mato.

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— Queda embobadamente sonriéndo al recibir aquel beso, pero intenta no mostrarlo mucho para mantener su postura, más allá de que por dentro estaba muriendo de ternura. — Por nada, mi vida. — Responde con una sonrisa demostrativa, para luego tomar las llaves de su auto y presionar el botón del seguro automático antes de comenzar a caminar a tu lado. No pudo evitar mirarte de reojo con adoración y ternura que le causó poder percibir la vergüenza e inseguridad que te transmitió aquel gesto del dulce besito en la mejilla, aquellos de tus sentimientos mencionados se percibían tanto que nisiquiera podrías mirarlo a los ojos por algunos minutos. Eso realmente era signo de una persona sensible y bella. Llegada a la puerta, sonríe al poder escucharte hablar otra vez y asiente con la cabeza. — Así es, Tokky. — Dice devolviéndote una sonrisa coqueta, para luego atreverse a tomar delicadamente tu mano en la suya. — Vámonos. — Afirma suave, aún manteniendo aquella sonrisa con más seguridad mientras entrelazaba sus dedos con los tuyos con cariño y cuidado. Una vez hecho, avanza contigo dentro del lugar, manteniendo te cerca a su lado mientras ambos caminan por el lobby del lugar, hasta llegar a la recepción. Un vez con su mesa indicada, se dirigen a las puertas del ascensor cual los llevará a lo más alto del centro de Los Ángeles. Aún esperando el ascensor niega internamente soltar sus manos entrelazadas. Quería que esta primera cita sea especial. —

— Muerde su labio con delicadeza ante lo último que dijiste. Ya no podía disimular más. Algo que ya tenía bien en claro es que ese chico le encantaba, de piés a cabeza, por dentro y por fuera, y para él era tan evidente que era innegable hasta de pensar. Cada comentario dulce que hacías se transformaba en peso acumulado. Peso de no poder responderte como él quisiera, peso de solo poder recurrir a las palabras que no llenaban lo que él sentía. Entra al ascensor a tu lado, estando decidido de hacer lo que quería sin siquiera pensarlo antes. Se llena de confianza y voluntad y una vez de que las puertas se cerraran, lleva ambas manos a tu cintura, y sin ser brusco, avanza hacia la pared, dejándote acorralado de espaldas contra dicha pared y él, apoyándote justo al lado de la botonera de pisos. Ambos cuerpos estaban pegados y ambos rostros muy cercanos. Jacob se mostraba seductivo y lleno de confianza, con su labio asomado suave y levemente entre sus dientes, se dedica a admirarte a esta cercanía por primera vez. Ver tus ojos azules y resplandecientes con tanto detalle y profundidad lo volvía loco de amor, pero nada se comparaba a sentir tu respiración y tus labios rosados tan cerca. — Eres tan hermoso, Tokky. Muy hermoso. — Susurra suave y lento mientras sube una de sus manos a una de tus mejillas para acariciarla delicadamente con el reverso de sus dedos a la vez de que masajea tu pómulo marcado con su pulgar. — Me enloqueces. — Susurra de la misma forma pero con más sensualidad. Levanta rápidamente su otra mano para presionar el botón que frena el elevador y vuelve a llevar ambas manos a tu cintura, para al instante finalmente poder juntar sus labios en un beso de la forma más deseada. Capturando tu labio inferior entre los suyos, sin dejar de moverlos a la par de los tuyos, dejándose sentir la satisfacción y la honorable pasión del acto, y hundiéndose en ella. Sus manos acariciaban y masajeaban tu espalda baja, sincronizandose con los movimientos dulcemente pasionales de sus labios, sintiendo como suavemente se eriza su piel ante el fuerte sentimiento del momento.—

— Corresponde a tu beso, pero a diferencia que anteriormente, en esta vez se le notaba más seguro y apasionado, producto de la alegría y locura que había sentido en su pecho tras haberte escuchado. Él sabría que ya no hacía falta seguir hablando. El ritmo pasó a ser más fuerte y más notorio que el anterior. Posa tu labio inferior entre los suyos y luego tu labio superior, y así otra vez, besándote de esta forma con sus lenguas de por medio, disfrutando de la húmeda calidez del otro, dándose masajes rítmicos y pasionales. Durante esto, te tenía contra la pared del ascensor, juntando sus cuerpos, dejándolos completamente pegados al otro, generando que ambos calores corporales se junten. Frota y masajea tu espalda a lo largo del beso, logrando mantener sus cuerpos pegados, arrugando involuntariamente tu camisa fina, la cuál en algún sector de tu espalda se fue zafando de haber estado metida en la cintura de tu pantalón. Acciones involuntarias e inconcientes, sin muchas intensiones, pero que eran propias de la locura del sentimiento que crecía tan de pronto.

— Relame sus labios levemente cuando el beso se corta y muerde un poco el inferior al sentir el pequeño roce de tus dientes con la piel de su cuello. Realmente le encantaba todo tipo de contacto contigo, momentos así lo enloquecían. Pero ya era hora de volver sus pies a la tierra. Ríe suave ante lo que mencionaste y sube una de sus manos a tu mejilla, para acariciar esta un poco. — Tienes razón, Tokky. Deberíamos...— Dice en susurro, ya que sus labios ya se encontraban lo suficientemente cerca de tu oído. — Pero bebé, si me besas de esa forma, olvídate de que quiera estar en otro lugar. — Susurra de la misma forma, estando un poco más cerca a tu oído para mostrar más intimidad al comentario, encerrándote un poco más en su abrazo. Mantenidos en el abrazo, el moreno hunde su rostro en tu cuello unos segundos, haciendo de este un pequeño y corto acurruque entre ambos, dándose un tiempo para reaccionar en la realidad y tranquilizar su corazón. Luego de esos segundos de tranquilidad, Jacob deja un beso en tu cuello, luego en tu mejilla y finalmente en la punta de tu nariz, así llevando sus rostros a estar enfrentados. — Ahora sí, vamos. — Dice en un tono más normal, con una sonrisa cariñosa. Desarma el abrazo para así presionar el botón que vuelve a activa al ascensor en marcha. Vuelve hacia ti, esta vez abrazándote por la cintura desde atrás y dejando que te relajes contra él mientras el ascensor comienza a subir nuevamente. —

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❤️❤️❤️❤️

Te amo tanto, angelito. Muchísimo.

Recuerdo que no estaba seguro si debía besarte o no, y estuve toda una tarde insistiéndole a Morris para que me averigüe si era lo que querías. ❤️

Pour mon doux ange.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora