Cogí el teléfono y marqué por enésima vez el número de mi madre. Antes de que sonara volví a cortar la llamada. ¿Qué la iba a decir?
El enterarme de quien era verdaderamente mi padre había sido un shock, por un lado quería respuestas y saber todo lo que se me había ocultado durante años. Por otro, quería hacer como si nada hubiera pasado, enterrar todo aquello y que quedara oculto para siempre hasta olvidarlo. Pero sabía que no podría, una vez abierta la caja de Pandora ya no se puede volver a cerrar.
Mi primera reacción, nada más levantarme al día siguiente, había sido llamar a mi madre e interrogarla, descubrir todo acerca de mi verdadera familia. ¡Tenía tantas preguntas que hacer! ¿Quién era mi verdadero padre? ¿Y mi madre? Byron ni siquiera la había mencionado. Pero una vez me había encontrado con el móvil en la mano no había tenido el valor suficiente.
No quedaba tanto para que llegaran las vacaciones de navidad y allí tendría un descanso. Podría ir a ver a mi madre y aclararlo todo, realmente no era algo que se pudiera hablar por teléfono y de cualquier manera. Además, conocía a mi madre y si no iba con cuidado se cerraría en banda y no me contaría nada. Sería mejor esperar a llegar a casa, entonces hablaríamos de todo aquello en persona, pero hasta entonces no podía permitirme pensar en ello. Tenía que centrarme en las clases. Había pasado 23 años de mi vida engañada, por unos meses más no iba a pasar nada.
Marqué de nuevo el teléfono y esta vez sí que hablé con mi madre pero no saqué el tema. Al oírla me dí cuenta de que nada había cambiado, era mi madre y mi familia de siempre. El resto tendría que esperar. Cogiendo mis cosas me encaminé hacia mi primera clase.
—Deberían irse a comer a otro sitio. —Dije indignada mientras veía como Byron y Sarah comían juntos en la cafetería.
Parecía que fuera dónde fuera tenía la mala suerte de encontrármelos y no me hacía ninguna gracia. Desde que había llegado, salvo cuando Sebastian estaba trabajando, ella no se había separado de él ni un instante. Le estaba enseñando el funcionamiento del hospital pero la verdad es que parecían bastante cómodos estando juntos.
Además, después de lo que había pasado la noche anterior con Sebastian se me hacía aún más difícil verles tan compenetrados. Sabía que aquello no había cambiado nada entre Sebastian y yo pero me negaba a aceptar la realidad.
—¿Todo bien? —Me preguntó Bri.
Vaya lo había dicho en voz alta.
—Sí, no es nada. —Dije al ver como salían ambos de la cafetería a continuar con la visita al hospital. Por lo visto Byron debía de ser muy gracioso porque ella no paraba de reírse y para colmo tenía una sonrisa de lo más perfecta.
—Venga ya. —Maldije al ver en las noticias a la propia Sarah. ¡Era posible que estuviera en todos los lados!
—Es activista de un grupo pro vampiros. Lucha por la libertad y los derechos de las criaturas mágicas. —Me informó Bri.
ESTÁS LEYENDO
Hospital Kinston (editando)
Romance«-Dime Alma, ¿por qué quieres trabajar en este hospital? El oírle decir mi nombre de nuevo me descolocó por completo. Todas las respuestas que había ensayado en mi casa se desvanecieron de mi mente. Solo podía mirar a esos ojos dorados y profundos...