Afortunadamente las peleas que solía tener con mi madre eran bastante efímeras, ya que a ella se le olvidaban enseguida.
A veces admiraba su capacidad para abstraerse de todo lo que le rodeaba y de crear su propia versión de la realidad. La discusión que habíamos tenido aquella mañana parecía no haber sucedido nunca y todo lo que la había dicho acerca de lo que quería para mi futuro no había hecho más que caer en saco roto.
Conocía bien a mi madre y sabía que ella siempre había sido así. Era más fácil ver el mundo, y de paso a las personas que te rodean, como tú querías que fueran y no como realmente eran. Así era mi madre.
Al menos aquello tenía algo positivo y era que podía abordarla de nuevo para preguntarla por mis orígenes con mejor predisposición y como si no hubiera pasado nada.
Habíamos terminado de comer. Mis hermanos y mi tía habían vuelto a casa al poco rato de que yo me levantara y, mientras mi tía y mi madre hacían la comida, yo había aprovechado para ponerme al día con ellos mientras jugábamos. La diferencia de edad cada vez se iba notando más con el paso del tiempo, o tal vez era que yo había cambiado más de lo que pensaba en ese tiempo.
Después de comer aproveché que nos habíamos quedado de nuevo solas para hablar con mi madre. Esta vez intentaría mantener un poco la calma. Sabía que si mi madre se cerraba en banda y no aceptaba hablar del pasado no habría manera de que cambiara de opinión.
—Hola mamá. ¿Quería hablar contigo? —Dije sentándome con ella en el salón. —Siento lo de esta mañana. He llamado a Lauren y ya he quedado con ella para ir a verla un día de estas vacaciones.
—Eso es genial. Dale recuerdos de mi parte. —Dijo mi madre cambiando el tono de su voz a uno más agradable.
—Lo haré. Solo quería que supieras una cosa. El hospital y la gente que ahora forma parte de mi vida son muy importantes para mí. Si no quieres aceptar esa parte de mi vida no aceptarás una parte de mí y de lo que soy.
—Escucha eres muy joven y no sabes nada de la vida. —Me interrumpió ella. —Ahora todo «aquello» es nuevo para ti y por eso te llama la atención, pero con el tiempo te darás cuenta de lo que es realmente importante y de dónde debes estar. Yo solo quiero ahorrarte ese tiempo porque sé lo que te conviene.
—Aunque tuvieras razón debo ser yo quien se dé cuenta de todo eso que dices. —Intentar razonar con mi madre era sumamente difícil.
—Tal vez cuando te quieras dar cuenta ya sea demasiado tarde. La gente tiene sus vidas y seguirán con ellas. El tiempo se pasa rápido y te olvidarán. Ciudad del Este no va a esperar toda la vida por ti y chicos como Chris tampoco lo harán.
—Veo que no nos vamos a poner de acuerdo en esto. —Mi paciencia estaba empezando a agotarse. Hacerle entender mi posición a mi madre era una batalla perdida y de todas formas prefería ir al asunto que realmente me importaba en esos momentos.
—No hay nada en lo que ponerse de acuerdo. Yo soy tu madre y sé lo que es bueno para ti y lo que no. Además ahora que no está tu padre no puedes pensar solo en ti misma. Tu tía está siendo muy amable al permitir que nos quedemos aquí, pero es algo temporal. Tarde o temprano tendremos que ver lo que hacer con nuestro futuro.
—¿Qué quieres decir con eso? —No sabía a dónde quería llegar. Desde la muerte de mi padre mi madre parecía no haber vuelto a pensar en el futuro.
—Bueno, no quería decirte nada aún porque está todo en el aire pero sigo teniendo algunos buenos contactos en Ciudad del Este y estoy intentando ver si podría haber alguna plaza en el centro médico donde hiciste las prácticas el verano pasado.
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Hospital Kinston (editando)
Romance«-Dime Alma, ¿por qué quieres trabajar en este hospital? El oírle decir mi nombre de nuevo me descolocó por completo. Todas las respuestas que había ensayado en mi casa se desvanecieron de mi mente. Solo podía mirar a esos ojos dorados y profundos...