Ruthless [ EDITANDO ]

Especial Navidad 1/3

Alexander

Luego de esa pequeña conversación con Kate y nuestro encuentro de miradas ella me dijo que descansaría un poco ya que con toda la sangre que perdió todavía se siente algo débil, entonces se dio media vuelta en la cama y luego de unos minutos escucho que su respiración se tranquiliza eso quiere decir que ya se quedó dormida.

El aburrimiento estaba matándome ya al igual que el dolor en mi trasero de tanto estar sentado en ese pequeño y duro sofá así que me levanto y camino hasta la puerta para salir de la habitación.

Camino por los vacíos pasillos del hospital hasta llegar a la cafetería, me acerco hasta la barra y pido un café negro sin azúcar. Cuando la amable señora de la barra me lo da le agradezco y camino hasta una pequeña mesa que no se encuentra muy lejos.

Tomo mi celular y llamo a Dylan el hermano de Kate para que le cuente a su familia que ella ya despertó.

Llamada Telefónica

-¿Hola? –Contesta con un tono adormilado.

-Dylan, soy Alex.

-Oh Alex ¿Cómo esta Kate? –Dice rápidamente.

-Muy bien, acaba de despertar hoy en la mañana.

-Eso es genial, y pregunto por nosotros ¿Cómo está? ¿Qué tiene? ¿Cuándo volverán? –Dice haciendo miles de preguntas que ya ni recuerdo.

-Ella está bien –Respondo acordándome solo de esa pregunta.

-Yyy –Dice para que prosiga.

-No recuerdo las otras preguntas –Digo riendo.

-¿Qué tiene Kate?

-Una bacteria entro en su cuerpo cuando llegamos a Roma.

-Ohh... pero mejorara ¿verdad?

-Sí, solo tiene que descansar y cuando lleguemos allí tomar unos medicamentos.

-¿Y cuándo volverán?

-En unas horas sale nuestro vuelo.

-Eso es genial, ya quiero ver a Kate. Agradezco que ella tenga un novio como tú que la cuide.

-Sí, creo –Digo en un tono desanimado.

-¿Ocurre algo? –Pregunta con preocupación.

-Emm... Kate y yo ya no estamos juntos.

-¿QUÉ? –Grita por lo que tengo que apartar un poco el teléfono de mi oreja –Pero ¿Por qué? –Dice en un tono más relajado.

-Emmm... -Digo y comienzo a contarle toda la historia a Dylan desde el día en que llagamos a Roma, hasta el día en que Kate me vio besándome con Summer.

-¿Y mi hermana todavía habla contigo? Como es posible eres un idiota, espera que llegues aquí y te mataré –Dice en un tono muy enojado.

-Sí, es me vendría genial en este momento.

Fin de la llamada Telefónica

Corta la llamada sin dejarme seguir explicando, al parecer está muy enojado y no lo culpo, si yo tuviera una hermanita también sería muy protector con ella y no dejaría que ningún imbécil se le acerque.

Así que con lo que le hice a Kate espero que me golpee bien duro, porque ella no merece derramar ninguna lágrima y menos por mí.

Al cabo de unos minutos termino mi café, tiro el recipiente en un sesto cercano y salgo de la cafetería. Iré a ver si Kate ya despertó para avisarle que iré hasta la casa a buscar nuestras maletas, ya que cuando le den el alta nos iremos directo al aeropuerto.

Camino hasta su habitación y al abrir la puerta de esta la veo acostada en la cama mirando hacia el techo.

-Kate –Digo y ella gira su cabeza para mirarme.

-¿Qué pasa? –Dice en un tono tranquilo.

-Iré hasta la casa a buscar nuestras cosas ¿Necesitas que te traiga algo?

-Mmm... no estoy bien –Dice pensativa.

-Claro, vuelvo en un rato.

-Adiós.

(...)

Al cabo de una hora vuelvo otra vez al hospital a buscar a Kate, ya me han llamado de la recepción para decirme que ya le han dado el alta a Kate y tengo que ir a recogerla. He guardado todas nuestras cosas en las maletas y las he subido al carro, así que ya estamos listos para el largo viaje que nos espera.

Llego al hospital y veo a Kate sentada en una banca en la puerta esperándome, me bajo de auto y camino hasta ella.

-¿Nos vamos? –Pregunto cuando llego a su lado.

Ella asiente y se levanta, yo tomo su bolso y subimos al auto.

Enciendo el auto y conduzco hasta el aeropuerto, al llegar yo bajo las cosas ya que no quiero que Kate haga nada de esfuerzo.

Camino por los largos pasillos del aeropuerto con todas nuestras cosas y Kate unos pasos detrás de mí.

-Alex –Me llama y volteo rápidamente a verla –No estoy inválida, puedo llevar mis cosas –Dice con un tono molesto.

-Kate, yo puedo llevarlas, tú no tienes de que preocuparte.

-Okay –Dice resignada.

Luego de darle nuestros pasaportes y pasajes en la recepción a una amable señora podemos subir al avión.

-Gracias por el viaje –Dice Kate cuando ya estamos sentados en nuestros acientos.

-Por el peor viaje –Digo.

-No fue el peor viaje, algunos momentos fueron hermosos.

-Entonces por nada.

Ella me da una sincera sonrisa y voltea su cuerpo en el asiento para dormir un poco.

-Hare todo lo posible para volver a estar juntos Kate –Digo en un susurro apenas audible –Te amo.