- ¿Jugamos a un juego?
- Depende, ¿cómo se juega?
- Se trata de que tú me entregas tu corazón. Si ganas te lo devuelvo, sin daño alguno, y además ganas mi amor. Pero si pierdes, te lo regreso roto.
- Perece divertido. ¿Hay algo malo en todo esto?
-Sí, solo uno. Si pierdes, a lo mejor te duele.
- ¿Cuánto?
- Un poco, no te preocupes...
- Entonces, está bien. Acepto jugar.
- Está bien, bienvenido al juego del amor."Pobre alma inocente, se aferró a una rosa con espinas. ¿Por qué jugamos con los sentimientos de la gente, cuándo en el fondo te sientes mal por ello? No deberíamos hacerlo pero, ¿por qué lo hacemos? Somos unos hipócritas"