Romeo x Cinderella

El porqué

Makoto se había quedado como tonto, embobado por unos simples besos. Lo más raro de ese pequeño accidente era que deseaba continuar con aquello, quería terminar lo que recién él mismo había provocado y el otro sin objeción alguna le había dado permiso sin darse cuenta. Se había dado cuenta desde el primer instante en que sus labios se tocaron.

Ambos se deseaban.

¿Cómo podía ser eso posible si la noche anterior se conocieron? Makoto culpaba a las hormonas.

Las putas hormonas.

En el momento que vio a Haruka huir de la escena, del momento, algo en el le hizo pensar que era como cenicienta. Escapó antes de que la magia terminara. Antes de que supieran que lo que habían hecho estaba mal, y el muy corto tiempo que se habían conocido ya habían sucumbido ante la tentación. Todo pasó muy rápido, literalmente.

El castaño se levantó de su lugar y comenzó a caminar directo al castillo. Ya conocía el camino de regreso. No podía dejar de pensar que dirían sus padres si supieran que se sentía atraído por un hombre. Sin embargo, Makoto no era gay o eso pensaba. Ya había tenido una novia pero su relación no funcionó así que era ¿bisexual? No, tampoco, sólo empezó a sentir eso hacia Haru.

Sí, eso debía ser. Haru era especial para Makoto. La primera persona la cual hacia su corazón latir como loco a tan sólo un día de conocerlo.

Como amor a primera vista.

Un sonrojo se apoderó de él. Tal vez eso explicaba el por qué de tantas confusiones y de que lo besara de una manera ardiente con todo y luenga.

Makoto se detuvo en un árbol mientras caminaba, de alguna manera el recuerdo del beso lo estaba provocando un "problemita" con su amiguito de abajo.

«oh mierda, tranquilo Makoto, fue sólo un beso... uno que se sintió realmente

bien. Ya, ve a tu lugar feliz... ah...»

Soltó un suspiro y comenzó a tranquilizarse. Una vez todo arreglado, volvió a

tomar camino hacia dentro del castillo. Tenia que hablar con Haru sobre "el

asunto" y ver que debían hacer.

Inesperadamente cuando llegó al área de dormitorios Haruka se había encerrado en su habitación (en realidad ya pensaba que algo así sucedería) y parecía no querer salir de ahí. Makoto decidió no llamar a su puerta, estaba seguro que el moreno quería estar

solo debido al beso y lo entendía muy bien. Él estaba igual o peor de confundido.

El problema de todo eso fue que no salio en lo que restaba del día. El castaño comenzaba a preocuparse y esperó hasta la noche para poder hablar como él. Tocó la puerta y se sorprendió al saber que Haruka la había abierto. No dudó ni un segundo y entró. Cerró la puerta y vio al más pequeño en estatura con la mirada en el piso. Parecía... ¿sonrojado?. No pudo evitar sonreír por eso porque de verdad ese gesto era adorable.

Se acercó lentamente hasta donde estaba, tomo su mentón suavemente con su mano derecha y lo alzó para poder observar esos hermosos ojos azules.

En ese momento el instinto de besarlo se apoderó de él otra vez, toda la idea de hablar se perdió en algún punto de su cabeza. Ahora todo lo que quería hacer era probar esos labios nuevamente e incluso quería tocar todo el cuerpo del contrario. Saborearlo una y otra vez. Se acercó lentamente esperando alguna reacción pero no hubo nada.

Finalmente unió sus labios. Los saboreo un poco y luego los mordió. Haruka soltó un pequeño suspiro que aprovechó para meter su lengua. La sensación era húmeda y altamente excitante para ambos. Se separaron un poco, sólo para tomar aire e inmediatamente se volvieron a besar.

Makoto condujo a Haru por toda la habitación hasta llegar a la cama. Lo empujó y se subió encima de él. Se alejó un poco y lo miró.

Su rostro estaba completamente sonrojado, un pequeño hilo de saliva salía de su boca. La camisa ligera que traía puesta al parecer como pijama estaba alzada y se veía parte de su abdomen. Era una visión tan erótica.

Inmediatamente lo volvió a besar. A la mierda el querer platicar el porqué del beso si podía tener más que eso ahora mismo.

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