Romeo x Cinderella

Porque todos lo saben, porque eran romeo y cenicienta y porque era el comienzo.

Haru y Makoto estaban en el bordo de la fantasía. En su vida habían sido tan felices. Podía el mundo acabarse en un instante y ellos no se darían cuenta. Vivían en una hermosa ilusión llamada amor.

Eran unos completos enamorados

Pero no todo era color rosa a su alrededor, porque había cosas que eran capaces de convertir lo más bello del mundo en algo podrido.

Rumores

Cierta muchedumbre había escuchado la conversación de Rin y Haru en la noche. Los chismes no se hicieron esperar, deslizándose por todo el castillo hasta llegar a oídos de personas que jamás debían enterarse. Murmullos en silencio junto con miradas acusadores los señalaban a ambos. Porque sí, todos lo sabían.

Ni Haru ni Makoto las notaban.

La reina fue una víctima de aquellas acusaciones, lo peor de todo era que sin necesidad de saberlos se había dado cuenta de aquello que sucedía entre su hijo y su invitado. Pero como cualquier madre que defiende a sus hijos con garras se negaba absolutamente a aceptarlo. Quería pensar sólo eran bromas y chismes de gente envidiosa, Lamentablemente como negar aquello que sucedía en sus narices.

Su hijo sonreía levemente, no iba a escaparse a nadar, la caballa lentamente había dejado de ser su más grande prioridad. Sí, había algo raro en él y no le gustaba.

Pero la pareja era otra cosa, después de desayunar se iban a el cuarto de uno para poder darse mimos y cariños sin que nadie sospechara. Se daban miradas con amor en las afueras del castillo donde nadie podría verlos.

Eran tan felices.

Ahora mismo ellos se encontraban juntos en el césped, mirando las hojas de un árbol arriba de ellos. Ninguno hablaba, no tenían la necesidad, sólo disfrutar la compañía del otro importaba. Pero un grito los sacó de su momento. Era Mami buscando a Haru. Cuando lo encontró le pidió que lo acompañara, y él sin decir nada se levantó y lo hizo dejando a Makoto solo.

Entre el ojiazul y la chica ninguno hablaba pero finalmente Nanase rompió el silencio.

-¿Necesita algo mío mi madre?

-No lo sé Haru, últimamente la he notado muy preocupada y tengo miedo que la razón sean los rumores.

-¿Cuáles rumores?

-¿No los has escuchado?-Haru negó con la cabeza-Se dice que tú el joven Makoto... tienen una relación.

El pelinegro no respondió, se limitó a bajar la cabeza. Pocos minutos después Mami se detuvo frente a la gran puerta de madera de la habitación donde su madre pasaba sus ratos libres. De pronto escuchó la voz de su antigua amiga de juegos.

-Haru, si algo malo llegase a pasar quiero que sepas que te apoyare.

No le dijo nada, asintió con la cabeza y entró.

Su madre estaba sentada en un sillón grande de cuero color negro, leyendo un libro. Esperó a que su madre le pidiese sentarse.

-Haru cariño-le habló-No te quedes ahí parado, vamos.

Caminó lentamente y se sentó enfrente de ella. Se sentía nervioso por dentro, juraría que podrían escuchar su corazón latir desde afuera de la habitación.

-¿Ha pasado algo?-fue directo al grano.

Su madre lo miro de arriba a abajo y habló.

-Verás Haru, últimamente hay rumores que me tienen preocupada. Se trata de que tú y el joven Tachibana están juntos. Quiero preguntarte a ti en persona hijo mío, sobre la verdad.