Por un segundo, Felipe había olvidado donde se encontraba, había escuchado que lo llaman por su nombre para que despertase, pero simplemente se dio la vuelta en la cama y continuó durmiendo.
— ¡Despierta niñita! — Su instructor le había gritado en el oído — ¡No eres más el hijito de papá!, ¡a desayunar holgazán!
— Nunca fui hijito de papá — Felipe murmuro molesto mientras se levantaba.
— ¿Qué dijiste? —el instructor se oía amenazador, nadie jamás se atrevía a contradecirlo, menos un simple recluta, por más que fuese hijo de mismísimo Dhariam.
— Dije que nunca fui hijito de papá —Felipe, esta vez habló en voz alta.
— Eso es suficiente niñita, cincuenta sentadillas, ¡ahora mismo! — El instructor pensaba que, si no sentaba un precedente con aquel rebelde, el resto de los reclutas se le subiría al cuello pronto. Asombrado vio como Felipe realizaba el ejercicio sin reclamar de manera eficiente y rápida. Lo que no sabía el elfo, era que Felipe había tenido instructores tan agresivos como él, o incluso peores, en la academia de policía.
— Listo, alistémonos para desayunar — Felipe, a quien realmente le importaba muy poco pertenecer a ese "ejército", daba rienda suelta a su irreverencia y rebeldía, después de todo era un policía casi graduado y no tenía por qué realizar de nuevo una absurda instrucción para novatos. Dándole la espalda al instructor se encaminó a los vestidores.
— No tan rápido — El instructor, molesto de nuevo con Felipe, decidió que era hora de sentar un precedente real e intentó golpear a Felipe en la cabeza mientras este se alejaba.
Felipe, notando el movimiento de su atacante, se agachó y girando sobre su propio eje pateó las piernas del instructor; una vez que este tocó el suelo Felipe se colocó encima de él.
— He soportado patanes como tú por mucho tiempo, cretinos que creen que por ser instructores de una campamento pseudo militar, pueden agredir a los reclutas — hizo una pausa y mirando fijamente a los ojos de instructor continuó — Pues entérate "colega", que me vale muy poco tu rango; cursaré tu pequeño campamento de verano solo porque tengo mis propias razones, pero tócame nuevamente y te rompo la mano… ¿está claro, "niñita"?— Felipe dio un par de leves sopapos en la cara del instructor, y tras esa última burla, se puso en pie y se dirigió, finalmente, a los vestidores.
El instructor se puso en pie, y humillado, notó los rostros burlones de los compañeros de Felipe, en silencio se retiró de la tienda.
—Esta me al pagas más tarde niñita— murmuró furioso.
—0—
EL desayuno en el campamento fue exactamente igual a los desayunos en los campamentos policiales: grandes mesas con varios reclutas comiendo, casi en silencio, un potaje de dudosa procedencia con algo de pan y una bebida extraña. Solo la mesa de Felipe parecía estar más animada que el resto. Dados los acontecimientos de la madrugada el nuevo recluta era una especie de héroe para varios.
Repentinamente sucedió algo extraño: un agudo silbato resonó por todo aquel comedor, sin soltar palabra alguna, la gran mayoría de los reclutas avanzados, e incluso algunos novatos, se levantaron de sus mesas y salieron de la tienda, dejando sus desayunos sobre la mesa. Sin darles tiempo siquiera de preguntarse qué ocurría, hicieron acto de presencia un grupo de instructores, entre ellos el de Felipe, escoltando al mismísimo Dhariam.
— Reclutas, y veteranos de este campo… amigos— Dhariam se dirigió a su audiencia — Tiempos de cambio han llegado a nuestras puertas, una mágica oleada está a punto de reescribir una historia que debió escribirse hace muchos siglos, injusticias para nuestra raza, la verdadera heredera de la tierra, serán corregidas. —Dhariam hizo una pausa para analizar la reacción que causaba en su audiencia, como esperaba muchos aún no parecían darse cuenta sobre la realidad de su discurso, así que decidió continuar— Es hora que finalicemos una misión que inició tan pronto la guerra de los elementos finalizaba, es hora que tomemos las armas y terminemos con las razas traidoras: los dragones han entendido su error y son nuestros aliados, las sirenas y los enanos han huido, es hora de unir a nuestra causa o erradicar de la faz de la tierra a las hadas y silfos… ¿están con migo?, ¿están con la verdadera reina elfa Linwëlin?
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Nathalie y los Portadores de los Elementos
FantasíaLa vida de Nathalie, una muchacha que asegura tener como amigo a un silfo, conoce auqella mañana a Felipe, un nuevo vecino que comparte importantes momentos con ella Tras un trágico suceso, Nathy descubrirá que puede vivir una serie de aventuras que...