Especial Navidad [parte 1]

789 102 5
                                    

Nota: Antes de nada me gustaría pedir disculpas por el eterno parón que ha tenido la historia. Este año las clases se están volviendo más complicadas y no encuentro en momento para escribir o pensar en el siguiente capítulo.
Voy a aprovechar estas vacaciones para reordenar mis ideas sobre la historia y reanudarla cuanto antes. Mientras tanto, os dejo una especie de extra navideño.
¡Ojalá os guste!

|Unos meses antes de los sucesos|

Era el último día de clase antes de la vacaciones de navidad. Debido a los espectáculos y actividades navideñas, las clases se habían prolongado hasta el mismo día 24 y gran parte de los estudiantes rumoreaba junto a sus amigos los regalos que iban a hacerse al día siguiente, además de las diferentes celebraciones que iban a realizarse.

En la clase 1-A, todos mantenían su aspecto alegre a excepción de cierto rubio irascible al que habían llamado "Grinch" en varias ocasiones por pura diversión.

Varios alumnos planeaban hacer un ultimátum en el centro comercial antes de volver a casa. Entre ellos estaban Kirishima y sus dos mejores amigos, que por alguna razón habían vuelto a dejarlo todo para el último momento.

Después de unas horas en en centro comercial, Kirishima volvió a su casa con una alegre expresión en su rostro. Parecía haber encontrado justo lo que había estado buscando.

Al llegar, la presencia de cierta persona llamó su atención.

—Hey, bro. ¿Qué haces aquí?

—¿Acaso me estás siguiendo, maldito pelo punk? Estamos de vacaciones.

—¿Sabes que estas sentado en mi porche?— Respondió Kirishima acompañando sus palabras de una pequeña risa.

—Tch... Cierra la boca, joder.

—¿No vas a ir a casa? Hoy es nochebuena, seguro que tus padres te esperan para cenar en familia.

—¿A quién le importa? Pasaré la noche aquí.

Bakugō se acomodó recostándose en la pared, dando a entender que no se movería de ahí.

—¿Piensas quedarte a dormir en mi entrada? Te vas a resfriar, tonto.

—¿A quién llamas tú tonto, idiota?— Dijo con un tono de molestia. —¿Te has gastado todos tus ahorros en algún estúpido regalo para alguna persona estúpida?— Criticó.

—Esto... Espera un minuto que entre a cambiarme y a dejar las cosas y vuelvo...— Respondió Kirishima con un tono un poco extraño seguido de una veloz entrada a casa.

Bakugō cerró los ojos con indiferencia y apoyó la cabeza en la pared como si se fuese a dormir.

Al cabo de cinco minutos, Kirishima volvió con ropa de calle y se sentó al lado suyo para intentar indagar en los problemas de Bakugō. Estaba claro que algo le pasaba. ¿No querer ir a casa? Eso ya era raro incluso para él.

—Y bien, ¿a qué viene esta huida repentina?

—...

—Vamos, bro. Intento ayudarte...

Bakugō continuó en silencio y con su misma expresión de hacía cinco minutos.

—Seguro que Midoriya está ahora mismo celebrando la navidad con su madre.

—No me hables del imbécil de Deku.

—¡Genial! Parece que ya hablas. ¿Por qué has huido de casa?

—No he huido de casa. Huyo de la maldita bruja que hay en ella.

—¿Has discutido con tu madre de nuevo?

—Esa vieja loca se pasa el día ordenándome cosas: "Katsuki lava la vajilla buena" "Katsuki ayúdame a montar el árbol" "Katsuki no hagas explotar las bolas de navidad"...

—¿Hiciste explotar las bolas de navidad?— Preguntó con cierta preocupación. —Todo lo que has dicho parecen preparativos de navidad.

—Tch... La navidad es para los imbéciles.

—¿No te gusta la navidad?

—Solo es una reunión de idiotas que se regalan cosas estúpidas bajo el nombre de un muñeco inflable que monta en un ridículo trineo cabalgado por renos.

—¡Te equivocas! La navidad no es solo hacer regalos, hay mucho más detrás de eso. La navidad es un momento de alegría y felicidad en el que te reúnes con la gente que es importante para ti y le demuestras tu cariño a través de un pequeño acto como el de los ridículos regalos que tú dices. Ni siquiera es necesario hacer un regalo. Lo importante en realidad es estar con tu familia, nada más importa.

—Te contradices tú solo...

—¡Decidido! ¡Voy a acompañarte a la cena de esta noche en tu casa! Espera que aviso a mis padres.

Bakugō abrió los ojos de golpe y vio cómo Kirishima entraba con una sonrisa decidida al interior de su casa.

No entendía nada. Le acababa de decir que tenía que pasar la noche con su familia y de repente había decidido dejar a la suya e ir a cenar con él. ¿Qué sentido tenía eso?

Bakugō se puso en pie y esperó a que Kirishima saliese para darle una regañina.

Éste iba más arreglado de lo habitual, lo que sorprendió algo al rubio e hizo que sus palabras sonaran menos bruscas de lo que en principio iban a sonar.

—¿Qué se supone que haces pelo punk? ¿Qué hay de tus padres? ¿Vas a dejarlos así porque sí y venirte a cenar a mi casa? ¿Qué mierda de explicación de la navidad me has contado entonces?

—Tranquilízate, hombre. En mi casa solemos celebrarlo el día 25 en lugar del 24. Mi madre se acuesta muy temprano así que preferimos hacerlo al día siguiente a medio día.

—...

—Bueno, ahora que ya está decidido vámonos. Espero que a tus padres no les importe que me una a la cena. Voy a enseñarte el verdadero sentido de la navidad.

Bakugō lo miró irritado al darse cuenta de que aquello sería inevitable. El pelirrojo jamás se rendiría y fuese como fuese terminarían yendo a su casa a cenar. Prefería ahorrarse las molestias y acceder directamente.

—Imbécil pelo punk...

Kirishima sonrió y ambos se dirigieron a casa de Bakugō.

Continuará...

El héroe y el hombre de piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora