¡¿Una Fiesta?!

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Paula:
Estoy sorprendida por el lugar al que me trajo.
- ¿Entonces, para qué me trajiste aquí? - pregunto.
- Pues... primero debes entrar y descubrirlo tu misma - responde James.
Toco la gran puerta de la mansión. De inmediato un chico pelirrojo de mi misma estatura, con pecas y ojos verdes nos abre la puerta a mí y James. Él nos invita a pasar y vamos acompañados por él hasta un bunker. Hay una fiesta. ¡Están dando una fiesta! Y el idiota de James me trajo aquí, pensé que sería un lugar completamente distinto. El chico se va.

La fiesta es muy ruidosa y hay un puesto de tragos. También hay una pista de baile con muchas luces coloridas en movimiento por todas partes del bunker.
- Bien, adiós - dice James como si estuviera avergonzado de que me vieran con él - nos vemos más tarde.
- ¡Hey, espera! - grito alterada ante lo asqueroso que se ve esta fiesta - yo no sabía que me traerías, de saberlo no hubiera venido.
- Relájate, linda - dice de forma tranquila - deberías divertirte.
-Quiero irme a casa ya mismo - digo con toda seguridad.
- OK - afirma.
- ¿Enserio? - pregunto.
- ¡Claro que no! - dice con una sonrisa burlona - Estás loca si piensas en irte, deberías sentirte afortunada por estar en la fiesta del año.
- Ni de broma me quedo en esta horrenda fiesta - respondo fastidiada.
- Si no quieres quedarte en el bunker, lárgate a explorar la mansión o cualquier otra tontería.
- ¡Quie-ro ir-me a ca-sa! - digo con una breve pausa de por medio.
- Escucha bien lo que te voy a decir - dice James tomándome por los hombros con sus dos manos - nos vamos en un rato pero, deja de fastidiarme. Te lo prometo.
- Espero que lo cumplas - respondo antes de salir del bunker.

James:
Ahora que ella ya no está en el bunker me doy cuenta que aquella chica es realmente un fastidio. Creí que le gustaría esto, como a todo adolescente. Por lo visto Paula no tiene ni el más mínimo fervor que tendría una chica de su edad. De todas las chicas que conozco Paula es la más extraña de todas.
Pese a tener dos manos, una cabeza, dos piernas, dos ojos. Como todas. Lo único diferente es la personalidad que trae consigo. No piensa en ligarse con chicos como el resto. No piensa en vestirse para resaltar de entre todos.
¡Es única! Todo un fenómeno.

Paso la fiesta en una esquina del bunker, en el puestecillo de bebidas. El puesto está cerca a la entrada del bunker. Le pido al bartender que prepare un vodka devil's spring. Es uno de los fuertes y me encanta. Cuando el bartender me lo trae lo bebo de inmediato.

A la mayoría de los que están aquí los conozco. Son del colegio pero, otros son del vecindario. De repente se me a cerca Rachel mi ex-novia, aunque ella cree aún lo contrario. La troné el viernes pasado; antes de que saliéramos de vacaciones.
- ¡Hola cariño! - grita muy alborotada. Está borracha. Me besa y luego la aparto. - Te estaba buscando.
- Rachel, por favor - le digo arrugado la nariz - tienes que entender que ya no andamos.
- ¡Cállate! - grita furiosa - ¡Eso no es cierto, estas mintiendo! - dice y empieza a sollozar.

En ese mismo momento veo que Paula ya está de vuelta en la fiesta. Pero cuando volteo a ver a Rachel ella ya no está a mi lado. Se subió a una de las mesas. Y gritó:
- ¡Escuchen estúpidas - grita tambaleándose - James es solo mío, no lo toquen ni lo miren porque sino les sacaré la mierda!

Nunca la vi así. La bajo a jalones de la mesa. Después viene su hermana Sophie y ella se la lleva. Al parecer se van de la fiesta.

Volviendo con Paula: ella baja por las escaleras y se sienta en uno de los sofás. Lejos de mí.
Dejo de preocuparme por ella y pido otro trago más. Bebo trago tras trago. Pierdo la noción del tiempo. Cuando estoy por pedir otra vodka Paula me mira algo fastidiada. Hasta hace un rato estaba lejos, no sé en que momento llegó.
- Ya vámonos - dice. En su mirada se refleja cansancio -, James ya son las 11:00 de la noche.
- Esperate linda, quiero pedir un último vodka - digo. Ella está tirando de mi brazo.
- No, ya nos tenemos que ir - le digo.

La obedezco y salimos del bunker. Cuando salimos de la mansión ya no se escucha ningún ruido. Voy con Paula hasta donde está el auto. Me siento en el lugar del piloto. Pero Paula, no.
- ¡Apúrate, cariño! - grito - tengo mucho frío.
- ¡No! - grita Paula. Sus ojos reflejan preocupación.

Me sorprende que diga eso. Ella quería irse a casa pero, ahora no. ¿Qué le pasa?¿Por qué hace eso?

A una calle de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora