Conversación Sin Peleas

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Paula:
El fuerte sonido de la alarma de las 7:00 me despierta. La apago. Toco mi cabeza aún soñoseando. ¡Auch! Recuerdo que el moretón sigue ahí.

En fin, me levanto y voy al cuarto de baño. Me desnudo y abro el grifo de la ducha. Al salir, pongo la canción the climb de Miley Cirus me visto con un short azul y una camiseta a rayas. Me recojo la melena en un moño alto. Y por último me pongo unas zapatillas blancas.

Bajo las escaleras. Me dirijo a la sala, allí está mamá conversando con Amber, la vecina. ¿Por qué está aquí la vecina? Tranquila Paula no pierdas el control es lo que me digo mentalmente. Por las mañanas que digamos no estoy en mi mejor versión. Me enfado con facilidad.

Camino hacia la sala y saludo a Andrea y Amber. Mamá me susurra que vaya a prepararme el desayuno. Voy a la cocina y corto algunas frutas en rodajas. Las rodajas las echo en un plato y cojo un tenedor. Voy a la sala con el plato y me siento al lado de mamá. Doy el primer mordisco a una rodaja de papaya.

Ellas están conversando sobre vacaciones. Hasta el momento lo que he escuchado es que por estas fechas Amber y su familia se van a New York. Dijo que ahí tiene una casa. Por lo pronto, Andrea a dicho que no hacíamos nada como eso, solo pasábamos más tiempo juntas ya que por el trabajo no se puede.

Entonces lo que Amber dice a continuación me sorprende.
- Y ¿por qué no se vienen a pasar las vacaciones en New York con nosotros?

Aquellas palabras se repiten una y otra vez en mi cabeza como un eco. Que clase de mujer invita a dos extrañas que casi ni conoce bien, a pasar las vacaciones con ella y su familia. Es una locura.

Mamá está pensando en que responder. Me mira como si quisiera saber lo que yo pienso. La verdad es que por mi no habría ningún inconveniente. Miro a mamá y hago un gesto de sí. Ella lo comprende y se lo dice a Amber.
- ¡Genial!, entonces nos vemos mañana, por la tarde es el viaje - dijo Amber - adiós ya me voy.

Amber se levantó del sillón y se va.
Me alegra mucho que vayamos a New York.

Mamá me dijo que vaya a alistarme porque sino llegaríamos tarde y yo asentí y fui a mi habitación. Ya ahí me puse a sacar del closet la ropa que usaría, como ahí hay un clima más cálido me llevaré shorts y polos, también uno que otro abrigo.

Salgo un rato al balcón para contemplar todo. Andrea puso un pequeño sillón con unas plantas alrededor. Estoy de pie, hay un clima muy ventoso eso me relaja. Entro un momento al cuarto y saco un libro. Vuelvo al balcón y me siento en el sillón. Empiezo a leer el libro con la cabeza agachada.

- ¡Paula! - grita.

No puede ser es James. Me había olvidado por completo que el también iría a New York. No quiero verlo.
Levantó la cabeza lentamente. Hace un gesto con la mano, saludándome. Tiene una cara seria. No digo nada. Me levanto y me dirijo a la habitación.

- ¡Paula! ¡Espera! - grita él.

Me detengo y vuelvo a verlo. ¿Qué quedará?

- Hoy te ves encantadora - grita.

¿¡Enserio me dijo eso?! . Pensé que me pediría disculpas por lo que pasó ayer. Pero¡no! El idiota de James es lo suficientemente orgulloso como para no pedirme disculpas.

Vuelvo a mi habitación.

James:
Salgo al balcón.

- ¡Paula! - grito.

No dice nada. Se levanta y se dirije a su habitación.

- ¡Paula! ¡Espera! - grité.

Se detiene y vuelve a verme.

- Hoy te ves encantadora - grito.

Ella vuelve a su habitación.

No comprendo porque le dije eso. Ni siquiera debí hablarle. Aún espero a que se disculpe conmigo. Me hizo perder tiempo valioso, al no querer subirse al auto se fue. Después de 15 minutos fui a buscarla pero ya no estaba. Seguí buscándola por 2 horas. Al encontrarla volví a casa. Ahora que la vi, me alegra que esté bien.

Paula:
Le dije a mamá que saldría al Pioneer Place. Ella accedió. Voy a ir a tomar un bus al paradero. Aún no llego. Pero voy a cruzar la pista.

De repente alguien me detiene al agarrarme de la muñeca. Es James. No tengo ganas de hablar con él.

- Hola, ¿a dónde vamos? - pregunta.
- Eso no te importa - digo sin mirarlo.
- ¡Uyy! Pero que malhumorada que estás hoy - dijo, tomándome por el mentón para que lo mire.
- Déjame - dije, apartando me de él.

Crucé la pista y me senté en el asiento del paradero. James me siguió. Se sentó a mi lado. No hablamos.

Llegó el bus, él fue el primero en subirse. Pagó mi pasaje y el suyo. Pero el conductor preguntó:

- ¿A dónde van?

James me miró. Esperaba mi respuesta. No quería decirlo pero lo dije.

- Al Pioneer Place.

El conductor asintió. Nos sentamos juntos. Yo estaba junto a la ventana. No tenía intención de entablar una conversación con él.
- ¿Para qué vamos al Pioneer Place? - pregunta. Yo lo miro.

- ¿Vamos? Dirás a qué voy yo ahí - recalco.

- Aún no lo haz entendido ¿no es así? - me dice con el sueño fruncido - Quiero hablar contigo, lo único que tú haces es esquivarme.

Durante la conversación ambos nos mirábamos. Sentía que con tan sólo ver sus bellísimos ojos ya lo conocía a la perfección.

- ¡Pero yo no quiero hablar contigo! - admito, fastiada. Dejo de mirarlo y volteo a ver la carretera.

- Me debes una disculpa - dijo el chico-
Por ti perdí mucho tiempo, al buscarte.

- No tengo porque disculparme - dije con firmeza - ¿acaso yo te pedí que lo hicieras?

- Estaba angustiado, tú no volvías. Eras nueva en la ciudad- dijo con tono preocupante.

- ¿Por qué me llevaste a esa fiesta? - pregunté. No pienso verle.

- Imaginé que te gustaría - dijo - como a cualquier chica.

- ¿Para qué? Para ligarme con hombres. Si pensaste esa tontería, de una vez por todas te hago saber que yo no necesito de chicos. Y mucho menos de chicos como tú.

Aquellas palabras salidas de mi boca hacen que él se queda en absoluto silencio. De un momento a otro veo que ya llegamos a Pioneer Place. Él también se da cuenta y baja. Ambos bajamos.

- Yo... lo siento - digo de manera entre cortada - siento mucho lo que te dije.

- Te perdono pero me debes una. - muestra una sonrisa burlona - Me ha quedado más que claro que tú no eres como todas las chicas que conozco - dice con normalidad - Eres más que eso. Tú eres especial - me susurra al oído. Muestra una sonrisa sincera.

Por primera vez desde que lo conozco, estamos hablando sin pelearnos. Las últimas palabras que escuché decirle, me encantaron. Es el primer cumplido que me hace sentir diferente al resto.

En mis pensamientos siguen las palabras que me dijo hasta hace un momento.

"Eres especial..."

A una calle de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora