Mi novio salido de Wattpad (Quédate Para Siempre)

《Capítulo 5》

Algo pesado.
Algo duro.
Algo que no me deja moverme.
Me duele.
Siento algo duro y pesado en mi cuerpo.

Abro mis ojos pero cuándo lo hago la luz del sol me golpea y hace que los cierre de nuevo, debí cerrar las cortinas anoche.

Anoche...

Mikael.
Borracho.
Me confundía con Nicole.
Su brazo.
Mi cuerpo.
Pijama.
Mierda.

Me fuerzo en abrir los ojos y me encuentro con el brazo de Mikael alrededor de mi cintura, su brazo es fuerte y aprieta mi cuerpo contra él haciendo que mi culo choque con su entrepierna y sienta su bulto mañanero.

Todo esto es muy intenso para mí alma tan inocente que escribe en Wattpad...

Sí, muy inocente.

Tomo su brazo y lo deslizo suavemente por detrás para que me suelte ya que no quiero imaginar como es que llegamos a esta posición tan comprometedora. Logro sacar su brazo de mi cintura y me deslizo por debajo para salir de esta posición que solo una necesitada de sexo querría. No digo que Mikael no provoque esos pensamientos en mi, solo que no estoy tan "desesperada".

¿Pero en qué estoy pensando?

Me levanto de la cama y me quedo un momento mirando a Mikael, aún huele a alcohol. Su pecho sube y baja mientras está respirando tranquilamente por la nariz, su boca está un poco abierta y sus labios rojos que provoca que cualquier chica pueda tener un orgasmo con solo besarlo.

— No sabía que en tus tiempos libres te dedicabas a ver dormir a chicos extremadamente guapos. —  su voz está ronca y eso hace que me dé un cosquilleo por todo el cuerpo, abre los ojos color avellana y en su rostro se forma una sonrisa rebelde.

— Solo veía si eres hábil para respirar dormido, me pareció que se te haría difícil ya que eres un idiota. —  bramo molesta y él se levanta de la cama.

Sigue con la misma ropa de ayer, no quise sacarle nada aunque sea más cómodo para él. Sé que si lo hubiera hecho él comentaría cosas que me harían enojar.

— ¿Y por eso me mirabas de esa manera? — forma una sonrisa ladina en su rostro.

— ¿De que manera crees que te miraba? — enarco una ceja a la defensiva. 

— Como si quisieras arrancarme la ropa.

¿Por qué se ve tan jodidamente tranquilo?

Siento como mis mejillas se calientan y me aclaro la garganta desviando la mirada.

— Para desear eso tendría que sentir dos cosas. — cruzo mis brazos fingiendo aburrimiento. —  Tendría que estar al borde de la locura.

— ¿Y la otra?

 Es mi momento de borrar tu sonrisa, pendejo.

— Tendría que sentir algo de cariño hacía a ti, pero ahora lo único que siento es repulsión. — esta vez soy yo la que sonríe.

—  No creo que sientas repulsión, sientes todo menos eso.

Da unos pasos dirigiéndose a mi y claramente me quedo quieta aunque quiero retroceder.

— Odio, asco, falta de tolerancia, irritación, horror. — menciono y vuelve a caminar.

Llega a solo unos centímetros cerca de mi cuerpo. Se acerca hasta mi y luego siento su respiración en mi oído haciendo que me queme el cuerpo.

—  Deseo, Mikela, eso es lo sientes. — susurra en mi oído que hace que sienta ganas de...

NO.

Me alejo y me aseguro de quedar a un metro de distancia.