《Capítulo 24》

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No quería despertarme.

No quería salir de la cama.

No quería hacer nada.

No quería ver a nadie.

Pero... en está vida no siempre se obtiene lo que se quiere y mi madre me lo a demostrado gritando:

- ¡Ni lo sueñes! Ninguna hija mía se va quedar llorando por un hombre con las bolas tan pequeñas. - dice poniendo sus manos en las caderas.

Mi madre llegó anoche y me vio llorando en mi habitación, me dijo que los chicos se habían ido y eso me hizo chillar más. Me abrazó y me dijo que no valía la pena llorar por alguien más que no sea ella o yo.

- ¡Ahora mismo pones una de tus mejores sonrisas, te vas a duchar porque apestas, te pones hermosa, bajas a comer y después de vas al Instituto!- dice sacándome de mi cueva que formé con las sábanas y almohadas alrededor mío.

- No quiero ir...- refunfuño pero no me hace caso y tira de las sábanas.- No me puedes obligar a ir.- suelto cubriendo mi cara con la almohada.

Mi madre me la arrebata.

- Claro que puedo, soy tu madre.- dice mostrándome su sonrisa.- Mikela, el mundo no se viene abajo por un chico, no sé porque discutieron pero si los dos se quieren lo van a arreglar y si ninguno está dispuesto a dar el primer paso.- suelta un suspiro.- Entonces no se merecen el uno al otro.

Mi madre siempre a dado buenos consejos al tratarse de la vida. Ella pasó por mucha mierda y eso la convirtió en la persona más fuerte que conozco.

- Ahora ve a ducharte que apestas.- dice y yo me levanto de la cama.

- Claro que no apesto, me bañé ayer.- me defiendo ya que me está haciendo falsas acusaciones.

- Si claro, voy a preparar tu desayuno.- dice dándose la vuelta para irse.- Hija.- volteo a verla, está parada al umbral de la puerta.- Todo se va arreglar. - me dedica una sonrisa amable y yo asiento con la cabeza tímidamente.

Mi madre se va de mi habitación y cierra la puerta. Me miro al espejo y veo el desastre de mi cara, tengo los ojos hinchados, siento los párpados pesados y tengo unas ojeras enormes, miro mis cicatrices sin las pulseras.

- Todo se va arreglar. - me digo a mi misma sonriéndome y dándome algo de ánimos para empezar el día.

No puede ser tan malo.

***

Pura mierda.

Las mañanas no son los míos, he dicho.

Primero: Me duche y me resbalé así que me caí de culo y si dolió mucho.

Segundo: Intenté maquillarme pero terminé como un payaso de circo, solo quería cubrirme las ojeras pero terminé más blanca que el maquillaje de un mimo.

Tercero: El cereal se acabó y no esta mi yogurt de fresa que tanto amo.

Cuarto: Hace calor.

Quinto: ¡SE ME HACE TARDE PARA LLEGAR AL INSTITUTO!

Muevo mis piernas y empiezo a correr como nunca, veo que todos estan entrando así que corro hasta mi casillero y sacar mi cuaderno de Literatura.

Ya no hay nadie en los pasillos, subo las escaleras hasta llegar al salón de clase. La puerta está abierta así que me detengo ahí, la profesora me ve y suspira.

- Tarde Ross.- dice anotando algo en su cuaderno.- Ve a sentarte.

- Gracias.- musito entrando.

Mikael está en el asiento dónde nos sentamos nosotros, pero está con Trent al costado, Trent me dedica una sonrisa y Mikael ni siquiera me mira.

Mi novio salido de Wattpad (Quédate Para Siempre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora