3: El De Abajo.

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-¡De ninguna manera, mierda! -negaba el rubio, tratando de escapar de los brazos del bicolor-. ¡No seré el de abajo ni por un millón de dóla...!

Bueno, hace más de media hora el rubio estaba haciendo una pataleta por que no quería recibir. Aunque, sinceramente, no tenía ni la menor idea de qué hacer sí el bicolor aceptaba que el y no reciba.

-Katsu, deja de gritar. Todos nos escucharán -trataba de callar a su ruidoso novio el heterocromático masajeándose la sien harto de los berrinches de su pareja.

-¡Bien por mí, así todos sabrán que no seré el de abajo! ¡¡Que todos los extras escu...!!

Los lloriqueos del rubio fueron callados por un beso del bicolor, el cual subía de tono cada vez que aumentaba el tiempo en que saboreaba los labios del más bajo; volviéndose uno apasionado y fugaz. Movían sus labios lentamente, disfrutando el beso, que era algo torpe pero con amor y cariño. El bicolor mordió ligeramente el labio del rubio, pero éste hizo caso omiso. Por lo tanto, coló su mano debajo de la camiseta del rubio rozando sus pezones, forzando al rubio a dejar escapar un suspiro; metió su lengua con rapidez, dejándolos sin respiración y al rubio con un hilo de saliva saliendo de su boca.
El heterocromático se dio cuenta de ésto y lamió el pequeño rastro, aprovechando de dar otro beso corto.

El bicolor miró al rubio con una leve sonrisa algo socarrona, con un ligero sonrojo a diferencia del rubio, el cual tenía su cara roja, mirando hacia otro lado dando un permiso silencioso al bicolor para que empezaran con el segundo paso.

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-¡Mierda, me duelen las caderas! -insultó bajo, a la nada misma mirando a su novio quien tenía una casi imperceptible sonrisa burlona-. No te rías, ¡esto es tu culpa! -apuntó a su trasero sin vergüenza alguna. Ya no había nada que el heterocromático no hubiera visto.

-Lo siento -pronunció encogiendo sus hombros y mirando al rubio, quien le trataba de amenazar -inútilmente, por cierto- sacando explosiones de baja intensidad por sus manos.

La pareja caminaba por los pasillos desolados, no había absolutamente nadie, o éso creían. Justamente pasaban por el baño, y el rubio paró, mirando como el heterocromático lo miraba con una pregunta muda.

-¡A la próxima yo seré el de arriba! -cerraba sus ojos, sin pensar que inconscientemente estaba desafiando al chico bicolor.

-¿Estás seguro de éso? -habló el bicolor empujando a su pareja hacia la pared al lado del baño de chicos, invadiendo el espacio personal del chico.

-Si, yo seré el de arriba -miró hacia arriba con una sonrisa burlona, maldiciendo en su mente la diferencia de altura entre los dos.

-¿Seguro? -el menor asintió, esperando a que se la creyera. El heterocromático borró su sonrisa para mirar de nuevo con seriedad-, ¿entonces, por qué estás rojo?

-¡Por nada! Vámonos, puede llegar alguna mierdecilla -habló con nervios tratando de escapar de los brazos del más alto, y en cambio recibió un beso algo subido de tono-. ¿¡Q-qué haces bastardo!? ¡Sueltame!

-Demuestralo

-¿Qué? -soltó confundido el chico explosivo, aún tratando de alejar al mayor obviamente a la fuerza.

-Demuestra que puedes ser el de arriba -desafió con una leve sonrisa burlona, haciendo que el rubio se lo tomé como un insulto.

-Claro que sí. Lo haré -habló tomándolo por el cuello de la camisa acercando al más alto a su boca, dándole un beso. Trató de recordar lo que le hacía él, lamiendo con torpeza el labio de su novio, para después tratar de morder a éste.

50 Días de OTP |ᴄᴀɴᴄᴇʟᴀᴅᴏ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora