50 Días de OTP |ᴄᴀɴᴄᴇʟᴀᴅᴏ|

19: Masturbándose

-Bakugō -llamó el profesor cargado de cansancio, sacando su cara por el saco de dormir amarillo-, ve a buscar a Todoroki. Y no es una pregunta.

El aludido dejó de escribir y levantó la cabeza con una cara de pocos amigos.

-¿¡Ah!? ¿¡Por qué yo!? -gritó con los puños cerrados, haciendo que varios se sobresaltaran, como un pecoso-. ¿¡No puede ir el estúpido Deku!? -apuntó al pecoso el cual dio otro pequeño salto, poniendo su mano en su pecho. Estaba seguro de que algún día le daría un paro con los gritos de su amigo de la infancia.

-¡Bakugō-kun, no grite en clase! -Iida se levantó de su asiento haciendo sus típicos movimientos de robot-. ¡Debe tener respeto con sus demás compañeros que hacen tranquilos la tarea! Además, ¡no tiene porqué gritarle a Midoriya-kun! -empezó a dar un largo discurso que la mayoría -por no decir toda- de la clase ignoro.

-Eh... Aizawa-sensei -interrumpió una chica de cabellos negros levantando su mano con nervios-. Bueno, yo... Creo que es irresponsable mandar a-a Bakugō-san -musitó tímida ante las miradas de todos.

-¿Qué insinúas, Yaoyorozu? -cuestionó el profesor saliendo de su saco de dormir.

-Bueno -empezó aún más nerviosa, pidiendo a los dioses que Bakugō no le explote la cara-... Bakugō-san no se lleva bien con Todoroki-san, podrían empezar a p-pelear -razonó-. ¿No sería mejor mandar a Iida-san o a Midoriya-san...?

-¡Si! ¿¡Por qué mierda a mí!? -le siguió el rubio abriendo la boca exageradamente para gritar.

-Cállense -ordenó Aizawa ante los murmullos y gritos de parte de la mayoría de la clase-. Yo sé lo que hago, no lo cuestionen -le dirigió una mirada penetrante a Momo, la cual se removió en su asiento incómoda-. Ahora, ve -finalizó esperando a que el rubio saliera para volver a meterse el su saco de dormir.

-Tsk -salió sin más del aula, atravesando los pasillos y bajando dos escaleras para al fin llegar al baño de varones, donde entró pasando por los dos primeros cubículos-... Bastar- -algo o alguien emitiendo pequeños jadeos entrecortados lo interrumpió, por lo que fue hacia el lugar de donde provenían, poniendo su oído en la puerta en silencio.

-A-ah -reconoció al instante esa voz. Lo raro fue que también reconoció algunos ruidos... Extraños-... K-K-K, A-ah -después de que dijera la "K" salió corriendo de ahí, bastante traumado.

Ya se le hacía una idea de porqué el bastardo se demoraba tanto.

Pero la cuestión era... ¿Qué significaba aquella "K"? ¿K? Debería ser "Yaoyorozu" o "Midoriya". No una K.

La pregunta ahora era... ¿Ka, Kō o Ki/Ky?

Entre sus opciones se encontraban Kyōka, Kirishima, Kōda y Kaminari.

Ninguna de aquellas alternativas eran realistas. Es decir, Kyōka y el bicolor ni siquiera hablaban, lo mismo con Kaminari y Kirishima. Y por Kōda, él ni siquiera habla.

Tanto ocupar su cerebro, no se dio cuenta de que había llegado al salón, y por lo tanto, chocar por accidente con la bendita puerta que se llevó una explosión.

-¿Estás bien? -habló una voz detrás de él.

Bakugō juró que sí era el estúpido de Deku le explotaría la cara mil veces.

-¿¡Quién te crees, estúpido De-!? -paró en seco al ver al heterocromático parado en frente de él, y al instante un pequeño sonrojo que el contrario notó perfectamente apareció en su rostro.

-Lo siento, no soy Midoriya -desvío la mirada para después pasar hacia dentro del salón, dejando al rubio con un mínimo sonrojo que se borró casi al instante.