Capítulo 11

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-¿Dónde vamos?

- No preguntes, solo sigueme.

Mientras caminábamos me miraba y sonreía y yo le miraba, sonreía y me sonrojaba.

De repente se paró.

- Ahora no mires.

-¿Por qué?-pregunté extrañada.

-No mires.

Cerré los ojos, pero para él estar mas seguro me puso sus manos en mis ojos.

-Ahora camina hacia delante.

Mientras caminaba él me guiaba hacia algo, estaba nerviosa, me temblaba todo.

- Ahora, abre los ojos.

Los abrí, como él me dijo y... dios, que bonito.

- ¿Esto qué es? Que bonito-decía asombrada mientras miraba aquel paisaje.

- Es la ciudad vista desde el sitio más alto de todo el pueblo.

- Me encanta, es un paisaje precioso.

- Estamos en la montaña Pignet. Es una de las montañas más visitadas y bonitas del mundo.

- Me lo creo-decía mientras miraba a mi alrededor- que verde más claro y que suelo más limpio.

-Andrés: La verdad es que sí, los habitantes del pueblo se han llevado durante años limpiando y arreglando esto. Antes era un asco, no se podía venir.

-Yo: ¿Por que? ¿Cómo era?-pregunté interesada.

-Estaba lleno de basura, todo era arena y piedras no había hierbas ni árboles, era una montaña abandonada y nosotros fuimos quienes lo arreglamos para hacerla popular, grandiosa, y para que los turistas que vengan a esta cuidad y visiten esta montaña, quieran venir mas veces.

-Me alegro que halláis echo esto, merece la pena, es alucinante.

- Lo sé. Bueno es tarde, ¿te llevo a tu casa?.

-Es que no me quiero ir. ¿Y si pasamos la noche aquí?.

-¿Quieres pasar la noche aquí?

- Si, ¿qué hay de malo?

- Nada, pero...¿tu madre te dejará?

- yo... no vivo con mi madre... sino con mi padre.

- Ah, lo siento...

- No pasa nada, lo llamaré y le diré que me voy a quedar en casa de una amiga del instituto. Y tu... ¿Qué le vas a decir a tu madre?

- ¿Yo, nada. No hace falta que le avise porque mi madre esta noche precisamente no duerme en casa y estoy solo.

- Ah bueno, pues mejor, voy a llamar a mi padre.

Cogí el teléfono y lo llamé.

-Hola papá.

-Hola hija, ¿pasa algo?

- No, no pasa nada tranquilo. Solo te llamaba para decirte que esta noche me quedo a dormir en casa de una amiga del instituto y no voy a ir a casa.

-Vale, no pasa nada, ya nos veremos mañana ¿no?

- Sí, mañana nos vemos. ¿Tu estás bien?

-Sí, tranquilo.

- Vale. Bueno adiós papá.

- Adiós preciosa. Te quiero.

-Yo también te quiero.

Colgué el teléfono y miré a Andrés.

-Me deja-dije sonriéndole.

- Me alegro. Ahora tenemos que encontrar un sitio donde dormir.

-Me da igual donde sea.

- Pero mejor en un sitio donde haga poco viento y nos podamos tumbar a dormir ¿no?

- Vale, como tu quieras.

Esa noche hacía más frío que calor. Al encontrar un sitio donde dormir, me quité los zapatos, y me puse de almohada la chaqueta que llevaba puesta.

-¿Tienes frío?

-No-mentí.

- ¿Seguro?- me preguntó tocándome el brazo-estás tiritando.

-No, esa es tu imaginación. No hace frío.

La nueva vida de Estela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora