Capítulo 26.

411 6 0
                                    

- Pedro, hecho de menos a mi madre, quiero ir a verla…

-Pues vámonos.

-No puedo, mi padre no me deja ir sola y no tenemos dinero para ir los dos.

- ¿Por qué no ahorras?

- ¿Cómo voy a ahorrar si mi padre no me da pagas ni nada?

- Pues no sé… ¿Por qué no buscas empleo?

-Buena idea, pero… tengo 17 años. ¿Qué trabajo puedo encontrar con esta edad?

- Mm...¿Dependienta?

-¿Dependienta? Yo no tengo ni idea de eso. Bueno mira, da igual, cuando mi padre tenga más dinero, iré.

-Como quieras. Bueno, te dejo, me tengo que ir a comer. Esta tarde te busco y nos vamos a nadar a la piscina un poco ¿te parece?

- Claro, te espero aquí. ¿A que hora vendrás?

- Sobre las seis más o menos.

-Vale, aquí estaré. Te quiero mucho.

- Y yo- me dio un beso y se fue.

Me puse a ver un rato la tele hasta que llegase mi padre y picoteé algunas patatas.

La puerta se abrió y mi padre apareció por ella.

-Hola cariño ¿Viendo la tele?

- Sí, esperando a que llegaras tu para comer.

- Ah, ¿A que no adivinas que te he traído para comer?

-¿Qué es?

-Adivínalo-levantó las cejas.

- Mm… ¿pizza?

-¡No!

- Mm… no sé, no quiero pensar más. Me rindo.

-Vale. Es lasaña a la boloñesa.

- ¡Que rico! Vamos a comer ya ¿no?

-Tranquila, que hay que calentarlos.

-Pues venga, mientras lo calientas, yo voy poniendo la mesa.

-Hecho.

Empezamos a comer. Hacía ya mucho que no comía esto. Estaba ilusionada y hambrienta.

Al terminar de comer, recogí la mesa y fregué los platos. Me fui a mi cuarto a chatear un rato con Laura.

- ¿Qué pasa? ¿Cómo te está yendo el veranito?-preguntó Laura.

-Pues perfectamente, la verdad. ¿Y a ti?

-No tan bien como a ti. Estoy estudiando todos los días. Que asco.

-Normal hija, es que quedarte tres…

-Y las más complicadas, claro.

-ajá jajá.

- Bueno te dejo, que tengo que seguir estudiando. Deséame suerte.

-Suerte. Ya nos vemos.

- Adiós.

Eran las tres, estaba acalorada y decidí meterme en la ducha para refrescarme.

Al salir, me vestí algo cómoda con el bañador debajo y me llevé una toalla con algo de comer en mi bolso. Me fui a la puerta esperando a que Pedro llegara, era muy puntual. Apareció por la esquina con un bañador azul y un chaleco blanco, le quedaba genial.

- ¿Nos vamos guapa?-me dio un beso.

- Vale, espera.

Entré dentro de casa y avisé a mi padre que me iba.

- ¡Papá me voy!

- ¿Dónde vas?

-A nadar un rato con Pedro.

-Ah vale. Pásatelo genial hija.

- Vale, adiós.

Salí de casa y Pedro me cogió de la mano.

- ¿Te llevo el bolso?

-No hace falta. No te preocupes.

-Como quieras-sonrió.

A pesar de que andamos bastante, llegamos a nuestro destino. Había gente, pero no mucha, así que podía bañarme sin estar atenta de que le voy a dar a alguien mientras nado o chapuceo.

Nos llevamos allí como unas tres horas y luego nos fuimos a tomar algo, invitó él.

Al terminar, me llevó a mi casa y él se fue a la suya, como hacía siempre.

Entré en casa y quería hablar con mi padre sobre irme a ver a mi madre, lo mismo que le conté a Pedro.

- Ya estoy aquí.

-¿Cómo te ha ido cariño?

- Bastante bien, me lo e pasado genial.

- Me alegro mucho. Ahora dúchate para quitarte el cloro.

- Vale, pero antes quería hablar contigo. ¿Puedo?- me acomodé.

-Claro hija, dime-dejó lo que estaba haciendo y me atendió.

-Sabes que llevo tiempo sin ver a mamá-él asintió- Bueno, pues había pensado en ir a verla este verano, pero como no tienes dinero para que vallamos los dos, quiero ir yo sola a pasar este verano juntas. Si puede ser…

-Cariño, sabes que de más que no me gusta que viajes sola.

-Ya papá, lo sé. Pero tengo 17 años y ya soy mayorcita para ir a los sitios sola ¿sabes?

- Déjame que me lo piense y ya te aviso con lo que sea ¿vale?

-Vale. Bueno eso era todo.

- Muy bien. Y ahora a ducharte cariño.

-A eso voy.

Me duché y cené, las dos cosas me sentaron genial y me eché a dormir sin mirar el tuenti ni nada.

A la mañana siguiente, mi padre me despierta con un desayuno echo por él.

- Vamos cariño, a desayunar.

-¿Hoy no trabajas?- balbuceé.

- Hoy es domingo, y los domingos no trabajo.

- Es verdad. Estoy dormida aún.

-Pues desvélate que te tengo una sorpresa.

-¿Si? ¿Cuál?

-Desayuna y después te lo digo-sonrió.

Me levanté rápido de la cama y me fui a lavar la cara y a desayunar. Estaba riquísimo lo que me había echo mi padre.

- Ya terminé-reí-¿Cuál es esa sorpresa?

- Siéntate-asentí- Mira cielo, estuve pensando en lo que me dijiste ayer de ir a ver a tu madre este verano y tienes razón. Pero no me gusta que vayas sola.

- ¿Vendrás conmigo?

- Sabes que no puedo, tengo que trabajar todos los días.

-¿Entonces?

- Entonces… irás.

-¿A sí?- me sorprendí- ¿Me dejarás ir sola?

- Eso si que no. Pero por eso no te preocupes, ya tengo a alguien que vaya contigo.

- ¿Quién?

- Mira hacia detrás.

La nueva vida de Estela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora