Capítulo 15.

454 7 0
                                    

Al llegar a casa, mi padre estaba en la cama metido, leyendo “Pequeña Luna” , uno de sus libros preferidos.

- ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué has tardado tanto?

- Nada, es que me e entretenido con una niña, nada más-decía sin mirarle para que no me viese lo que tenía en la cara- me voy a dormir, buenas noches.

-Ni beso ni nada ¿no?, vale, buenas noches, que descanses. Ah y mañana levántate tempranito que vamos a desayunar fuera.

- Vale, descansa.

Me cerré la puerta de la habitación y me pegué una duchita bien calentita.

Al salir, me puse el pijama y me eché a dormir. Me costó mucho quedarme dormida, pero tenía que descansar, había sido un día duro y raro.

A la mañana siguiente, mi padre me llamó para ir a tomar el desayuno fuera y al llegar allí desayunamos churros calentitos con una buena taza de chocolate caliente. Que rico.

De pronto, pegué un brinco del susto que me llevé al recibir un sms de Andrés:

Guapa, estoy deseando verte, haber si llega ya la hora de que nos encontremos y lo siento por lo de ayer.

Sonreí y le contesté:

Yo también tengo ganas de verte, esta noche tenemos que hablar pero no pasa nada. Te quiero.

Mi padre me miró;

- ¿Qué haces cariño?

- Nada, es que me a llegado un sms de una amiga para que le ayude con al tarea pero como no estoy en casa no puedo hacer nada por ella.

-Ah vale-dijo limpiándose la boca de chocolate- nos vamos ¿no?

-¿A dónde?

-¿Quieres que te lleve de compras?

-¿Me llevarías de compras? Ten cuidado que yo soy muy pija en la ropa ¿eh?

- Habrá que aguantarlo- me dijo riéndose.

Me llevó a una tienda de ropa impresionante, era enorme y había de todo.

-¿Cuál es el límite de dinero?

-Hasta que te canses.

- ¿En serio? Nunca había ido a comprar sin límites de dinero.

-: Hay una primera vez para todo ¿no crees?

-Pues no me lo pienso dos veces, manos a la ropa-dije mientras me dirigía hacia unos vestidos brillantes y coloridos preciosos.

-Bueno, te dejo comprando, yo mientras voy a ver que hay por ahí para mí, haber si encuentro algo que estoy escaso de ropa y comprar algo me irá bien.

- Vale papá, cuando termine te pego un toque al móvil.

- Vale, nos vemos.

Empezó a sonar el móvil:

- ¿Quién es?

-Soy Andrés.

-Dime Andrés.

- ¿Dónde andas?

-De compras con mi padre en una tienda muy grande.

- Ah, creo que ya sé cual es, voy para allá-Colgó.

 Me metí el móvil en el bolsillo y empecé a mirar y a coger mucha ropa hasta probármelas. En una  de ellas tuve que salir hacia fuera del vestidor porque no se me veía entera y empecé a dar vueltas para ver como me quedaba el vestido. De pronto miré hacia un lado y un chico de unos 17 años que  me miraba de arriba abajo.

- ¿Qué pasa?

-Nada, solo que te queda muy bien.

- Ah gracias.

-No hay de qué.

-¿Trabajas aquí?

-Sí, soy nuevo en esto.

Mientras hablaba con el chico, alguien me llamó por la espalda. Me giré y era Andrés, algo mosqueado.

-Ah hola Andrés.

-Hola, ¿podemos hablar?

- Claro-sonreí.

Dejé la ropa en un rincón y salimos hacia fuera.

-¿Quién era ese?

- El dependiente- respondí- ¿Por qué?

- ¿Y por qué te miraba así?

- ¿Así como Andrés?

-No sé, pero te miraba algo raro.

- Déjate de tonterías.

- Vale, pero no quiero verte hablar con alguno de esos tipos raros.

-Vale, tranquilo.

La nueva vida de Estela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora