Capítulo 20.

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Narra Euge:

Me monté en el auto que me recogió en los estudios de Netflix, llegamos al teatro pero por otra puerta. He tratado de pelear contra estos tipos, son demasiado fuertes y si, Lali tenía razón por mucho que hubiese estado entrenando estos meses, eso no me convertía en profesional. No han tardado mucho más de cinco minutos en reducirme y atarme a una silla. Me ha parecido un poco raro que me quitasen los zapatos pero de pronto han traído un cubo donde me han metido los pies. El agua está helada y al principio es soportable.

No sé cuanto rato llevare acá metida, pero ya apenas siento los dedos de los pies y un frío insoportable se ha colado por todo mi sistema circulatorio. Lo sé porque estoy notando como poco a poco todas mis articulaciones se van agarrotando, el frío, es una tortura muy dolorosa, porque poco hay que pueda hacer en mi situación para combatirlo. 

Me pregunto si Agus, se habrá dado cuenta de que no estoy, si alguien habrá avisado a Peter y a los demás de que algo me pasó, no puedo dejar de rezar porque mis amigos y compañeros me estén buscando. Mis ojos se han ido cerrando con la imagen de Rufina y de Nico, en ese momento en el que ya no podía soportar la hipotermia, alguien ha sacado mis pies de ese cubo y me ha cubierto con una manta. Alguien que se ha parado en frente mía, que con fuerza ha agarrado mi cabeza desde el pelo y la ha levantado, obligándome a abrir los ojos. Cuando a duras penas los he conseguido abrir, la veo a Kaila con una sonrisa mirándome, no he podido aguantarme las ganas y le he escupido en medio de la separación de sus dientes. 

Kaila: eres una cerda Eugenia. - Me da una cachetada bastante fuerte. 

Euge: ¿que querés de mi? 

Kaila: no quiero nada de ti, no eres más que una cara bonita, incrustada en un cuerpo de infarto. Quiero que sufrais, todos y cada uno de vosotros.

Euge:  estamos hechos a prueba de gente como vos. - Le digo con una sonrisa. - ¿No te aburrís de ser una villana de mercadillo? 

Kaila: me subestimáis demasiado querida... Pero ya vais a aprender que con las Boyer no se juega. 

Euge: eso está por verse. - Toso porque todavía tengo mucho frío. 

Kaila: que lo disfrutes Eugenia, reza por que te encuentren pronto. - Una puerta  se cierra. 

Recupero un poco la temperatura al cabo de unos diez minutos, cuando el ruido de un motor ha empezado a escucharse muy fuerte, seguido del ruido, un aire muy caliente ha invadido la habitación. Mi temperatura ha aumentado demasiado rápido y cada vez hace más calor, intento moverme pero no puedo, cuanto más me muevo, más me canso. El aire se ha contagiado y a medida que pasa el tiempo, la temperatura va subiendo. 

Primero, tengo una sudoración muy constante a la que no puedo poner remedio porque no puedo quitarme el vestido. La respiración empieza a ser cada vez más agitada y veloz porque siento que si no me arden las vías respiratorias. Poco a poco, empiezo a marearme y a notar la falta de oxigeno en mi cerebro, la temperatura sigue aumentando, caigo al suelo con la silla y empiezo a gritar al notar como mi piel se va abrasando con ese aumento de la fuente de calor. 

Narra Pablo: 

Nicolás no ha tardado ni cinco segundos en dar luz verde al plan de Lali, nos hemos reunido con sus hombres en la entrada trasera del teatro Lara de Madrid, Nos hemos dividido en dos y hemos empezado a recorrer los sótanos, por lo que me van informando, nadie ha encontrado nada, hasta que al final de un pasillo, veo que hay una puerta por la cual sale lo que parecen olas de calor, que son apenas perceptibles para el ojo, me pongo las gafas de visión térmica y me las quito rápidamente, en esa habitación la temperatura es de unos 55º C, con ayuda de Izzy, Mery y Emilia hemos abierto la puerta. Nos hemos tenido que apartar porque salía literalmente una especie de ola de fuego invisible. 

Hemos entrado rápidamente y hemos encontrado a Eugenia con parte de la cara, brazos y manos  llenas de quemaduras de primer grado. Está inconsciente, pero creo que todavía respira. Con la velocidad exageradamente aumentada en todos los aspectos, Mery y yo la hemos llevado a la clínica junto a Nicolás para contarle absolutamente todos los detalles que nos mandarán Izzy y Emi mientras revisan a Eugenia. Antes de nada, llamo a mi hermano para informarle, aun que bueno, imagino que si han seguido la transmisión en vivo, sabrán bien lo ocurrido. 

Peter: ¿La sacaron? ¿Como está? - Pregunta muy preocupado mi hermano. 

Pablo: tiene quemaduras, algunas articulaciones agarrotadas... El cuarto explotaba literalmente de calor, las torturas de Kaila son demasiado perversas. Imagínate que primero te deja con los pies en hielo... Tu cuerpo se agarrota, comienza a tener efectos de hipotermia leve, entonces después, te enciende un aire acondicionado a 55 grados. Tu cuerpo se aferra al calor, pero de golpe no puedes respirar, sentís que te asfixias, la piel empieza a arder... 

Peter: ¿eso fue lo que le hizo a Eugenia? - grita demasiado enojado, creo que Peter anda con las emociones demasiado a full para seguir con el caso - Acá, encontré entre sus archivos el nombre de esta atrocidad. 

Pablo: contame un poco... - digo esperanzado para poder entender a Eugenia y saber como actuar. 

Peter: se llama Novae Cruciatu, acá dice lo siguiente: la tortura de las diosas, las mujeres perfectas, son lienzos para construir la imperfección. Su sufrimiento debe hacerla retorcerse y ahogarse en su cuerpo, sin poder hacer uso de él para salvarse. Por eso, cuando vaya a mostrarse en todo su resplandor, se verá sola, con los pies en agua fría, quedándose inmóvil y relajada para después se asfixie en una ola de calor que la culmine y la haga arder en el fuego de la belleza eterna. 

Pablo: esta mina está terriblemente enferma... 

Peter: vos mantenme informado, yo voy a seguir leyendo todo esto. 

Pablo: claro Peter, hablaré de esto con Nicolás, sería interesante que me mandes ese documento para que lo vea.

Peter: ahora mismo les envío una copia del archivo, voy a hablar con Lali antes de nada. 

Pablo: claro, cuídala hermano y cuídate vos también. 

Vuelve a mi (2° parte de Soy tu asesina) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora