Vuelve a mi (2° parte de Soy tu asesina)

Capítulo 31.

Narra Pablo: 

He tenido una conversación con Lali en el camino de vuelta demasiado intensa. No me apetece saber nada de lo que pasa ahí a fuera y tampoco tengo ganas de ver a nadie. Mi puerta lleva como unos veinte minutos seguidos sin parar de sonar y al final he tenido que obligarme a abrir, al hacerlo me he encontrado con Izzy, que sostiene una bandeja de comida, la miro y no puedo evitar sonreír, así que la invito a pasar. Deja la bandeja en la mesa y nos sentamos para cenar. Me cuenta preocupada sobre la reacción de Lali y la verdad me preocupa ese estrés y esa adrenalina en su embarazo. Cuando terminamos con la comida, nos sentamos en el sillón de la ventana, Lali había puesto uno en cada habitación, le da un punto interesante, al menos desde acá se puede ver toda la ciudad. 

Izzy: ¿por qué estás aquí encerrado? - me pregunta con dulzura mirándome a los ojos. 

Pablo: no tengo muchas ganas de verla así a Lali... 

Izzy: se le pasara... Solo necesita procesarlo, si Euge me hubiese dejado explicarlo antes...

Pablo: Euge tenía sus motivos para querer ocultárselo, pero después de lo que dijo el doctor en el otro piso... Es normal que Peter se lo dijera.

Izzy: ¿quieres hablar de lo que pasó?

Pablo: no... prefiero disfrutar de ti. - Me acerco a ella y aparto un poco el pelo de su cara - gracias por venir a verme.

Izzy: a veces todos necesitamos un salvavidas Pablo... - Se acerca hasta quedar a unos pocos centimetros de distancia - ¿me dejas ser el tuyo?

Pablo: nadie mejor que tu Isabelle. - La acerco a mi y la beso intentando recomponer cada trozo de mi. 

Narra Lali: 

No puedo sacar de mi cabeza las palabras de Peter de mi cabeza "es inofensiva Lali, solo desbloquea la memoria y despiertan como nuevos. Con Rochi funcionó pero nada se compara a cuando Gas despertó como nuevo" "Estaba desesperado... tenía que traerlos de vuelta". Tengo los nudillos literalmente en carne viva, pero no puedo parar de golpear el maldito saco y tampoco puedo frenar las lágrimas que caen de mis ojos. ¿Por qué me ocultaron algo así? ¿Que les pasa a todos?, quiero concentrarme en otra cosa, pero es que no puedo... "nada se compara a cuando Gas despertó como nuevo", una y otra vez, un golpe tras otro. ¿Hay alguna manera de frenar el dolor? me gustaría saberlo... Sigo golpeando, hasta que de pronto y creo que hasta por algo que él mismo desconoce, Nico ha entrado y se ha puesto delante del saco justo cuando voy a golpear y ha agarrado mi puño justo por las heridas y ha apretado, haciendome gritar, como si me estuvieran desgarrando. 

Lali: ¡BASTA! - Me libero del agarre y lo miro con los ojos negros del rimmel, llena de rabia y de dolor - ¡Dejame en paz Nico!

Nico: te estás lastimando Lali, por favor... para y escúchame.

Lali: no quiero Nico, no quiero - le grito muy cerca de la cara y él se aparta un poco - quiero estar sola y quiero pegar a ese maldito saco hasta quedarme sin fuerzas. 

Nico: solo vas a conseguir dejar al descubierto tus maravillosos y huesudos nudillos Mariana, por no hablar de que estás embarazada y ahora tenes un sobre-exceso de todo. Cálmate.

Lali: No puedo Nicolas, si vos fueses vos me entenderías.

Nico: no importa que no me acuerde quien soy, estoy acá con vos y no me voy a ir, vení acá pequeña, tranquilízate. - Me acerca a él y me inmoviliza en un abrazo al que no me puedo negar. 

Lali: todo es una mierda Nico... tengo miedo y nunca antes me sentí así, es la primera vez qué no sé que hacer, no sé como salvarnos, no sé como actuar... Siento que la maldita cabeza me va a diez mil por hora y a la misma vez estoy totalmente bloqueada, no sé como carajo hacer para utilizar todo lo que sé. 

Nico: tenés un mambo terrible pero además estás embarazada... Tenes que tomarte un tiempo para descansar. 

Lali: Kaila puede atacar en cualquier momento... ¿vos pensas que puedo relajarme y descansar?

Nico: si, para mi... deberías irte unos días con los demás chicos a la otra casa y cuando estés más tranquila volves.

Lali: puede ser una buena idea... - Tal vez si hablo con Peter, pueda descargar un poco toda mi bronca.

Narra Peter: 

Cosa de medianoche, se ha escuchado la puerta... he salido con el arma y me he sorprendido al ver a Lali, tiene la cara llena de maquillaje y trae las manos llenas de sangre y en carne viva. Verla así me parte el alma, pero reacciono rápido y voy a por el botiquín para curar sus manos. Ella se sienta en el sofá mientras yo limpio sus heridas, estamos en completo silencio, ni si quiera me mira y es realmente doloroso, además de incomodo estar así con ella. Desinfecto las heridas y después empiezo a vendar sus manos, cuando termino, me levanto pero ella me detiene y me sienta con ella otra vez.

Peter: no sé que decirte si me quedo acá...

Lali: no digas nada... Solo quédate.  

Nos quedamos en silencio, mirando al frente, una hora, dos horas, tres horas... No había ganas de hablar, pero tampoco de estar separados... En ese momento, me acuerdo de la conversación que tuve con Candela y si no quiere que hablemos del TDS, podemos hablar de ese recuerdo. 

Peter: hablé con Cande antes y me contó algo que creo que deberías saber, no quiero ocultarte nada más. - Le digo con la voz temblorosa por miedo a su reacción. 

Lali: te escucho... - Me contesta sin mirarme.

Peter: me dijo que vio un recuerdo en su mente... en el que salíamos vos y yo, hace varios años... Dormidos mientras ella caminaba por nuestro lado.

Lali: eso es muy extraño ¿no te parece? - esta vez si me mira, se me hace tan raro ver miedo en su mirada. 

Peter: si... me parece muy extraño porque yo no me acuerdo de haberte visto hasta que te conocí.

Lali: yo si recordé haberte visto... En mi primer asesinato y en uno en Londres, ya te lo dije...  

Peter: ¿por qué no me acuerdo de vos? Antes de conocerte digo... 

Lali: ahora no podemos pensar en eso... Ahora la prioridad es Kaila. 

La noche ha continuado su curso mientras nosotros hemos seguido en silencio, yo no he podido dormir, pero Lali ha terminado dormida en mi pecho, yo la he observado mientras pienso en todo lo que nos espera con Kaila, la paternidad, la amnesia de los chicos, Angela y Agustin y el diagnostico que ha hecho el médico que ha traído Nicolás sobre nuestras ahora prodigiosas mentes y me doy cuenta de que si salimos bien parados es un milagro. En estos ultimos meses, nuestra vida se ha convertido en una montaña rusa constante, pasamos de estar bien a la angustia por un ser querido casi a la velocidad que respiramos, no entiendo como no nos hemos vuelto completamente locos, o quizá lo estamos y no nos estamos dando cuenta porque no tenemos tiempo de pensar en nosotros o en vivir nuestra vida, solo pensamos en salvarnos y en como salvarnos y de alguna manera eso nos está haciendo chocar, hacer cosas impensables y a las espaldas. Nos ocultamos las cosas para protegernos y terminamos dañándonos cuando más necesitamos estar juntos y fuertes. Supongo que todo esto es parte del juego de Kaila y de lo que quería conseguir cuando empezó la partida, pero sé que dentro de poco se va acabar, pero vamos a empezar otra, quizá, mucho peor, un viaje por nosotros mismos, un viaje que nos va a cambiar por completo.

La mañana entra como un rayo de esperanza, Lali se despierta con el ruido de Agus al sentarse a su lado y empezar a hablarle acerca de un montón de comida, la sonrisa de Lali al ver a todos sentados en la mesa y a su hermano en primer plano, me da tanta paz que toda la oscuridad se ha ido de golpe. Nos hemos levantado y nos hemos sentado en la mesa, ella con Gas y sus hermanos y yo con Rochi. Julia ha traído a Cande para que desayune con nosotros y a pesar de la ceguera hay mucha paz en esta casa, quizá sea porque la presencia de Lali nos hace bien a nosotros pero también a ella.