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I don't mind, Zayn


Luego de ese pequeño mal entendido (según Keira) volvieron a la sombra del árbol, donde las esperaban sus amigas, preocupadas.

- ¿Las expulsaron? - fue lo primero que escucharon. Una Rachel bastante preocupada.

- Claro que no - respondió Keira, rodando los ojos.

- No pueden expulsar a las almas del lugar - dijo Sarah mientras se sentaba al lado de Keira. Marie estaba leyendo un libro, bastante (demasiado) concentrada. Parecía que tenía miedo de sacar la cabeza de las hojas.

- ¿Qué te pasa, Marie? - Le pregunta Keira, que la había estado observando desde que su actitud empezó a cambiar. Marie ni siquiera levantó la vista.

- Nada - su voz apenas s escuchó.

- Es evidente que te pasa algo - Le dijo Keira, ladeando la cabeza.

- Si - concuerda Sarah, con un asentimiento.

- No me pasa nada, chicas - les dice Marie mientras mete más la cabeza al libro.

- Vamos Marie, puedes contarnos - la tranquiliza Sarah. La aludida apenas se mueve.

- Hace unos días te comportas diferente... -empieza Keira, pero no puede seguir, ya que Marie se levanta estrepitosamente.

- ¿Y a ti que más te da? - Le dice, bruscamente. Keira no se molesta ni un poquito.

- Eres mi amiga, y me importas, y me preocupas. Deberías saberlo a esta altura - Le dice ella tranquilisadoramente. Marie niega con la cabeza repetidas veces.

- No, tú sólo hablas con nosotras porque somos tus compañeras de habitación - Keira no puede creer lo que le está diciendo su amiga.

- ¿Qué? - Pregunta, con confusión - Marie, si no la soportara, directamente no les hablaría y las ignoraria. Créeme, me es muy fácil hacer eso en ves de fingir una amistad.

- No intentes fingir. La única persona que realmente te hace bien es Anne - sentencia, con una mirada fría. Entonces, Keira puede ver a través de esos ojos que la miran con odio, puede ver arrepentimiento, y puede ver dolor.

Marie está siendo controlada por alguien, y no le queda duda de que ese alguien es el mismo que le robó el diario.

- Marie - dijo Keria de repente, acercándose a la pelirroja, que dio un pasa atrás - por favor, ven con migo - la chica golpeó la mano de Keira antes de que la tocará.

- Alejate, Keira - entonces, se quedó muda, con los ojos bien abiertos, y la boca apretada. Las chicas estaban confundida, perplejas, y asustadas.

- Vamos - la agarra de los hombros y la carga como un saco de papas. Rachel se pregunta cómo Paula tenía tanta fuerza, y Sarah estaba quieta, ni siquiera respiraba. ¿Cómo sabía Marie el verdadero nombre de Keira? ¿Y porque Keira había cambiado su actitud de la nada? Está chica era extraña.

Más allá, Keira se encerraba con Marie en su habitación. La pelirroja no dejaba de gritar y patalear, y Keira esquiva a patadas voladoras a toda costa.

- ¿¡A quien viste últimamente?! - Le gritó-preguntó Keira. Marie se sacudió, lágrimas saliendo de sus ojos.

- No... ¡No! - al principio, balbuceo, pero luego fue un grito furioso. Estava peleando.

- Dime a quien viste, con quien hablaste, ¡Algo por dios! - Keira está desesperada, y eso no es normal en ella. Keira siempre tiene una respuesta ingeniosa, palabras perfectas para usar o la mejor reacción, pero cuando no la encuentra, cuando no lo tiene todo bajo control, ella simplemente explota. Y, digamos que, en una escala del uno al diez de peligro, ella es un cuarenta cuando explota.

Peligrosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora