Tag, you're it - Melanie Martinez*
Keira automáticamente lleva una mano a la cintura de su pantalón, donde encuentra el arma que siempre lleva. Entonces se da cuenta de que está en el Reino, y puede usar su poder. Una sonrisa psicópata se instala en su rostro.- ¡Corran, son muchos! - gritaba su abuela mientras se ponía un tipo de manta por arriba.
- ¿Porqué hacemos tanto escándalo? Es decir, son humanos - dijo la rubia, algo confundida - No pueden hacernos mucho.
- No, Keira, ellos no - Le respondió su abuela - pero hay un Fluctúa ente ellos.
Y Keira ni siquiera tuvo que pensar cuando se dio vuelta a Coel. Y, mierda, no estaba segura de si lo mejor era hablarle o salir corriendo del maldito lugar.
Los ojos de Coel están totalmente negros, demasiado dilatados como para dejar rastro del azul debajo de ellos. Sus manos están blancas y en puños y tiene... no tiene expresión, literalmente, está en blanco.
- Bien - dice, después de unos momentos, con una sonrisa de maniático - Supongo que tendré que ir a buscarlo - Y salió de la habitación.
Pero, lo malo, era que no salió caminando. Salió levitando.
Keira se apresuró al chico, agarrandolo de la camiseta, este se paró.
- Sólo, no lo metes - pidió la chica, seriamente - Necesitamos información. Coel se limitó a asentir antes de seguir caminando tranquilamente hacia la puerta.
- Vamos ¡Vamos, vamos! - Keira corrió hacia la ventana más cercana, y una vez cerca saltó.
Sus alas se desplegaban como hilos sueltos, pero suavemente. Con un brillo encandilante, sus alas ya estaban totalmente desplegadas, y eran majestuosas.
Sus ojos cambiaron al blanco puro*, y agitó sus alas con fuerza, manteniéndose arriba.
Desde abajo, todos la miraban con asombro. Eso Coel aprovechó y levantó sus manos con violencia, haciendo que todas las personas que estaban a su alrededor se levantaran del piso brutalmente, haciéndolos gritar.
Keira cerró las alas, aferrandolas a su cuerpo mientras caía en picada hacia el piso. Cuando estaba a centímetros, las volvió a abrir con tanta fuerza, que la gente a su alrededor cayó y saltó como si los hubieran pateado.
Keira levantó una mano y la cerró con fuerza, haciendo así que todos los humanos se llevarán las manos a sus gargantas, desesperados por aire mientras flotaban a dos metros del suelo.
Coel sonrió a Keira, con malicia, y Keira le devolvió la sonrisa.
Entonces, como si estuvieran coordinados, los cuerpos de los humanos quedaron inertes mientras caían con estrépito al suelo. Algunos hicieron ruidos de huesos rompiéndose, y otros simplemente rebotaron.
Y de repente, Keira y Coel se sacudieron con fuerza mientras caían al piso, inconscientes.
- ¡Agarrenlos y llevenlos adentro! - gritó la abuela de Keira, levantándose. Daría y la líder de los Alázontas se adelantaron y cogieron a los chicos, que estaban desmayados. Los llevaron sobre sus hombros hasta adentro.
Mucha gente iba y venía, estresados y con expresiones alarmadas en sus rostros, pero nadie se percataba de un hombre, parado estático y mirando el lugar donde había ocurrido todo, con el pelo muy canoso y más arrugas que piel en su rostro.

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Peligrosa
Fantasía"Nunca subestimes a una mujer" Y menos a Keira, Ella es fuerte, y le saca provecho. Ella es distinta, y nadie tiene una explicación que dar. Ella está en peligro, y sus poderes no podrán salvarla por mucho tiempo. Ella no sigue reglas...