Cap 9 - Prisioneros

255 12 8
                                    

-No se muevan hasta mi señal -susurró Buck- Diego y yo pelearemos con la mitad de este lado mientras ustedes distraen a la mitad de ese otro lado, ¿entendido?

-¿Que vamos a hacer qué cosa?- preguntaron asustados Crash y Eddie.

-¡AHORA!

Cuando los lobos corrieron hacia ellos como avalancha, Buck se movió rápidamente entre ellos y con su cuchillo en la mano logró herir a los que intentaron atraparlo. Mientras tanto, Diego luchaba feroz contra un grupo de lobos que lo tenían rodeado. Dio zarpazos como rayo en un abrir y cerrar de ojos, también dió golpes con los que dejó inconscientes a un par de lobos. Por desgracia, eran demasiados contra los que estaba peleando, y a cada segundo que pasaba, se cansaba más y se volvía más lento. En ese momento uno de los lobos se abalanzó sobre él, logró causarle una herida muy dolorosa, por lo que el tigre lanzó un rugido y le dio un fuerte zarpazo al que le había hecho daño. Siguió peleando, pero el dolor era tan grande que lo hizo vulnerable,  recibió una segunda mordida y después una tercera. Por más que trató, no pudo impedir que los lobos lo inmovilizaran en el suelo. Buck, al distraerse por la impactante escena, le arrebataron su cuchillo y lo destruyeron. Sin tener mucho con qué defenderse ahora, más que sólo sus puños, no tardó en que lo capturaran. A los pocos segundos, las zarigüeyas también fueron capturadas.

Ahora que ninguno tenía forma de huir, Fenrir dio la orden de que ataran muy fuerte a los cuatro intrusos capturados para que los llevaran frente a Tripa. Los lobos obedecieron y cuando se aseguraron que ninguno de los prisioneros tenía forma de liberarse y escapar, los arrastraron todo el camino hasta el lugar donde se encontraba el Capitán Tripa.

-¡Vaya, vaya, miren nada más!- exclamó el simio-¡No ha pasado ni medio día y ya tengo a...!

-Sólo tenemos al tigre, Capitán- Lo interrumpió Fenrir.

-¿Qué? ¿Cómo es eso?

-No hay señal alguna de los mamuts o del perezoso- le contestó Freya, la loba alfa -el tigre vino únicamente acompañado de una comadreja y dos zarigüeyas.

-Creemos que podemos proceder a un interrogatorio ahora que los trajimos frente a usted.

Tripa quedó pensativo durante unos segundos. Contempló a su ejército de lobos y a sus recién capturados rehenes. Luego se acercó a los lobos alfa y les dijo:

- Traigan a Shira, muy bien atada para que no escape, iremos al lugar donde la encontramos y desde ahí comenzaremos a rastrear, las huellas nos llevarán al mamut y su familia.

-¿Y qué hacemos con el tigre?- Preguntó Fenrir

-Tírenlo a la cueva de agua junto con sus tres patéticos amigos. Bloqueen muy bien la salida.

Un grupo de lobos removió la roca que bloqueaba la cueva de Shira y dejaron caer una red cuando ella salió corriendo y, aunque luchó con todas sus fuerzas no logró liberarse, sólo se enredó aún más. Mientras se la llevaban vió cómo a Diego, herido, lo arrastraban hacia la cueva de agua.

-¡DIEGO!- Gritó

-¡SHIRA!

Ambos lucharon por liberarse, mordiendo las cuerdas que los ataban y clavando desesperadamente las garras en la tierra para jalar en dirección contraria hacia donde eran arrastrados. Pero nada de esto funcionó, las cuerdas eran demasiado gruesas y los lobos pusieron aún más fuerza. A Shira se le llenaron los ojos de lágrimas cuando vio el momento en el que Diego y sus amigos fueron arrojados hacia el interior de la cueva de agua y luego la salida fue bloqueada.

~*~*~

Diego, herido y débil, cayó sobre el piso rocoso del interior de la cueva de agua, lo que le hizo soltar un quejido de dolor. Sus piernas temblaban y no le fue posible ponerse de pie. Buck y las zarigüeyas habían sido atados juntos y al caer rodaron unos metros del punto donde cayeron y de donde se encontraba Diego. La cueva fue tapada en seguida, dejando oscuro todo alrededor.

Los forcejeos de ellos tres al estar atados y sin hallar forma alguna de soltarse se escuchaban en toda la cueva, siendo los únicos ruidos que se escuchaban aparte del sonido producido por el movimiento del agua. Pero Diego notó algo más, su fino olfato le hizo darse cuenta de que él y sus amigos no estaban solos en ese lugar.

Buck y las zarigüeyas pararon de forcejear cuando escucharon un par de pasos muy cerca de ellos. El miedo los tenía paralizados y ninguno se atrevía a mirar qué era.

-¿Diego, eres tú?- dijo Eddie con voz temblorosa

-¡CUIDADO, CHICOS!

*Fin del capítulo*

Fanfic: Corazón de Hielo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora