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Al día siguiente el director llegó para poder confirmar que Harry se encontraba en buen estado, que nada le había pasado.

—¿Recuerda algo de cuando era mayor?—pregunto a Black.

—No, cree que es un niño y nada más ¿Debería recordar algo?

—No, está todo bien así—le dijo—. Pero no debemos bajar la guardia, no debes dejarlo solo en ningún momento.

—No se preocupe, yo lo cuido.

—¿Por cierto, donde está el?—pregunto con una pequeña sonrisa—. No lo he visto desde que llegué aquí ¿Aún se encuentra dormido?

Sirius negó y en ese preciso momento el pequeño Harry ingreso muy feliz dando saltitos.

Con gran esfuerzo se subió a una silla, se sentó y miro con un brillo especial a Dumbledore.

—¿Usted conoce al señor sin nariz?—le pregunto—. Yo siento pena por el. Quiero que venga a jugar.

—¿Señor sin nariz?—Dumbledore miro a Sirius con curiosidad—. ¿Ayer salio de  casa?

Black negó algo preocupado.

Harry se paró en la silla y se estiró para coger un plato con galletas que se encontraban en la mesa.
Kreacher para evitar que siguiera hablando del señor sin nariz cogió un enorme vaso y sirvió leche. Se lo entrego a Harry y empezó a cocinar procurando hacer mucho ruido.

—Ayer también habló sobre ese señor—dijo Balck en voz alta—. Pensé que podía tratarse de su imaginación.

—No lo creo—le dijo Albus también en voz alta—. Necesito averiguar todo—se levantó de la silla—. Vendré en la noche, cuida de Harry, no lo dejes solo en ningún momento—salio de la cocina.

°•10:00 p.m•°

La reunión que el director había planeado se hacía cada vez más larga. Harry se había ido a dormir muy temprano a pesar de que quería conversar con las personas desconocidas.

Sirius cada cinco minutos se levantaba para ir a verlo, confirmaba que todo estaba bien y volvía a bajar para seguir conversando con los miembros de la orden.

Snape no podía enviar sonreír de forma burlona, pero era el único, porque muchos pensaban que ese gesto hacia que Black se viera mas tierno y tal vez, solo tal vez podía llegar a madurar gracias a Harry.

—Hoy en la mañana, pude escuchar del mismo Harry que había conocido a un hombre... Sin nariz—dijo Albus a los miembros. Miro a Severus por un segundo—. Esto puede significar peligro para el pequeño, no sabemos si puede tratarse de su imaginación o por alguna razón llegó a salir de esta casa y se encontró con Voldemort.

Molly miro a Sirius preocupada.

—¿Crees que es verdad?—le pregunto—. Pudo haber sido cualquier idea.

—Ayer en la noche me menciono a un hombre con el cabello muy largo—hablo el animago—. También dijo que había llegado a ellos por culpa del feo.

—¿Feo?

—Así llama a Kreacher.

—¿Había llegado a ellos?—le pregunto Snape—. ¿El elfo lo llevo?

—No—le dijo—. Me contó que dentro de la chimenea vivía el señor sin nariz...—miro al director—. Estoy seguro que ese estúpido elfo intento comunicarse con los Malfoy.

Albus cerró los ojos y suspiro por unos dos segundos.

—Lo más delicado de esto, es que ahora Voldemort sabe que Harry es muy inferior en todo sentido, lo buscará, encontrará la manera de herirlo—dijo con pesar—. Debemos cuidarlo en todo momento.

—Es muy difícil—le dijo Sirius—. Hay algunos momentos en que se aburre conmigo, busca jugar con otros niños, no podemos tenerlo encerrado y menos por un año.

—Debe ver otro niño con quien pueda jugar—opino Remus—. Debe socializar con alguien de su edad—miro al director—. Si prepara la misma poción podemos hacer que otro adulto o adolescente cercano a Harry lo tome.

—¿Quien va a querer ser niño por segunda vez?—le pregunto Sirius.

En segundos  los ojos de todos se dirigieron hacia Snape, el profesor los fusiló a todos con una mirada penetrante.

La idea fue descartada al instante.

—¿Y Ron?—preguntó Sirius a Molly—. ¿Crees que él pueda... Crees que el quiera revivir su niñez?

—No lo se... Sería muy tierno y hermoso ver a mi Ronnie de nuevo como niño, pero lo conozco muy bien y se que sus travesuras serán de dolor de cabeza y estoy muy vieja para cuidarlo.

Muchos resoplaron y se pusieron a pensar en alguna víctima. Las opciones eran muy escasas.

Sirius en medio de todo se levantó sin decir nada, salió de la cocina y subió al dormitorio de su ahijado, quería verificar que estaba a salvo.

Abrió despacio la puerta y negó divertido, su ahijado estaba recostado al revés, sus pies en la cabecera, la sábana en el suelo, tenía la boca abierta y babeaba ligeramente.

Se acercó para acomodarlo, lo abrigo sin despertarlo y trato de cerrarle la boca.
Cuando se disponía a bajar a la cocina,  en medio del sueño Harry cogió su mano y murmuró “Papá”

Sirius sonrió agradecido y triste.
Se acercó, le dio un beso en la frente y le susurró “Duerme bien, Hijo”.
Luego le acarició el cabello y volvió a bajar.

Cuidando del pequeño Harry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora