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∆Llegada del padrino∆

—¿Cuantas veces te dije que no debías pelear?

—El empezó, se burló de mi, dijo que era feo y mi papá no me quería.

—Draco, tal vez algo de lo que haya dicho Potter sea cierto—le dijo Snape—. Pero no te preocupes, no dejaré que la absurda idea de tu padre te dañe—cargándolo se dirigió hacia la cocina para poder conversar con Black.

Harry se quedó parado en la sala con el ceño fruncido.

—Niño tonto—murmuró y se sobo la cabeza en donde Draco le había jalado—. Espero que te vayas y nunca regreses—se dio media vuelta para subir las escaleras hacia su dormitorio.

°•10:00 p.m•°

Snape al no tener el tiempo suficiente para cuidar de su ahijado no tuvo mejor idea que dejarlo en el cuartel general.

Sirius se había negado por los ruegos de Harry pero al final con un dolor muy grande acepto, sabía que sería muy complicado para el cuidar de dos niños, era mucha responsabilidad pero lo afrontaría hasta que Dumbledore pudiera encontrar la manera de regresar a Draco a su hogar.

En ese momento el animago se encontraba en la habitación de su ahijado tratando de narrarle un cuento para que pudiera dormir.

—Y el conejo corrió, corrió con todas sus fuerzas hacia su madriguera, tenía hambre—le decía a Harry—. Su mamá le había preparado una sopa de zanahorias.

—¿Y el conejito tenía hermano?

—No, era hijo único.

—¿El conejito era grande?

—No, era de tamaño mediano.

—¿Y tenía frío?

—No, Harry, los conejos no tienen frío.

—¿Como comía su sopa de zanahoria?

—Por la boca.

—¿A qué sabía?

—... A zanahoria.

—¿Porque el conejito corría? ¿Los conejos no saltan?

—El conejo de mi historia corre.

—Papá... ¿Porque no tengo un conejito?

Sirius se llevó las manos al rostro para pensar. Ya recordaba porque antes no le había narrado cuentos a Harry.

—Bien, hijo, te contaré una historia muy corta—le dijo cansado—. Había un niño que no quería dormir, siempre hacia preguntas, entonces su papá se harto y con un hechizo lo hizo dormir. Fin.

—¿Era un niño malo?

—No—le respondió llevándose una mano al rostro por el cansancio.

—¿Que hechizo uso? ¿Le dolió mucho? ¿Y... que es un hechizo?

—Harry... Ya son más de las diez de la noche, deberías estar durmiendo no haciendo preguntas.

—No quiero dormir, ese niño vendrá a mi cuarto y me robara mis juguetes, yo sé que es malo—se sentó en la cama—. Si duermo, el cogerá mi carrito.

—Draco está durmiendo en otra habitación, el durmió más rápido que tu.

Harry bostezo y se recostó despacio en su cama, miro atentamente a Sirius y poco a poco se fue quedando dormido.

El animago pudo por fin respirar tranquilo, se levantó y se estiró para enderezar su columna después de tantos minutos sentado.
Abrigo con cuidado a su ahijado y salió del dormitorio para bajar hacia la sala.

—Ya se durmió—aviso a Remus que se encontraba en el sofá medio soñoliento—. Cada día me doy cuenta que se parece más a su padre—se sentó al costado—. ¿Un mal día?

—Algo así... Últimamente solo estoy débil, tal vez sea por las lunas pero... No lo creo.

—De seguro estás triste y preocupado por Harry.

—Eso también, hay algunos días que no puedo dormir—suspiro y se recostó más en el sofá—. Quisiera... Algunos momentos deseo...

Black no espero que dijera algo más y se acercó para abrazarlo.

Remus se asustó por un segundo.

—¿Que te pasa?—le pregunto. Antes había abrazado a su amigo pero nunca con ese sentimiento.

—Como los viejos tiempos—le susurro Sirius—. Nunca olvides que estaré aquí siempre para ti. Cuando me necesites solo habla.

—Eh... Eh.. gracias—le dijo Remus con una sonrisa muy forzada, se separó del abrazo y se acomodó nervioso en el sofá—. Eres mi mejor amigo pero no debes preocuparte por mí, digo... Soy mayor y puedo cuidarme.

—Oye, lunático... Se que es muy tarde pero...—suspiro para tratar de encontrar la manera de decirle—. Yo... Cuando estábamos en Hogwarts...

—Me tengo que ir a dormir, Sirius, el sueño me está matando—le dijo rápido levantándose del sofá—. Buenas noches—se despidió y subió las escaleras sin mirar atrás.

Black se quedó en la sala con una sonrisa en el rostro.

Cuidando del pequeño Harry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora