♠11♠

10K 1K 151
                                    

∆Mansión de los Malfoy∆

Dos meses completos pasaron desde que Draco llegó al cuartel general de la orden del fénix.

Lucius estaba muy nervioso y triste, dejar a su único hijo en un lugar desconocido había sido la peor idea de su vida y su esposa a cada momento se lo hacía entender con gritos y amenazas.

Voldemort por su parte no le importaba, el solo buscaba tener algún resultado, sus esperanzas de tener muerto a Harry eran muy bajas, necesitaba resultados y los necesitaba ya.

—¿Que te ha comentado el elfo de los Black?—pregunto al rubio.

—Lo que puede decirme es muy limitado, no puede ir en contra de su amo, pero logré enterarme que mi hijo y Potter tienen una muy mala relación... se odian. El plan no tendrá resultado y menos con el nuevo niño que vive junto a él.

—¿Nuevo niño?

—Mi señor... Al parecer alguien de la orden quería tomar la poción pero fue un completo desastre,  la poción que  prepararon Dumbledore con ayuda de Snape... Quedó a la vista y Neville Longbottom... se lo ha bebido.

La mirada de Voldemort empezó a reflejar odio y decepción.  

∆Cuartel general∆

Había sido un descuido, solo un simple descuido, Neville se había enterado del asombroso cambio de Harry y quería verlo con sus propios ojos.

Cuando llegó no pudo creerlo y se quedó por algunos minutos para jugar con el, después decidió retirarse a su hogar.

Al momento que se disponía a irse, le dio sed y camino hacia la cocina, encontró en la mesa un líquido muy curioso y pensando que podía tratarse de un jugo... lo bebió.

Fue así como Harry logro tener un nuevo y mejor amigo, ahora ya no era obligatorio hablarle al niño rubio y gruñón.

En ese momento los dos nuevos amigos estaban en la sala jugando a los carritos. Sin que nadie los moleste.

—Yo siempre sueño con una moto—le contaba el azabache a Neville—. Le pregunté a mi padrino y me dijo que me compraría una cuando tuviera barba... Esa cosa que pica y está en la cara.

—Yo vivo con mi abuela—le dijo tímidamente—. Ella no es de comprar regalos, pero cuando me visitan mis Tíos siempre tengo juguetes.

—¿Y tú mamá?

Neville bajo la mirada.

—Yo no tengo mamá—le dijo—. No sé cómo era, pero pienso que fue linda.

—Yo tampoco tengo mamá, pero tengo un perrito, mi perrito se llama Galleta, es muy lindo ¿Lo quieres conocer?

Neville asintió más animado.

Harry se levantó del suelo y subió las escaleras para encontrar a su mascota.
Cuando estaba apunto de ingresar a su dormitorio el niño pálido hizo su aparición.

—¿Tú qué tanto hablas?—le pregunto con voz gangosa—. No me dejas dormir.

El azabache lo encaró

—No puedes dormir—le dijo—. Si quieres dormir vete a tu casa.

—Yo hago lo que quiero, tú no puedes decirme nada, ahora fuera—le empujó con fuerza. Harry se golpeo la espalda con la pared—. Tengo hambre, me voy a la cocina—camino hacia las escaleras.

—No hay comida—se rió—. Mi amigo y yo lo acabamos todo.

°•02:00 p.m-en la cocina•°

Sirius necesitaba tener un momento para pensar, cuidar de Harry lo comprendía, no tuvo opción con Draco pero con Neville era distinto, no quería tener problemas con su abuela, necesitaba encontrar una escusa para regresarlo.

Remus ingreso para tratar de tranquilizarlo.

—Hace minutos hablé con Dumbledore, me dijo que ha ideado una poción para que Neville restaurará rápido su edad.

—¡Genial!—celebró el animago—. ¿Cuanto demorará en prepararla?

—… Medio año.

—¡¿Que?!—se alteró— ¡Remus, Neville no se puede quedar en esta casa! ¿Que crees que dirá su abuela? ¡Pedirá mi cabeza en bandeja de plata cuando se entere de lo que le pasó!

—Tu no tienes la culpa. 

—¡Claro que tengo la culpa! Yo deje ese vaso en la mesa, cualquier niño pudo haberlo tomado. ¿Te imaginas que hubiera pasado?—le preguntó aterrado—. Si Harry lo encontraba y lo bebía, se hubiera convertido en un pequeño de meses, un gordo bebé que solo piensa en comer, llorar y dormir. ¡Volvería a la horrible edad de dos meses cuando me volvía loco con sus balbuceos!

—Hubiera sido más fácil su cuidado, digo yo.

—Claro que para ti es fácil, no le hubieras cambiado los pañales—le dijo y se levantó de la silla—. Dejemos de hablar de eso y mejor pensemos en la escusa perfecta, la abuela de Neville no debe enterarse de nada.

Remus se quedó en silencio para pensar, era difícil crear una mentira que pudiera engañar a esa mujer.
Entonces pensó en las dificultades que tenía Longbottom con algunos hechizos.

—Podemos decir que Snape y algún profesor más se han ofrecido para darle clases extras.

—Lunático, ningún familiar creería tremenda idea—suspiro bajando la cabeza derrotado.

—Estoy seguro que su abuela puede creerlo, Neville tiene que mejorar en algunas cosas.

Sirius lo pensó bien y asintió con una sonrisa, cogió su varita y le envío un mensaje a Dumbledore para que pudiera ir a casa de los Longbottom .

Cuidando del pequeño Harry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora