Cuidando del pequeño Harry

♠12♠

Medio año paso tan rápido como el viento, Sirius se empezaba a sentir triste, no quería despedirse del pequeño Harry, si por el fuera lo criaría por el resto de su vida, pero no podía, en poco su ahijado volviera a ser un joven de quince años.

Y a esa cruel idea se le sumaba que en el corto tiempo había vuelto a revivir los antiguos sentimientos hacía su amigo, pensó que después de tantos años todo había terminado pero se equivocó.

Cuando era un adolescente trataba de encontrar la manera de ocultar todo eso, siempre se decía a si mismo que solo era cariño y diversión de verlo enojarse por cualquier broma de mal gusto.

Pero debía aceptar. Remus nunca en toda su vida aceptaría salir con el.

Black también se había dado cuenta de cómo miraba a la joven aurora, todo estaba terminado, si no podía ser feliz trataría de ayudar a otros.

°•03:00 p.m - En la sala•°

Sirius ingreso muy sonriente y se sentó en el sofá con fuerza tratando de llamar la atención de su amigo que leía muy tranquilo.

—Dicen que el amor te vuelve idiota—hablo—. Lo he visto muchas veces, dejas de fijarte en la apariencia ¿Y sabes porque? Porque el amor es ciego. Dejas de fijarte en todo, te vuelves sordo, ciego y mudo.

—Mm..

—¿Podrías dejar de leer por una vez?

Remus cerró el libro y suspiro cansado mirando a su amigo.

—¿Que se te ofrece?—le pregunto—. Y que sea algo interesante.

—Se tu secreto—le susurró con cizaña—. No puedes ocultarlo y lo usaré para destruirte lentamente.

—Ve a beber vino—le dijo—. Tú cerebro se está apagando.

—Te amo.

—¿Que?—fingió no haber escuchado

—Olvidado, no lo diré por segunda vez—dijo derrotado—. Lunático, eres muy importante para mí, eres mi mejor amigo ¿Lo sabes, verdad?

—Si, lo se, tu también eres mi mejor amigo.

—¡Maldición!—le grito—. ¡Deja de fingir que no sabes lo que siento!

—¿Que sientes?

—Nada—gruño y se puso de pie—. No siento nada—camino hacia la cocina.

Remus se levantó para encararlo.

—No debes dejarte llevar por unos estúpidos sentimientos que pasaron en la adolescencia, sabes perfectamente que todo es difícil—le dijo. El animago se detuvo en la entrada de la cocina—. Eres mi amigo, Sirius, siempre serás...

—Ya entendí, no vuelvas a repetir la palabra amigo de nuevo—le dijo volteando a verlo—. Finjamos que esto nunca paso... De cualquier forma no seria la primera vez... ¿Verdad?

—cierto.

—Bien... Sabes no soy bueno dando consejos pero se que te gusta Tonks, deberías tomar mi vida cómo ejemplo, si no quieres vivir lo que yo vivo... No huyas del amor que sientes por  ella, no trates de ocultarlo.

Remus no le dijo nada, solo se le quedó viendo a los ojos.

Black bajo la mirada al darse cuenta de su error.
Espero que Remus se sentará de nuevo, que se distrajera y rápido cogió su varita y apuntándole susurró: Obliviate.

Ahora el castaño no recordaría sobre los sentimientos imposibles de Canuto.

∆Dormitorio de Harry∆

—♪¡Que bonito soy, que bonito soy!♪ ♪¡Cuanto me quieren!♪

Cantaba Harry con intención de mantener enojado a Draco.

—♪¡Mi pelo es lindo, mi pelo es lindo!♪♪¡Es muy rebelde!♪

El pequeño heredero de los Malfoy se cruzó de brazos, no tenía permiso de huir, Sirius le había obligado a jugar con Harry y Neville.

—♪¡Tengo un papá, tengo un papá!♪ ♪¡Y le llaman Canutoooo!♪

—Ya callate—le grito Draco—. ¡Tu voz es horrible y muy   áspera!

—Si Harry quiere cantar no eres nadie para decirle no—le dijo Neville tímidamente—. Su voz es suave y a ti no se te entiende cuando hablas.

—¿Te pedí que abrieras la boca?—le pregunto con desdén

Harry se sentó cerca de Neville y le entrego un juguete muy lindo.

—Mejor juguemos sin hacerle caso—le dijo—. Solo quiere llamar nuestra atención.

Draco frunció el ceño con enojo.

—Yo no fui el tonto que cantaba—le dijo con burla—. Tú te crees muy especial pero no lo eres.

Harry y Neville no le hicieron caso a sus palabras, siguieron jugando de lo más entretenido sin mirarlo.

El juego sólo duró media hora porque después Sirius los llamo para que pudieran comer algún bocadillo dulce.