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—No lo se—le dijo—. Tal vez si, tal vez no.

—¿Cómo que no sabes, Sirius?

—Harry... ¿Recuerdas lo que pasó antes?

—Claro que recuerdo—le dijo con muecas de dolor por la jaqueca—. Recuerdo todo... Oh, no, no puede ser—su rostro se lleno de horror y preocupación—. ¡Insulte a Voldemort! ¡Me burle en su cara!

—¿Que? ¿De qué hablas?

—Yo... Me burle de su calva—le dijo asustado y se puso de pie para alterarse más—. Me burle de el, lo insulte, yo... Oh, Merlín—se llevó las manos al rostro—. Estuve apunto de morir, el pudo matarme en segundos.

—Calma, estás a salvo, el no te hizo nada... Aún—le dijo Sirius para poder calmarlo.

—¿Porque me hicieron esto a mí?—les pregunto Harry mirándolos a los ojos—. ¿porque me convirtieron en un niño indefenso?

—Queríamos tenerte a salvo—le dijo Remus—. Nunca pensamos que sería tan complicado tu cuidado.

—¿Creyeron que con cinco años podría mantenerme tranquilo y seguro?

Remus y Sirius asintieron.

—Es el plan más erróneo que han tenido. Yo cuando era pequeño era como un torbellino... Y ahora que lo pienso, me sorprende estar vivo.

—Pero ya pasó—le dijo Sirius—. Ya no eres un niño, ah... Y por cierto, has perdido un año escolar, pero no eres el único, Draco también lo perdió.

—¿Que hacia el aquí?

—Intentando ser tu amigo.

Harry cerró los ojos con fuerza, los volvió a abrir pensando que podía tratarse de una pesadilla. Lastimosamente no lo era, lo que decía su padrino era cierto, Malfoy estuvo a punto de ser su amigo.

—Tienes que alistar tus cosas, todo está arriba—le dijo Remus—. Dentro de unas semanas empieza tu sexto año escolar.

—No, no puedo—les dijo el azabache—. Yo debo terminar mi quinto antes.

—Ya lo perdiste, cachorro—le dijo Sirius—. Dumbledore alteró los papeles, no fue necesario que vayas a Hogwarts, considero que tú seguridad era más importante, cuando necesites clases. El mismo te las dará.

—¿Como un profesor privado?

—Si, deberías sentirte agradecido en vez de fastidiado—le dijo con una sonrisa burlona—. Seras educado como un niño rico de las grandes familias mágicas.

—Me siento bendecido—le dijo con sarcasmo.

Remus y Sirius rieron.

El azabache los miro con una sonrisa, le habían dado lindos días de su corta infancia.

∆Regreso a Hogwarts∆

Fue acompañado por Remus y un perro muy grande y lanudo, todos los alumnos en el andén no dejaban de mirarlos con curiosidad y diversión.

Canuto no dejaba de olfatear cada baúl y cuando una alumna se acercaba para acariciarlo, el se alejaba y ladraba muy fuerte.

Harry después de acomodar su baúl, busco a sus amigos en algún compartimiento pero no logro encontrarlos, entonces salió del tren para ver si se topaba con ellos.

—¿No están?—le pregunto Remus.

El azabache negó.

—De seguro aún no llegan, aún es muy temprano—le dijo.

Canuto se acercó con una bolsa de bombones que un alumno tal vez le había dado de regalo.
Se lo entrego a Remus y el castaño lo abrió y empezó a darle uno por uno.

—¡Harry!

El azabache volteo rápido tras oír el grito de su amiga.

—¡Hermione!

La castaña se acercó a él, venía corriendo junto con Ron. Ambos estaban muy felices por verlo crecido.

—Por fin eres tú—dijo feliz y lo abrazó—. Me alegro mucho porque tu versión de niño daba mucho dolor de cabeza.

—¿Tan malo fui?—le pregunto con una sonrisa.

—Fuiste el niño más dulce—le dijo la castaña separándose del abrazo—. Pero cuando tenías la oportunidad de pelear con Malfoy, lo hacías sin dudarlo.

—También fue muy descuidado—dijo Ron—. Me dio un pelotazo en la cara—fingió estar enojado—. Mi nariz no volverá a ser la misma.

—Perdón—se disculpo con sinceridad Harry

—Ven aquí—Ron lo jalo del brazo para darle un fuerte abrazo—. Un año, amigo, Hogwarts estuvo un año sin ti. Te perdiste de muchas cosas, entre ellas...—rompió el abrazo y lo miro a los ojos—. La cara de sapo.

—¿La cara de que...?

—Sapo, una mujer horrible, fue una pesadilla completa, mira—le mostró su muñeca—. Esto me pasó porque intenté defenderte de sus mentiras que decía en clase.

—¿Esto te hizo?—le preguntó con asombro y enojó mientras revisaba la muñeca de su amigo.

—Si, se lo estuve ocultando a mi madre en todas las vacaciones, si no hubiera sido por la ayuda de Fred, mi madre hubiera armado un escándalo en Hogwarts.

—¿Qué pasó?—le pregunto Harry—. ¿Sigue en Hogwarts?

—No—le dijo Hermione—. La estúpida mujer nos siguió, a Ron y a mi al bosque prohibido, cuando intentábamos darle algo de comer al hermano de Hagrid...

—Haber, me estoy confundiendo—dijo Harry sacudiendo un poco la cabeza—. ¿Hagrid tiene hermano? ¿Porque nadie me lo dijo? 

—Nos enteramos ese año.

—¿Que paso con la cara de sapo?

—la muy estúpida nos siguió—le dijo Ron—. Cómo nosotros somos tus amigos, pensó que ocultabamos algo importante, cuando ella nos encontró, nosotros estábamos rodeados de centauros, ella los insulto de la peor manera y se la llevaron como trofeo—rió al acordarse de la escena—. Hermione estaba asustada pero yo... Te juro amigo que deseaba en ese momento tener una cámara.

Harry no pudo evitarlo y rió a carcajadas junto con Ron.

—Definitivamente te perdiste de muchas cosas—le dijo Hermione divertida.

El silbato se escucho y todos los alumnos empezaron a abordar el tren para una nueva aventura en Hogwarts.

Ron y Hermione subieron y dejaron que Harry se despidiera de  Remus y Canuto.

—Diviertete—le dijo Lupín—. Pero no mucho, no olvides también que cuando llegues a Hogwarts debes ir directo al despacho del director, el quiere decirte algo importante.

—No lo olvidaré—le dijo con una sonrisa

Canuto se paró en sus patas traseras, se acercó a Harry y empezó a lamerle la cara.

—Si, yo también te voy a extrañar—le dijo el azabache riendo—. Lo sé, lo sé.

—Canuto, sientate—le ordenó Remus. El perro hizo caso al instante y movió la cola mientras miraba a Harry—. Buen perro.

—Bueno, supongo que ya me tengo que ir—dijo Harry con una sonrisa—. Los voy a extrañar, los veré en vacaciones—se dio media vuelta y subió al tren—. Cuidense mucho.

—Lo haremos—le dijo Remus con una sonrisa.

—Cuiden de Galleta—les pidió—. Saquenlo unos cuantos días al parque, no dejen que se estrese.

—No te preocupes.

El tren empezó a moverse... primero lento, luego más rápido y más rápido.

—¡Nos vemos!—grito Harry desde la ventana.

Remus lo despidió con un gesto de mano.
Canuto en cambio empezó a ladrar y aullar viendo como se iba su ahijado.

Cuidando del pequeño Harry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora