Prólogo

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Ambientado en la época colonial.

Londres, 1815

Baile de mascaras, presentación de las jóvenes señoritas en sociedad.


- ¿De verdad pretendes quitarle la amante a tu mejor amigo?-


Jeon Jungkook, sexto marqués de Busan, mantuvo los ojos fijos en la mujer en cuestión y sonrió. Quienes lo conocían bien sabían lo que significaba esa mirada. -Por supuesto que sí.-


- Ruin.- Farfulló Namjoon. - Eso es caer muy bajo, incluso para ti, Jeon. ¿No te basta con ponerle los cuernos a Mark Tuan? Ya sabes lo que siente Siwon por _t/n_, lleva años enamorado de ella.-

Jungkook se quedó observando a lady _t/n_ con mirada experta. No tenía ninguna duda de que la mujer se adecuaba perfectamente a lo que él necesitaba. Era guapa y escandalosa, ni intentándolo encontraría mejor esposa para él, o una que pusiese más furiosa a su madre.

Lady _t/n_, que era como la llamaba cariñosamente todo el mundo, era de estatura media, pero poseía unas curvas de infarto; tenía un cuerpo hecho para dar placer a los hombres. La hermosa viuda del conde Gong Yoo desprendía tanta sensualidad que causaba adicción, o eso decían. 

El estado físico y anímico de lord Donghae, el antiguo amante de lady _t/n_, había empeorado mucho desde que ella puso punto final a su relación.

Jungkook comprendía a la perfección que cualquier hombre se deprimiese al perder sus atenciones. Lady _t/n_ brillaba como una piedra preciosa bajo la luz de la enorme lámpara de araña que presidía aquel baile de máscaras. _t/n_ era una joya y valía hasta el último chelín de su elevadísimo precio. La vio sonreír a Siwon con aquellos labios demasiado gruesos para los dictados de la belleza clásica, pero perfectos para rodear el miembro de cualquier hombre.

Muchos pares de ojos masculinos desperdigados por el salón la observaban, anhelando el día en que _t/n_ dirigiese su mirada de color jerez hacia ellos y eligiese entre ellos a uno como su próximo amante. A Jungkook le daban lástima. Ella era una mujer extremadamente selectiva y sólo se quedaba con un amante durante años. 

Ya hacía dos que llevaba a Siwon atado con una correa muy corta y no parecía que estuviese perdiendo interés por el. Pero ese interés no llegaba tan lejos como para que se aviniera a contraer matrimonio.

En las contadas ocasiones en que el vizconde le había suplicado que se casase con él, _t/n_ le había rechazado aduciendo que no tenía interés en volver a pasar por el altar.

Jeon, por su parte, no albergaba ninguna duda de que podía hacerla cambiar de opinión. - No te sulfures, Namjoon.- Murmuró. - Todo saldrá bien. Confía en mí.-

- No se puede confiar en ti.-

- Puedes confiar en que te daré quinientos wones si te llevas a Siwon a la sala de juegos y lo alejas de _t/n_.-

- Está bien.- Namjoon se irguió acomodando su chaleco y mirando con una sonrisa de lado complice a su amigo, respondió. - Estoy a tu servicio.-

Jungkook sonrió y le hizo una leve reverencia a su interesado amigo, que se fue por la derecha mientras que él seguía caminando por la izquierda. Lo hizo sin ninguna prisa, por los bordes del salón, abriéndose paso hasta su objetivo. Avanzó despacio, esquivando a las madres de las distintas debutantes que se interpusieron en su camino.

La gran mayoría de los nobles solteros reaccionaban a esos encuentros sin disimular la expresión de hastío, pero Kook era tan conocido por su encanto como por su mala reputación. Así que aduló descaradamente a todas esas damas, besó unas cuantas manos y dejó a todas las mujeres que se encontró a su paso convencidas de que algún día iría a verlas para proponerles matrimonio.

《Extraño》"Jungkook y Tu" +18 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora