Capítulo 3

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Cuando estuvo adecuadamente vestido, Jungkook apartó la cortina y salió del probador en dirección al vestíbulo de la sastrería. Vio a _t/n_ de inmediato. Estaba sentada junto al escaparate, su melena castaña reflejaba los rayos del sol y parecía hecha de fuego. El contraste entre su pelo y el azul hielo de su vestido era increíble y muy acorde con las circunstancias. El fuego del deseo de ella lo había quemado por dentro y sus palabras lo habían dejado helado. De hecho, lo sorprendió ver que _t/n_ lo había esperado durante las dos horas que había tardado el sastre en arreglar el traje. Jungkook estaba convencido de que se iría. Pero _t/n_ no era de la clase de personas que huían de las situaciones incómodas.

Quizá no quisiera hablar sobre el asunto, pero jamás saldría corriendo. En realidad, ésa era una de las cosas que más le gustaban de ella. Suspiró y se maldijo por haber ido demasiado lejos, pero había sido incapaz de reaccionar de otro modo. No la entendía y no sabía cómo pedirle perdón si no tenía ni idea de qué le pasaba. ¿Por qué estaba tan empeñada en que no existiese nada importante entre los dos? Si lo deseaba tanto como él la deseaba a ella, ¿por qué se negaba a hacer algo al respecto?

_t/n_ no era de la clase de mujeres que rehuían los deseos de la carne. ¿Acaso estaba enamorada de su amante? Jungkook cerró los puños sólo de pensarlo. Él sabía mejor que nadie que se podía amar a una persona y disfrutar del placer de acostarse con otra. Se maldijo interiormente. Era evidente que no había cambiado tanto como creía si seguía siendo capaz de toquetear a una mujer en un probador. ¿Qué diablos le pasaba? Un caballero no trataba así a su mujer. Tendría que cortejarla y no babear delante de ella y pensar sólo en echarle un polvo.

Habló antes de llegar a su lado, para no asustarla.

— ¿Lady _t/n_?—

_t/n_ dejó de mirar por el escaparte y se volvió hacia él con una sonrisa. 

— Milord, estás magnífico.—

«¿De modo que así están las cosas?»

_t/n_ iba a fingir que no había pasado nada.

Jungkook le sonrió con todo su encanto y le cogió una mano para llevársela a los  labios.

— No tengo más remedio, si quiero ir al lado de una mujer tan guapa como tú.—

La mano de ella tembló ligeramente en la de él y, cuando habló, su voz sonó algo forzada.

— Me halagas.—

Jungkook deseó poder hacer mucho más que eso, pero iba a tener que esperar. Colocó la mano de _t/n_ en su antebrazo y la acompañó hasta la puerta.

— Ni siquiera yo estoy a tu altura.— Dijo _t/n_, mientras él cogía el sombrero de ella de manos de un dependiente y se lo daba.

Las campanillas de la puerta sonaron y Jungkook dio un paso hacia ella para dejar paso al nuevo cliente. La temperatura aumentó entre los dos, _t/n_ se sonrojó y él se puso tenso.

— Necesitas una amante.— Susurró _t/n_ con los ojos muy abiertos, sin dejar de mirarlo.

— No necesito una amante. Tengo una esposa que me desea.—

— Buenas tardes, milord.— Dijo el dependiente al otro lado del mostrador.

Jungkook se puso al lado de ella y volvió a ofrecerle el brazo. Ahora que los dos estaban frente a la puerta, se percató de que había un caballero de aspecto distinguido mirándolos horrorizado y Jungkook no tardó ni un segundo en adivinar quién era. Y lo que seguramente había oído.

— Buenas tardes, lord Minho.— Lo saludó, colocando los dedos de una mano encima de los de _t/n_ y apretándoselos para dejar claro que ella le pertenecía. Él nunca antes había sido posesivo y no entendía por qué estaba sintiéndose así.

《Extraño》"Jungkook y Tu" +18 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora