Me abrió la puerta del auto cuando llegamos al bar que recomendé, tal vez fue intencional porque sabía que Sam lo odiaba, así que podía estar segura de que no iba a vernos. Cuando me bajé me lanzó una sonrisa encantadora y no pude evitar sonreírle de vuelta.
—Eres tan pequeña —me dijo y luego soltó una risita.
Desde que lo conocí, era la primera vez que no usaba tacones en frente de él. Decidí usar zapatos bajos, sólo por si tenía que salir corriendo de ahí, digo, a veces hay que ser precavida.
—O tal vez tú eres muy grande —hice una mueca y fingí estar ofendida.
—Me gusta, así es más fácil protegerte —me lanzó un guiño.
Oh.
—Entremos —dije y empecé a caminar.
El guardia de la entrada era un conocido de la secundaria, por lo que cada vez que llegaba al lugar, me dejaba pasar sin problemas.
Nos sentamos y Mat pidió dos cervezas. Estaba demasiado nerviosa para decirle que odiaba la marca que había pedido.
—¿Por qué estás tan inquieta? —preguntó. Supongo que notó que no dejaba de moverme en mi silla.
—No es nada, sólo... tengo que ir al baño, disculpa —me levanté y prácticamente salí corriendo de ahí.
¿Es en serio Alison? Que tonta, que tonta. De todos los pretextos en el mundo tuve que decirle que necesitaba ir al baño. Y yo que pensaba que no podía ser más patética. Nota mental: cuando quieras librarte de alguna situación di que tienes que llamarle a tu abuela, no que debes ir a orinar.
Entré al baño y me quedé mirando fijamente mi reflejo durante dos minutos antes de armarme de valor y salir de ahí.
De regreso a la mesa lo observé, tenía la mirada perdida y lucía pensativo. Caminé un poco más lento para poder observarlo mejor y deleitarme con su belleza.
—Hola —susurré mientras me sentaba en mi lugar—. Así que, ¿De qué querías hablarme?
—Escucha Ally, yo se que Sam es tu mejor amiga y que tú y yo apenas nos conocemos, pero en serio me gustas, no quiero dejar de verte, aunque eso signifique tener problemas con mi hermana —le dio un trago a su cerveza y continuó —: entiendo si no quieres saber nada más de mi, pero por favor no te alejes, eres la única persona que no ha sido falsa conmigo desde que llegué aquí. Deberías ver a todas las chicas que me ha presentado Sam —negó con la cabeza—. Al menos acepta ser mi amiga.
Me quedé en silencio mirando mis manos. Vaya. Así que yo también le gustaba. Y estaba dispuesto a tener problemas con Sam por mí, a pesar de que habían estado separados durante años.
—Siento lo mismo que tú, con la diferencia de que a mi si me importa lo que piense Sam. Es mi mejor amiga y la conozco muy bien. No puedo arriesgarme a perderla por esto. Pero Mat, no nos conocemos, no sé nada de ti ni tú de mí, seguirás viéndome cuando vaya a tu casa o tu a la mía para las cenas familiares, o en el supermercado, como la otra vez —sonreí—, pero no puedo prometerte que voy a ser tu amiga si eso implica perder a Sam. Espero puedas entenderlo.
—Lo entiendo —dio un trago bastante largo a su cerveza.
Ouch, creí que diría algo más. Una parte de mí se sentía decepcionada de que no insistiera más, la otra parte estaba más que feliz de que haya podido decirle que no. Tenía que quitarle un poco de tensión al momento, si iba a perderlo, tenía que aprovechar el último momento que nos quedaba juntos.
—Así que, ¿Ya encontraste trabajo?
—En eso estoy, espero recibir algunas llamadas esta semana.
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¿Amigos?
RomanceAlly recibe una llamada de Samantha, su mejor amiga. Es una invitación para la cena de bienvenida de su hermano Mat. Cuando Ally lo ve en persona por primera vez, queda totalmente cautivada por su porte y su voz, pero Samantha no tiene intenciones d...