Capítulo 2

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—¡Llegaste! ­—gritó Sam cuando abrió la puerta y me vio. Me abrazó y me llevó a la sala, donde se encontraba su mamá, acompañada de otras personas—. Mat llegará en cualquier momento, papá llamó y dijo que están en camino.

Su sonrisa me hacía querer sonreír también. Después de tantos años de no ver a su hermano, podía entender que estuviera tan emocionada. No se si yo podría sobrevivir si Lexi se fuera por tanto tiempo.

La puerta se abrió y vi al señor Stafford entrar arrastrando una maleta y con una sonrisa enorme en su rostro.

Luego lo vi a él.

No tuve tiempo de parpadear, y la señora Stafford ya estaba encima de Mat, llenándole la cara de besos y sollozando en su oído. Sam, que estaba junto a mí, apretó mi mano y vi como una lágrima caía por su mejilla, su padre sonrió y luego me miró. Le sonreí y lancé una mirada hacia Mat, por lo que me sonrió, soltó mi mano y corrió hacia su hermano. Me hubiera gustado tomar una fotografía del momento en el que se miraron. La sonrisa de ambos se hizo más grande y los ojos de Sam se llenaron de lágrimas. Él le guiñó un ojo y se lanzó hacia él, chocando contra su pecho. No sé cuánto tiempo estuvieron así.

No me había dado cuenta de que estaba llorando hasta que una lágrima cayó sobre mi mano.

Cuando Sam se alejó de su hermano, me di cuenta de que no había tenido un momento para observarlo. Estaba parado, saludando a la gente que se encontraba ahí Era alto, rubio y muy, muy guapo ¿ya lo había mencionado? Por la forma en la que las mangas de su camisa se ajustaban a sus enormes brazos, se notaba que hacía mucho ejercicio

Sam se sentó a mi lado de nuevo.

—¿No es genial que por fin haya vuelto? —preguntó con tanta emoción que no pude evitar reír.

—Sí, definitivamente es genial —le sonreí.

—¡Estoy tan emocionada de que esté aquí! —gritó.

—Todos lo esperábamos con ansias, mis padres están muy emocionados por conocerlo en la próxima cena.

—Hablando de ellos, ¿Por qué no vinieron? ¿Y qué hay de Lexi?

—Papá no se sentía bien, y ya sabes como es mi mamá, tenía que quedarse en casa a cuidar de él, y Lexi —suspiré—, ella se peleó con mis papás hoy porque Adam fue a comer con nosotros, pero como siempre, fue un total idiota.

Puso los ojos en blanco.

—Puedo imaginarlo.

—¿Dónde está Joshua? —pregunté.

Su mirada cayó instantáneamente y me arrepentí de preguntar.

—Dijo que no está listo para conocer a mi hermano —se encogió de hombros.

Me tomó mucho esfuerzo no poner los ojos en blanco. Era la excusa más estúpida que había oído. Realmente me enojaba que Joshua no valorara a Sam. Ella realmente lo quería.

—Lo estará —le sonreí.

—¡Sam, ven aquí! —gritó la señora Stafford.

Mi amiga se levantó y se unió a sus padres y su hermano. Él pasó su brazo por el hombro de Sam y le dio un beso en la frente.

Era una escena conmovedora, yo sabía más que nadie cuanto habían extrañado a Mat.

Justo en ese momento nuestras miradas se cruzaron y todo se detuvo.

Tenía los ojos verdes más bonitos que jamás haya visto. Y su sonrisa, vaya, que sonrisa. Se le formaban unas ligeras arrugas alrededor de los ojos cada vez que sonreía y me parecía totalmente encantador. Ya sabía que era muy atractivo por las fotografías que me mostraba Sam, pero verlo en persona había superado todas mis expectativas.

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