1 La cortesana

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Las flores de cerezo estaban a punto de florecer en la ciudad de Kioto. En pocos días el suelo estaría repleto de delicados pétalos rosáceos cubriendo la monotonía gama de colores marrón y gris que formaban el suelo de la capital.

Era hora de ir a Shiki para comenzar la jornada. Trabajaba allí con Hideki, el propietario que me había acogido al venir a Japón, y amigo de la infancia de mi madre, Yuriko. Gracias a él contaba con un techo y cama en la que dormir.

-¡Hikaru!

Me llamó desde la puerta apremiante. Los clientes se aglomeraban en las mesas, sedientos y hambrientos. Corrí hacia la cocina donde comencé a preparar bebidas para servirlas lo más rápido posible mientras Hideki cocinaba entre vapores y especias.

-¿Cuándo me prepararás mochis?._ sonreí mientras cogía la bandeja.

-¡Cuando llegues puntual!_ su risa inundó la sala.

Una vez los clientes ya estaban servidos la noche llegó a las calles. Pensando que ya habíamos acabado de preparar todo me senté en una esquina de la cocina para comer un poco de ramen.

-Se me olvidaba decirte que ha venido Yuki esta mañana para decirme que había traído los nuevos kimonos a su tienda.

-¿Por qué no me lo has dicho antes?

Se encogió de hombros.

-Si hubieses sido puntual... Tengo demasiada manga ancha contigo, Hikaru.

Se levantó pesadamente. Los años le estaban pasando factura.

-Mañana puedes ir a verlos. Te dejo el día libre.

-¿En serio?

Asintió.

Me levanté de golpe y le abracé.

-Prométeme que tendrás cuidado._ me separó unos centímetros de él.

Mi rostro se ensombreció.

-Hikaru... No quiero que te ocurra nada malo.

-No hay razón para que te preocupes.

Subí las escaleras y me encerré en mi cuarto. No quería pensar de nuevo en la misma historia de siempre. Sabía qué debía y qué no debía hacer. La teoría era fácil, pero la realidad era más fuerte. Quería tener algo más de libertad y conocer cosas más allá del restaurante.

Me tumbé en el futón y me dormí pensando en los kimonos de Yuki.

(en la tienda de Yuki)

-¿Te gustan?

-Son maravillosos, la calidad es sublime.

-Sabía que te gustarían, tengo uno reservado para ti.

Sacó un paquete de un cajón y me lo ofreció. Era un kimono de seda azul oscuro con ilustraciones de garzas alzando del vuelo, las mangas acababan en tonos blancos, el obi que le acompañaba era de un color naranja combinado con rayas negras horizontales.

-No puedo aceptarlo.

Negó con la cabeza.

-Yuriko lo mandó hacer para ti._ una pequeña sonrisa apareció en sus labios._ Eras como su propia hija, Hikaru, te quiso como si te hubiera llevado en su vientre.

Me hizo mirar con detenimiento un pequeño borde del forro de la manga. "Hikaru" estaba bordado.

-Sin duda alguna te quería. Y quiso dejarte un recuerdo suyo, así que por favor tómalo contigo.

Kirisato x OC Completo (Destined to love Otome)Where stories live. Discover now