2 Callejón

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Yuki se fue a la tienda mientras que yo, me dirigí a Shiki, no quería que Hideki sospechara que había estado en el Distrito Rojo. Así que nada más ir, le puse una excusa de que no me encontraba bien y corrí en busca del futón para intentar sacar de mis pensamientos Kirisato.

Por la mañana me tocó repartir varios pedidos a clientes que preferían tomar la comida en sus casas, uno de ellos fue Yuki. Al entrar en su tienda me acogió con una sonrisa y me preguntó si tenía más repartos ese día. Pero el suyo era el último por lo que estaba libre. Así que nos quedamos un rato charlando sobre banalidades.

Más tarde, me quedé vagando entre las calles, y para cuando me di cuenta las luces de las calles y las tiendas estaban encendidas. Se me había pasado el día tan rápido, sería mejor volver con Hideki y echarle una mano.

De repente, sentí que algo tiró de mí y me agarró con dos fuertes manos, una de ellas amordazándome. Intenté deshacerme de ellas pero su fuerza era mayor a la mía, abrí la boca pero no podía gritar.

-Eres toda una rareza, preciosa._ susurró.

Sus ojos estaban llenos de ira.

-¡Suéltala!

Una voz recorrió la oscuridad del callejón hasta donde me había arrastrado el hombre que me apresaba. Este se giró y soltó una carcajada.

-¡Haru! Así que es aquí donde estabas escondido.

La figura se acercó a nosotros. Tenía el pelo recogido en una coleta que caía sobre su hombro izquierdo, vestía un kimono oscuro sobre el que llevaba una capa.

-No es el lugar ni el momento de entrometerse con mujeres.

El hombre me soltó y caí al suelo. Mientras ellos dos, que parecían conocerse de algo, me llevé la mano a la muñeca que me había presionado con tanta fuerza que en ese momento me ardía de dolor.

-Has tenido suerte._ dijo el desagradable hombre mientras se marchaba del callejón._ Volveremos a vernos.

Nos quedamos entonces los dos mirándonos. Él se acercó hasta mí y me ofreció su mano.

-¿Estás bien?

Me temblaba todo el cuerpo, no sabía si podía confiar en él. Sin embargo, al mirarle a los ojos sentí algo que me impulsó a coger su mano.

-Gracias. ¿Quién eres?

El hombre sonrió y sus ojos tintinearon.

-Haru-Akira. Haru. Pero no necesitas recordar mi nombre.

Miró mi mano.

-Deberías tener más cuidado._ miró hacia atrás._ En la noche es cuando los verdaderos monstruos muestran sus caras.

Se acercó todavía más a mí.

-Tus ojos son tan inocentes._ dijo casi en un susurro._ Debes permanecer así.

Sus palabras eran mágicas, me atrapaban con cada sonido que salía de sus labios. Y sus ojos eran hipnotizantes que había olvidado por completo dónde me encontraba.

-Ten cuidado al salir de aquí, vigila que no haya nadie y ve a casa.

Me hizo un gesto con la mano. Pasé por su lado y antes de girar en la esquina del callejón volví a mirarle. Qué enigmático...

Kirisato x OC Completo (Destined to love Otome)Where stories live. Discover now