9 Aprendiz

17 2 0
                                    


Los siguientes días fueron un poco más turbulentos en cuanto a la salud de Hideki. Sin lugar a dudas estaba empeorando y no quería llamar a un médico, simplemente se quedaba en su habitación todo el día, mientras el ayudante y yo tratábamos de dar salida a todos los pedidos del restaurante. Y Finalmente, cuando llegaba la noche, podía sacar algo de tiempo y subirle algo para comer.

-Estoy bien, Hikaru.

Dijo mientras le ayudaba a comer.

-No tienes por qué preocuparte por mí.

-Pero...

Me tapó la boca con la mano.

-Por mi culpa has estado más ocupada de lo que deberías.

Negué con la cabeza.

-Hikaru... has cambiado en estos últimos meses.

Le miré intrigada.

-He sido testigo de cómo te has convertido en una bellísima mujer, como tu madre.

Se recostó en el futón.

-No soy tonto, Hikaru, sé que te has estado viendo con alguien.

-¡...!

Mi rostro se enrojeció.

-Solo espero que sea digno de tu persona._ puso su mano en mi cara.

La cogí entre las mías, la besé y le respondí.

-Lo es.

Me quedé con él hasta que el sueño se lo llevó consigo. Entonces emprendí rumbo al Distrito Rojo para ver a Kirisato.

--

Una vez allí Kirisato me preguntó algo inesperado.

-¿Estarías dispuesta a actuar esta noche como mi asistente?

Sus adornos tintineaban al mover su cabeza grácilmente hacia un lado.

-Pero... yo no sé nada sobre...

Los pies desnudos de Kirisato se deslizaron por el tatami hasta mi encuentro, y bajo la mirada maquillada de la cortesana la voz de Haru apareció.

-Solo tienes que quedarte a mi lado. No tienes por qué hacer nada más.

Finalmente acepté. Entonces me dispuse en sus manos para convertirme por una noche en una kamuro. Me puse las incesables capas de kimonos y con ayuda de Kirisato me até el protuberante obi. Después me ayudó a hacerme el peinado típico de las oiran.

Todo esto resultaba tan extraño como divertido. Era como estar con dos personas distintas a la vez. Su rostro era Kirisato, cortesana más prestigiosa del Distrito Rojo y su voz era la de Haru, el escurridizo asesino. Sin embargo, me sentía segura a su lado, nada podía romper la armonía que en aquel momento nos envolvía a ambos.

Cuando terminó de maquillarme el rostro y los ojos le pregunté.

-¿Cuál es el secreto de que Kirisato sea tan codiciada?

-La clave de la feminidad es hacer que los hombres no sean capaces de pensar de forma clara y racional.

Sus labios casi estaba rozando los míos.

-Kiri...

Sus labios besaron parte de los míos, mordisqueándolo.

-Una aprendiz solo lleva el labio inferior teñido de carmesí._ con sus dedos quitó el carmín que había quedado en el labio superior.

Sin darme tiempo a reaccionar, cogió mi mano y me llevó a la sala donde estaban esperando los clientes. Con su ceremonioso caminar entró y me presentó como su asistente de la noche, cambió mi nombre por Miyoharu. Y la velado comenzó. Lo único que hacía yo era mirar a Kirisato, cómo con una pequeña sonrisa o un pequeño gesto atraía a sus clientes, que quedaban maravillados con ella. Al igual que yo. La noche pasó entre risas y sake y cuando nos retiramos Kirisato me llevó a su habitación.

-Quería que vieses que no todo en el Distrito Rojo es como lo que sucedió aquel día.

Se sentó delante del espejo, comenzó a quitarse los adornos del pelo y me miró a través de él. Se deshizo del tocado y puso su largo pelo castaño en una coleta. Cogió un paño y se quitó la mayor parte del maquillaje.

-Hoy he podido ver cómo una pequeña y tímida flor florecía en estos páramos.

Kirisato x OC Completo (Destined to love Otome)Where stories live. Discover now