Los siguientes días fueron un poco más turbulentos en cuanto a la salud de Hideki. Sin lugar a dudas estaba empeorando y no quería llamar a un médico, simplemente se quedaba en su habitación todo el día, mientras el ayudante y yo tratábamos de dar salida a todos los pedidos del restaurante. Y Finalmente, cuando llegaba la noche, podía sacar algo de tiempo y subirle algo para comer.
-Estoy bien, Hikaru.
Dijo mientras le ayudaba a comer.
-No tienes por qué preocuparte por mí.
-Pero...
Me tapó la boca con la mano.
-Por mi culpa has estado más ocupada de lo que deberías.
Negué con la cabeza.
-Hikaru... has cambiado en estos últimos meses.
Le miré intrigada.
-He sido testigo de cómo te has convertido en una bellísima mujer, como tu madre.
Se recostó en el futón.
-No soy tonto, Hikaru, sé que te has estado viendo con alguien.
-¡...!
Mi rostro se enrojeció.
-Solo espero que sea digno de tu persona._ puso su mano en mi cara.
La cogí entre las mías, la besé y le respondí.
-Lo es.
Me quedé con él hasta que el sueño se lo llevó consigo. Entonces emprendí rumbo al Distrito Rojo para ver a Kirisato.
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Una vez allí Kirisato me preguntó algo inesperado.
-¿Estarías dispuesta a actuar esta noche como mi asistente?
Sus adornos tintineaban al mover su cabeza grácilmente hacia un lado.
-Pero... yo no sé nada sobre...
Los pies desnudos de Kirisato se deslizaron por el tatami hasta mi encuentro, y bajo la mirada maquillada de la cortesana la voz de Haru apareció.
-Solo tienes que quedarte a mi lado. No tienes por qué hacer nada más.
Finalmente acepté. Entonces me dispuse en sus manos para convertirme por una noche en una kamuro. Me puse las incesables capas de kimonos y con ayuda de Kirisato me até el protuberante obi. Después me ayudó a hacerme el peinado típico de las oiran.
Todo esto resultaba tan extraño como divertido. Era como estar con dos personas distintas a la vez. Su rostro era Kirisato, cortesana más prestigiosa del Distrito Rojo y su voz era la de Haru, el escurridizo asesino. Sin embargo, me sentía segura a su lado, nada podía romper la armonía que en aquel momento nos envolvía a ambos.
Cuando terminó de maquillarme el rostro y los ojos le pregunté.
-¿Cuál es el secreto de que Kirisato sea tan codiciada?
-La clave de la feminidad es hacer que los hombres no sean capaces de pensar de forma clara y racional.
Sus labios casi estaba rozando los míos.
-Kiri...
Sus labios besaron parte de los míos, mordisqueándolo.
-Una aprendiz solo lleva el labio inferior teñido de carmesí._ con sus dedos quitó el carmín que había quedado en el labio superior.
Sin darme tiempo a reaccionar, cogió mi mano y me llevó a la sala donde estaban esperando los clientes. Con su ceremonioso caminar entró y me presentó como su asistente de la noche, cambió mi nombre por Miyoharu. Y la velado comenzó. Lo único que hacía yo era mirar a Kirisato, cómo con una pequeña sonrisa o un pequeño gesto atraía a sus clientes, que quedaban maravillados con ella. Al igual que yo. La noche pasó entre risas y sake y cuando nos retiramos Kirisato me llevó a su habitación.
-Quería que vieses que no todo en el Distrito Rojo es como lo que sucedió aquel día.
Se sentó delante del espejo, comenzó a quitarse los adornos del pelo y me miró a través de él. Se deshizo del tocado y puso su largo pelo castaño en una coleta. Cogió un paño y se quitó la mayor parte del maquillaje.
-Hoy he podido ver cómo una pequeña y tímida flor florecía en estos páramos.
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Kirisato x OC Completo (Destined to love Otome)
FanfictionUn fanfic basado en el otome Destined to love, donde la protagonista se enamora de una cortesana llamada Kirisato, quien esconde un secreto debajo de sus coloridas prendas. Amor, odio, traición y secretismo. Un amor que va más allá.