Narra Natalia
Calle El Salvador, me encontraba allí desde las 16:30, con la maleta aún en mano.
Esperaba impaciente la llegada de la rubia. Mirando en cada rincón de la jodida plaza.
El lugar era precioso, era toda una calle decorada con luces navideñas, y en medio de la plaza había un banco donde me encontraba sentada yo.
Miraba el móvil cada cinco segundos por si me mandaba algún mensaje.
Los niños jugaban por todo el lugar entre risas y gritos. Les miraba y a veces deseaba volver a ser niña, ahora estaría ilusionada por que en 5 días me darían los regalos de navidad.
Oí pasos detrás mía, por encima de todos los gritos de los niños.
Y sabía que era Alba, mi eterna 4 de la madrugada.
Se sentó a mi lado.
-Hola.
Giré mi cabeza con miedo de que me pegara una hostia en la cara, de que estuviera llorando o de que me odiara de verdad.
Por que eso ponía en la carta; que lo nuestro no funcionaba, que no la buscara. Y había roto con todo.
Pero tenía una mínima esperanza en que todo aquello era mentira.
Y así era.
Alba, mi Alba, me miraba con los ojos llenos de alegría.
Estaba guapísima aún destrozada; estaba mas delgada, pálida, con ojeras, se le notaba cansada. Y yo me encontraba igual o peor.
Yo era más débil que todo el terremoto que tenía delante.
Nuestras miradas conectaron como nunca antes, fundiéndose en una sola.
Tragué saliva con dificultad, pues el corazón se me había subido a la garganta.
Sentía las piernas temblar, el corazón explotar, las manos sudar pero sobretodo sentía felicidad. Sólo con verla.
Las dos teníamos una sonrisa en la cara como ninguna otra, juraría que cualquiera que nos viese pensaría que llevábamos años, incluso toda una vida sin vernos, pero no.
2 semanas eran suficientes para aprender a querernos aún mejor.
No nos besamos, simplemente nos mirábamos, quietas; sin hacer nada.
Tampoco nos abrazamos, simplemente con nuestras miradas juntas sentíamos que podíamos con todo.
Estábamos muy pegadas sin darnos cuenta, como dos imanes de polos opuestos que se atraen.
Agarré su mano y se me erizó la piel con el contacto.
Examiné cada arruga de sus dedos y se me salió una lágrima que la rubia retiró con su otra mano libre.
Volvimos a mirarnos y si las miradas quemasen, estaríamos dentro del Teide.
Ahora si, con la mano que tenía en mi cara, tiró de mi hacia la suya y pegamos nuestras narices.
Cerramos los ojos y nos besamos.
Alba se tenía que poner de puntillas para llegar a mis labios y yo me tenía que encorvar.
Sin ansias, sin prisas, movíamos nuestros labios sabiendo que nunca más nos separaríamos.
Por que Alba era mi hogar, y llevaba demasiado tiempo fuera de ella por que alguien nos intentó robar la llave.
Me separé de ella y volví a mirarle, ahora con ganas de más. Me volví a acercar a ella para besarla pero me frenó con su dedo índice.
-Reservatelos para esta noche, Amor.
Y era verdad lo que decía mi padre.
En ese momento me di cuenta de que todo el sufrimiento anterior no importaba si ella me llamaba Amor.
oyoyoy, jo, es muy cutre pero me apetecía subir 💜🤗
por cierto, feliz año :)
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En este banco || Albalia
Teen FictionDonde Alba y Natalia se conocen en un banco a las 4 de la mañana.